Schuster afirmó que en octavos de final no había ya rival fácil. Nada que objetar en la parte que tenía razón porque se trataba de un aserto muy relativo: sí había equipos más apetecibles que otros. Los cuatro que más podían gustar eran Fenerbahçe, Olympiakos (excepto para el Madrid), Schalke y Celtic. Lo malo era…