Josep Samitier, que – con el permiso del hispanofilipino Paulino Alcántara – fue el primer crack «mediático» vestido de azulgrana, y también va a ser el primer entrenador en plantearse su trabajo según unos postulados que luego serían moneda común en el cargo, dejando atrás el amateurismo voluntarista para profundizar en una tarea plenamente profesional, que iría evolucionando al mismo ritmo que el fútbol se convertía en universal espectáculo de masas y caldera de pasiones no siempre bien encauzadas.