
A veces, en el camino de las grandes promesas surge como invencible adversario no ya un defensa temible, violento y correoso, sino la pura fatalidad. Su marcaje cortó y continúa cercenando de cuajo muchos horizontes deportivos y vitales. Podríamos citar varios nombres recientes y muchos más del pleistoceno balompédico. Sin embargo bastará uno cualquiera para…