La muerte del capitán del Lleida
De Daniel BadíaSe cumplen 70 años de la muerte del futbolista del Lleida Manuel Iglesias.
El miércoles 18 de abril de 1945, a las 8 de la tarde, murió Manuel Iglesias Orriols, el capitán del entonces club conocido como Lérida Balompié, antecesor de la UE Lleida.
Acababa de cumplir 31 años y el fatal y rápido desenlace golpeó cruelmente a toda la sociedad leridana por la popularidad del futbolista.
Según consta en el acta de defunción, firmada por el juez municipal José Agelet de Saracíbar, la causa de la muerte fue un abceso cerebral, que es la acumulación de pus en el cerebro causada por una infección.
Por tradición oral, siempre se ha explicado que Iglesias se constipó durante el invierno de 1945, porque entonces los jugadores se tenían que duchar con agua fría. Este constipado mal curado derivó en una infección en el oído derecho, que no se pudo tratar correctamente por la falta de antibióticos en la época.
En 1945, en el tramo final de la Segunda Guerra Mundial, la penicilina llegó a Barcelona y sólo se le suministraba a quien la podía pagar, ya que un bote costaba 1.500 pesetas (unos 9 euros) en cualquier hospital.
Es curioso de señalar que pocos meses después de la muerte de Iglesias, el 24 de octubre de 1945, el científico escocés Alexander Fleming recibió el Nobel de medicina después de haber descubierto la penicilina en el año 1929.
A Manuel Iglesias le intentó curar sin éxito el Dr. Josep Xammar, uno de los pocos especialistas en otorrinolaringología que había aquellos años en Lleida, en la clínica Montserrat.
Un colesteatoma puede justificar la muerte tan rápida del futbolista.
El exjugador del Lleida Manolo Bademunt, ya desaparecido, compartió habitación con Iglesias en sus últimos desplazamientos con el equipo antes de morir y siempre explicaba que, al levantarse por la mañana, el cojín de Iglesias aparecía manchado del pus que le supuraba de su oreja derecha.
Manuel Iglesias jugó su último partido con el Lleida el 25 de marzo de 1945, en el campo del Júpiter de Barcelona, con derrota del Balompié (4-0), en al Torneo de Clasificación de Tercera división. Aquel día jugó con fiebre y sin estar en plenitud de condiciones.
Con el exazulgrana Antonio Franco de entrenador, el Lérida Balompié jugó con: Florensa; Solsona, Doladé; Alonso, Bericua, Bademunt; Mejino, Campabadal, Roselló, Sellart e Iglesias.
La insistencia de compañeros y amigos obligaron a Iglesias a visitar al médico viendo su decrepitud imparable, pero ya fue demasiado tarde porque murió 24 días después.
Dejó viuda, Buenaventura Ginestà, y una hija de 4 años, Antonieta Iglesias, quien conserva viva en su memoria la última imagen que tiene de su padre: tendido inconsciente en la cama del hospital con la cabeza completamente vendada. Lloró desconsolada porque le dio un beso de
El entierro de Iglesias en la iglesia parroquial de Sant Llorenç de Lleida fue una gran manifestación de duelo. Los jugadores del Lérida Balompié y del CD Leridano, los dos clubs de fútbol de Lleida, transportaron el féretro y acudió al acto la máxima autoridad local de entonces, «el Excelentísimo señor Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento, camarada José Manuel Pardo de Santayana y Suárez».
Cuatro días después de la muerte del compañero, el domingo 22 de abril, el Lleida, todavía en estado de shock, jugó en el campo del Granollers, de donde salió goleado 5-0. Se guardó un minuto de silencio y los jugadores llevaron crespones negros en las camisetas.
El martes 24 de abril el Lérida Balompié y el Leridano decidieron jugar un partido amistoso, en el campo de la carretera de Corbins de Lleida, a beneficio de su familia.
Las entradas costaban 5 pesetas y 3 para las señoras y los militares sin graduación.
En total, se recaudaron 8.808 pesetas (unos 53 euros), desgranadas de la siguiente manera: por el partido 5.475; la junta directiva del Balompié aportó 1.500; hubo un donativo anónimo de mil pesetas; 633 por los donativos recibidos en el campo; y un grupo de funcionarios de Hacienda donaron 200 pesetas.
La temporada 1944-45 Iglesias cobraba en el Lérida Balompié 300 pesetas de sueldo mensual y una ficha anual de 1.500 pesetas, a parte de las primas, que oscilaban entre las 50 y 100 pesetas por partido.
Además trabajaba de escribiente en la oficina de los Coloniales Francisco Franquet de Lleida, lo que le permitía ayudar económicamente a su familia de Sant Feliu de Llobregat, donde vivía su madre Joaquina.
El sueldo medio en la industria española el año 1945 era de 12,27 pesetas diarias (unos 0,07 euros) y el precio de un litro de leche era de 1,40 pesetas (0,01 euros).
A pesar de la ayuda recibida, la viuda de Iglesias tuvo muchos problemas económicos y empezó a trabajar en la cocina del Restaurante Zazurca de Lleida, que entonces tenía 48.000 habitantes.
Manuel Iglesias Orriols, nacido en Sant Feliu de Llobregat el 1 de enero de 1914, era un extremo zurdo rápido, hábil y con un disparo seco y poderoso. Era un auténtico especialista en el lanzamiento de faltas y penaltys.
Antes de la Guerra Civil española jugó con el Santfeliuenc, Santboià, Sabadell y Sants.
Durante la Guerra sirvió en el ejército republicano del aire y esto le provocó un exilio temporal a Francia y que posteriormente tuviese que marchar desterrado de su localidad natal como represalia.
Esto le condujo a Lleida en el año 1940. Con el Lérida Balompié (1940-45) jugó un total de 141 partidos oficiales y marcó 55 goles, 9 de los cuales de penalty.
Su apego a Lleida hizo que rechazase una oferta seductora del Mallorca, que quiso ficharle después de marcar 16 goles la temporada 1941-42.
El destino quiso que Manuel Iglesias muriese el mismo mes y el mismo año que Adolf Hitler y Benito Mussolini, ambos en el extremo opuesto de su ideología, que involuntariamente le condujo a Lleida.