El fichaje de Di Stéfano por el Espanyol 50 años después
De José Hernández ArmenterosEn los últimos años de su vida Alfredo Di Stéfano fue parte activa en las presentaciones de los nuevos futbolistas del Real Madrid. Su presencia como presidente de honor del club provocó que cada acto tuviera un tono de respeto hacia una figura legendaria del pasado. Pero, ¿se imaginan a Alfredo Di Stéfano como protagonista de su propia presentación? es decir, siendo el fichaje esperado por una multitud que glorifica a su nuevo ídolo, aunque éste no viviera ya su mejor momento. Años después de ser el personaje estrella del affaire entre el Real Madrid y el Barcelona, de ganar cinco copas de Europa y de sufrir un secuestro, Di Stéfano fue el hombre elegido de la puesta en escena más mediática; su primer día en el Español de Barcelona.
Barcelona, 19 de agosto de 1964
Alfredo llegó como suelen hacerlo las grandes estrellas, con retraso y arrogancia. El suyo fue un fichaje costoso, no solo en lo económico. Por ello en Sarrià se le habilitó la mejor sala para la firma del contrato; una habitación poco calurosa y alejada del ruido de los miles de seguidores que acudieron a recibir al nuevo jugador. En el antepalco presidencial esperaban decenas de fotógrafos y periodistas de todo el mundo que encendieron sus aparatos cuando el futbolista llegó. Ese día, la sala se engalanó de forma especial con los colores y el escudo españolista. Asistieron todos los miembros de la junta directiva (encabezados por el presidente José Fusté) y no faltó ninguno de los implicados en la contratación del astro. En la presentación se pudo ver a Ricardo Zamora, a Emil Osterreicher y por supuesto a Ladislao Kubala, quien ya había recibido a Di Stéfano a pie de la escalerilla del avión que le trajo de Madrid.
Y es que el Español logró juntar en un mismo club a las estrellas exiliadas del Real Madrid y el Barcelona, dos jugadores con un pasado exitoso y herido que buscaron cobijo al amparo blanquiazul. Pero como vamos a comprobar a continuación, la llegada de Di Stéfano a Barcelona estuvo cargada de detalles, algunos de ellos poco conocidos. Por ejemplo la reunión que mantuvieron en persona Kubala y Alfredo Di Stéfano cuando éste volvíó de sus vacaciones. Pero al rememorar ese encuentro entre la Saeta Rubia y Laszly nos trasladamos casi al final de la historia, justo cuando el jugador llegaba de Milán (el nombre de la otra gran pieza del puzzle) y ni siquiera los millones que se ofrecían en las islas británicas pudieron frenar su compromiso con el Español. Por tanto, para comenzar nuestro relato es justo acudir al principio. En junio de 1964 Di Stéfano dijo adiós al Real Madrid.
El final de blanco
El 24 de junio de 1964 (en la misma semana en la que España ganó su primera Eurocopa), la prensa anuncia que el Real Madrid ha concedido la baja a Alfredo Di Stéfano, con el que no cuenta en la confección de la plantilla de jugadores para la siguiente temporada pero al que se le reserva un puesto en el organigrama del club en el caso de que el protagonista esté de acuerdo. Di Stéfano se niega a aceptar esta última opción y alude a un problema con Miguel Muñoz. La mala relación con el técnico había vivido su punto culminante en la final de la Copa de Europa ante el Inter, un partido en el que ambos llegan a acusarse mutuamente de la derrota. Días después de darse a conocer su salida se pública el interés firme del Español por Di Stéfano, una operación en la que las dos partes parecen estar muy cercanas. El club catalán terminaba de salvarse del descenso en la promoción y había contratado a Emil Osterreicher (el que fuera secretario técnico del Honved y el Real Madrid), que junto a Ladislao Kubala (nombrado máximo responsable técnico el 26 de junio de 1964) deben confeccionar la plantilla de jugadores. No quedaba claro el cargo que ocuparía el exjugador del Barcelona (Kubala), ya que ni siquiera se sabía con certeza si había decidido colgar las botas definitivamente. Se especula incluso con la posibilidad de que asuma el papel de entrenador.
Al interés del Español por Di Stéfano se une el del Betis, club que le hace una oferta en firme en los primeros días del mes de julio como reconoce su presidente Benito Villamarín. Pero los andaluces no pueden competir con otros que ya habían llamado a la puerta del jugador tras conocer su libertad. Uno de ellos fue el Celtic de Glasgow (oferta que Di Stéfano reconoció años más tarde pero de la que no se tiene constancia antes del mes de agosto). Mientras tanto, un Santiago Bernabeu preocupado por la situación abandona la localidad alicantina de Santa Pola (donde veraneaba) para reunirse con Di Stéfano en Madrid; es un último intento de que el jugador permanezca en la entidad. Hay que recordar en este punto que el club le preparaba un partido amistoso de homenaje para estos días, encuentro que fue aplazado para el futuro en una fecha y rival por concretar. Di Stéfano se marchó de vacaciones a Niza.
Español, Milan o Celtic
Pero el verdadero culebrón se produjo a mediados del mes de julio de 1964, cuando se filtró a la prensa el interés del AC Milan por hacerse con sus servicios. La situación era la siguiente: en la liga italiana solo se permitía disponer de dos jugadores extranjeros por plantilla, pero durante esa temporada se iba a celebrar un acontecimiento que permitiría a los clubes ampliar su cupo a tres, los Juegos Olímpicos de Tokio. El Milan estaba interesado en incorporar a Di Stéfano para que jugara durante este periodo, aunque existía la posibilidad de que la federación permitiera a los clubes mantener un número superior de extranjeros hasta que finalizara la temporada como medida excepcional. La propuesta era interesante para el ya exjugador del Real Madrid, pero los italianos no estaban dispuesto a acometer su fichaje a cualquier precio.
El cuadro rossonero había intentado la contratación del delantero de la AS Roma Antonio Angelillo, por el que había ofrecido cinco veces más de la cantidad que pensaba invertir en Di Stéfano. Este detalle constituía una ofensa para el orgullo de un Alfredo que sin embargo, seguía esperando movimientos desde su retiro vacacional en Niza. El 21 de julio el jugador declara a la agencia ALFIL:
«Verdaderamente me gustaría jugar la próxima temporada con el Milán, es cierto que sus directivos vinieron a verme el domingo último, pero las cosas continúan en su fase de negociación. Al saber que me gustaría abandonar el Real Madrid, varios clubes me hicieron ofertas. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere al Club Deportivo Español de Barcelona y el Betis de Sevilla. El Milán es el tercer equipo que tiene contactos conmigo».
Pero el interés de los italianos no fue precisamente anecdótico, ya que en los últimos días de julio Di Stéfano acude a Milán acompañado de Luis Carniglia (que había pasado las vacaciones con él) para reunirse con los dirigentes del club de San Siro. En dicho encuentro el jugador expone la propuesta que había recibido del Español y emplaza a los italianos a emitir una contraoferta. Parece ser que la respuesta está muy por debajo de las pretensiones de Di Stéfano. El hecho de que el Milan no pueda recolocar o ceder al brasileño Germano en ningún equipo le sitúa no ya como tercer extranjero, sino teórico cuarto foráneo en una plantilla en la que en el mejor de los casos solo podrán jugar tres (y en periodo olímpico). Di Stéfano abandona Milán y viaja directamente a un lugar de la Costa Brava donde se reúne en exclusiva con Kubala. En la mesa la propuesta del Milan y la del Español, aunque se llega a hablar de una posible copropiedad por parte de los dos clubes. Pero lo cierto es que el club blanquiazul se mantiene firme en las condiciones ofrecidas en el pasado, con unos emolumentos que superan ampliamente los que ofrece el club italiano. Un día después, el 1 de agosto de 1964, Alfredo llega a Madrid al volante de su propio vehículo y parece que con la decisión sobre su futuro tomada.
72 horas más tarde Di Stéfano rechaza públicamente la propuesta del Milan y el 5 de agosto da su palabra al Español. Kubala declara que Di Stéfano formará parte de la plantilla y tendrá que ajustarse a la disciplina que marque el club. Se había especulado con la posibilidad de que no disputase los encuentros ante el Real Madrid e incluso que solo jugara los partidos que se celebrasen en Sarrià como prevención de lesiones. El Español se presenta el 8 de agosto sin Di Stéfano, al que se le espera en Barcelona los próximos días. Pedro Solé es el entrenador titular aunque Kubala permanece agazapado como director técnico. Curiosamente entre los jugadores que saltan al terreno de juego se encuentro su hijo, Branislav Kubala, que formará parte de la gira por Alemania y Austria que había concertado Emil Osterreicher. La presencia de Di Stéfano en estos partidos condicionaba de forma trascendental el dinero a recibir por el Español, por lo que el club blanquiazul vive con agobio estos días en los que solo cuenta con la palabra del jugador.
Di Stéfano se va a Galicia a apurar sus últimos días de vacaciones en medio de la intranquilidad de los dirigentes del Español. La noticia de una millonaria oferta llegada desde Escocia puede hacer que el fichaje quede abortado. Pero el 13 de agosto la agencia ALFIL publica una nota de la que se hacen eco diarios como ABC o La Vanguardia, en ella se explican algunos detalles del desesperado intento del Celtic de Glasgow por hacerse con los servicios del futbolista a última hora. También se especifica que Di Stéfano envió un telegrama a los escoceses declinando la propuesta.
Y así fue como el 19 de agosto de 1964 Di Stéfano cumplió su palabra y se convirtió oficialmente en futbolista del Real Club Deportivo Español de Barcelona. Atrás quedaba su triste salida del Real Madrid y un verano cargado de negociaciones, viajes y rumores. Su futuro blanquiazul quedaba sellado y en pocos días se haría realidad en el terreno de juego gracias a su debut en un partido jugado en Múnich. El resultado fue de empate a un gol, obra de Di Stéfano obviamente.