Sedomir Rodríguez de la Sierra Bencomo: Guardameta, entrenador. Icono del fútbol de Los Realejos
De Jerónimo David Álvarez GarcíaEn esta ocasión deseamos adentrarnos en la vida biografía deportiva de nuestro biografiado Sedomir Rodríguez de la Sierra Bencomo, deportista realejero, guardameta y entrenador, por su dilatada trayectoria deportiva definiremos merecidamente, cuando menos, como “icono del fútbol en Los Realejos”.
DATOS BIOGRÁFICOS
Sedomir Rodríguez de la Sierra y Bencomo, primeramente se aportarán sus datos vitales básicos.1 Constatamos que nace el 25 de mayo de 1947 en el norteño municipio de Realejo Alto, hijo del que también fuera deportista local e insular, Sedomir Rodríguez de la Sierra Hernández (1922-2007) y de María Aramita Bencomo Bethencourt. Deseo hacer un alto en este momento para aportar una referencia a su padre y mentor: Pues queda pendiente una semblanza más exhaustiva de su progenitor, Sedomir Rodríguez de la Sierra Hernández (histórico entrenador que fue de la U.D. Realejos) de quien le proviene la afición a este deporte. Luchador incansable del fútbol base, quien lavaba las camisetas de los jugadores, permitía los aseos de estos en su domicilio, buscaba financiación o pegaba carteles de los encuentros deportivos. No cabe dudada que también distinguiremos como icono del deporte rey en Los Realejos, del que la prensa insular al igual que a su hijo dio cumplida información de sus logro deportivos. Hemos de recordar que la familia de propietarios Rodríguez de la Sierra ha dado célebres nombres al Realejo Alto, entre ellos Agustín Rodríguez de la Sierra García (conocido como Don Agustín Regalado), alcalde que fue del pueblo, en repetidas ocasiones durante el primer tercio del siglo XX y bisabuelo paterno del biografiado.
Retomamos la biografía de nuestro protagonista para recordar como finalizada la enseñanza de sus primeras letras en el realejero Colegio de Nazaret y el bachiller en el Colegio de San Agustín, ingresó en la Escuela de Aparejadores de la Universidad de La Laguna, pero su recorrido en esta escuela técnica sería breve al ser expulsado por agredir a un profesor. Tras el percance, se matriculó en la Facultad de Magisterio, de la misma universidad, graduándose felizmente. Tras una efímera experiencia laboral como profesor de infantil en la enseñanza pública, donde constató su escasa vocación docente, su vida laboral se desarrolló como administrativo del Ayuntamiento de Los Realejos, hasta su jubilación acaecida en 2012. Su energía vital le brindó dos incursiones en otros ámbitos económicos como fueron el mundo de la promoción urbanística y la venta de vehículos, lo que le ha proporcionado posteriores y sustanciosas rentas. Casó con Mara González Hernández con quien ha procreado tres hijos; su primogénito es el reconocido diseñador tinerfeño Sedomir Rodríguez de la Sierra, completando su descendencia sus hijos Zebenzuí y Cristina Rodríguez de la Sierra González. De nuevo su energía vital y su faceta participativa en la vida social realejera le llevó a ostentar las presidencias del Círculo Viera y Clavijo de Los Realejos (1987-1989) y de la Comisión de Fiestas de San Isidro de Los Realejos en 1981 y colaborador con esta misma organización en el año 1983. Tras su retiro, disfruta del fútbol local tinerfeño, pues reconoce que el profesional le proporciona poca satisfacción, valora el trabajo, la pasión, en una palabra, y la naturalidad de los jóvenes jugadores no profesionales, que contrastan con los egos de los grandes caché nacionales. También colabora como contertulio en diversos programas deportivos en Gente Radio y recientemente con otras emisoras del sur de la isla.
BIOGRAFÍA DEPORTIVA
Su semblanza futbolística presenta dos facetas: como guardameta y la de entrenador. Pero antes de adentrarnos en su semblanza, se me permitirá solventar un curioso enigma de su trayectoria futbolística, aclarando el origen de su nombre deportivo por el que es familiarmente conocido, Chicho Sedomir. El apelativo surgió, como recuerda nuestro protagonista, cuando los medios de comunicación insulares se referían a su persona alternativamente como Chicho y como Sedomir; su amigo, el periodista Salvador García Llanos, alcalde que sería de Puerto de la Cruz, vio la necesidad de solucionar esa dicótoma, adecuándolo para que todos lo citaran de igual forma. Así que, como nos relata, lo resolvió de esta manera, según nos relata nuestro biografiado: “te vamos a dar un segundo bautismo, poniéndote como nombre Chicho Sedomir, ni para uno, ni para otro. Y así fue”.
La genética e influencia de su padre, cuyos méritos hemos reconocido en el punto anterior, son evidentes, pues comenzó a jugar a la pelota en su niñez como portero y medio volante. Su envergadura le permitía, unido a su técnica, cubrir la portería con su cuerpo y brazos, a esto se añade que su residencia se ubicaba frente al realejero Estadio de Los Príncipes, en la Calle de Viera y Clavijo o del Agua. Se federó a los nueve años de edad en el Infantil Realejos y sus inicios como portero en el Juvenil Realejos fue una decisión de su padre y de Antonio Oliva (1936-2021) que ha sido homenajeado recientemente por el Ayuntamiento de Los Realejos. Desde ese momento se extenderá una dilatada carrera deportiva hasta finalizar en el Veteranos de la Unión Deportiva Realejos, durante la temporada 1982-83. La figura del progenitor planea de nuevo sobre su trayectoria, pues nos recuerda el biografiado: mi padre me hacía sudar la gota gorda, su presión era superior conmigo pues yo era su hijo y me perdonaba menos, sus enfados con otros los descargaba en mí. Sedomir jugó con la Unión Deportiva Realejos durante 23 temporadas y en ella inició su carrera como entrenador de ese mismo equipo norteño. Mención especial es su estancia temporal en el Club Deportivo Tenerife (selección juvenil) y posteriormente en el Club Deportivo Puerto Cruz, donde ganó la Copa Heliodoro Rodríguez López. En este punto nos recuerda con afecto a su primer preparador, Jesús El Perdomero, en la Unión Deportiva Orotava.
De las innumerables citas deportivas y sus pertinentes reseñas en la prensa insular, se nos antoja citar un histórico evento en el que participó como guardameta. Este célebre encuentro fue disputado en el Estadio Municipal de Los Príncipes, cuando la Unión Deportiva Realejos en Venezuela viajó a Tenerife en agosto de 1968, y se enfrentó a su hermana la Unión Deportiva Realejos. El memorable y entrañable partido fue documentado en los rotativos, incluso en los de la provincia de Las Palmas, quedando redactado en esta forma: se ha organizado un encuentro futbolístico para el domingo próximo a las 5 de la tarde, entre los dos contrincantes homónimos: Unión Deportiva Realejos y Unión Deportiva Realejos de Venezuela. El encuentro del domingo 18 fue espectacular; amenizó la Banda de Música de Manuel Molina “El Pachincha”, y no faltaron hermosas realejeras ataviadas a lo “vedette” que desde la plaza Viera y Clavijo desfilaron por las calles al ritmo de la música. Sin olvidar el aforo del realejero Estadio de Los Príncipes, que se desbordó. El saque de honor estuvo a cargo de sendas madrinas, recuerda Hernández Díaz en su texto; este autor aporta la alineación del equipo local: Sedomir (…) como guardameta, López, Totón, Navarro, Cabrera, Donato, Félix, Luna, Adolfo, Santiago, Nato, Alfredo, Heraclio, Domingo, Armas, Socorro, Lalé, Lucas y Nicio, entrenados por Sedomir (padre). Para el equipo de emigrantes a Venezuela se relaciona el siguiente once: Tigre, Quico, nuestro protagonista, Foncho, Chogrande, Nani, Lugo, Del Pino, Mon, Puchades, Ferrer, Juan Carlos, Pedrito, Pedrín, José María y Chacho, entrenados por Agustín. Tras el intercambio de regalos y recuerdos del evento, se disputó el partido que finalizó con el marcador de 4-2, con victoria del equipo local.2
De su dilatada carrera, sobradamente documentada en la prensa deportiva insular, debemos reseñar la nota publicada por el Diario de Avisos en su edición del 8 de abril de 1980 donde se informó del decisivo encuentro entre la Unión Deportiva Realejos (2) contra el Marino (1), quedando clasificado el once realejero para el ascenso a 3ª División. El texto del rotativo nos ilustra lo acaecido: concluyó el Campeonato de categoría Preferente, en el que el Realejos, con todo merecimiento, se ha proclamado brillante campeón. De cualquier forma, hay que dejar constancia de que si hubiese sido el Marino, con la misma justicia habría que aceptarlo, pero, mientras los realejeros mantuvieron una envidiable regularidad, los marinistas tuvieron que sufrir un bache hacia la mitad del torneo, que posteriormente les ha resultado decisivo. Tuvieron que jugárselo todo en «Los Príncipes», en un partido a vida o muerte, con el ambiente a favor de los propietarios y con el hándicap de siempre, es decir, sin suplentes de talla que hubiesen podido suplir cualquier contingencia. De cualquier forma, ahí está su mérito: campeones de la Copa y subcampeones de Liga. En cuanto al Realejos, el oficio de varios de sus hombres, como Sedomir, Pepito, Hucho, Gabriel y la experiencia del técnico Medina, a la hora de la verdad han resultado fundamentales. Ello unido al entusiasmo de unos dirigentes, recién llegados, pero que han trabajado con honestidad y han puesto su empeño en llegar a la cima de la Preferente.3
Dicho todo lo anterior, en esta nutrida carrera deportiva repleta de numerosos triunfos, nuestro protagonista reconoce que su máxima goleada como portero la sufrió durante la Liga Interregional Tenerife – Las Palmas, cuando el Artesano ganó al Puerto Cruz por 7 goles a 1. Finalmente, decide colgar las botas durante la temporada 1981-82, en el encuentro de la Unión Deportiva Realejos contra el Club Deportivo Puerto Cruz, que finalizó con un resultado de 2 a 0.4
Finalizada su trayectoria como guardameta, una nueva etapa se cierne sobre nuestro biografiado, ahora como entrenador. Recuerda que se inicia satisfactoriamente entrenando a la Unión Deportiva Realejos de 3ª División (1981-1983), cuando sustituyó al entrenador titular José Manuel; en vista del buen resultado, el presidente del equipo, el empresario realejero Isidro Dorta, le asignó el puesto.
La relación continúa como míster de la Unión Deportiva Orotava (3ª División Nacional) entre 1983 y 1985. Este equipo estaba en descenso y nuestro biografiado evitó su descalificación, pasando a Tercera División la siguiente temporada y posteriormente clasificándolo para la Copa del Rey. Retomó la dirección deportiva de la Unión Deportiva Realejos (3ª División Nacional) entre 1985 y 1986, aunque esta etapa no fue plenamente satisfactoria para Chicho Sedomir, pues hicieron aparición ciertos problemas de depresión nerviosa, su galeno le invitó a asumir los retos con mayor tranquilidad, algo difícil para nuestro protagonista de fuerte temperamento como es sabido. En la Isla Baja ostentó el cargo de 1º entrenador del Club Deportivo Gara de Garachico (2ª Regional) en la temporada 1986-1987, quedando campeón de su categoría. De ahí prosiguió como 1º entrenador de la Unión Deportiva Guancha (1987-88), otorgando con su esfuerzo el título de campeón al equipo de la localidad de la célebre fuente, pero descendiendo el Gara, al que había entrenado anteriormente, como queda dicho. Regresa como entrenador al Club Deportivo Gara (1988-91) e Icodense en (1989-1990) y durante esos tres años fueron campeones consecutivos y se gestó su paso a Tercera División. Siendo míster de la Unión Deportiva Guancha (2ª Regional) en la temporada 1991-1992, quedó campeón nuevamente y alineó al Club Deportivo Gara de Regional Preferente como su primer entrenador (1992-93). Con el Club Deportivo Puerto Cruz (Regional Preferente) fue 1º entrenador (1993-95), y también lo fue de la Unión Deportiva Icodense (3º División Nacional) entre 1995 y 1996; retoma al Club Deportivo Gara (2ª Regional) en la temporada 1996-1997 (dirección que alternó temporalmente con la del C. D. Sauzal),5 donde consiguió evitar el descenso ascendió al equipo a categoría preferente.
De regreso a su pueblo natal fue primer entrenador de la Unión Deportiva Realejos (3ª División Nacional) en los años 1997 y 1998, aunque como nos reconoce, su función efectiva era la de secretario técnico;6 en la temporada siguiente dirigió a la Unión Deportiva Cruz Santa Regional Preferente. (1998-1999). Retomó su labor con la Unión Deportiva Realejos (3ª División Nacional de 1º entrenador) entre 2000 y 2001 y con la Unión Deportiva Realejos de Regional Preferente al año siguiente. Su carrera como director deportivo concluye en el Club Deportivo Gara de 2ª Regional como 1º entrenador (2004-2006). Nuestro biografiado desea concluir esta relación recordando cómo, siendo entrenador del Gara, ganó los campeonatos correspondientes a cuatro temporadas (1986-1987, 1988-1989, 1989-1990 y 1992-1993). A esto se añade la fructífera labor cuando dirigió al Gara y fue subcampeón de la Copa Heliodoro en la temporada 1989-1990, al perder por 2-0 contra la Unión Deportiva Güímar.
Probablemente, de entre sus galardones, el más honroso se nos antoja la Copa Heliodoro Rodríguez López, ganada por la Unión Deportiva Realejos bajo su dirección en la temporada 1997-1998. La trayectoria deportiva de Sedomir Rodríguez de la Sierra Bencomo queda sobradamente definida cuando se constata que poseyó cincuenta fichas continuas (veinticinco de jugador y veinticinco como entrenador).
Al finalizar nuestra conversación con Chicho Sedomir, nos revela que la técnica deportiva para un portero consiste en jugar principalmente con los pies; también es cierto, nos reconoce, que las mejoras actuales de los reglamentos han perjudicado a los guardametas. Se consideraba un cancerbero con mucha personalidad y reconoce sus cualidades innatas para triunfar, pero, debe asentir, ante la evidencia, que no entrenaba lo necesario, aún así se define como “un portero seguro de sí mismo”. La envergadura del guardameta siempre ayuda, pero debe tener seguridad en la salida por alto y reflejo para el balón (lo que él define como intuición). Durante la entrevista, el biografiado nos reconoce su secreto: “en los entrenamientos la primera obligación es asistir y después el trabajo bajo la supervisión del preparador físico”. Asegura que las lesiones, si son muy graves, afectan psicológicamente y dejan impedido al jugador temporalmente, afectando más aún que las secuelas físicas. En otros aspectos, asevera que, en lo referente a las negociaciones técnicas y económicas con los equipos, hubo una época pretérita, en la que el fútbol regional estaba excesivamente cotizado, como sucedió también en Los Realejos. Las nóminas parecían muy desorbitadas para las categorías que lo disputaban. Además es cierto, que en ese tiempo los equipos en activo eran en número inferior a los actuales y los buenos jugadores se concentraban en pocos onces. El deporte masivo y su difusión en la televisión han hecho daño al fútbol, pues existe más variedad de encuentros deportivos que se retransmiten, dejando de ser el deporte rey. Reconoce que el dinero ayuda a formar un equipo regional, principalmente, desde el portero al extremo izquierdo. Enuncia categóricamente que el jugador debe ser buen futbolista y buena persona, en tanto que sobre las virtudes del entrenador, evidentemente debe estar formado y con la misión de que el equipo sea una piña, que no siempre se consigue. Advierte que se deben controlar los egos de los jugadores pues resultan peligrosos, además de la violencia en el deporte, que lamentablemente en muchas ocasiones caminan a la par.7 Durante su etapa como entrenador, ha dejado en el banquillo en muchas ocasiones, a los mejores jugadores; también él fue arrestado en algún partido, tanto como jugador, como entrenador.8 Está orgulloso de la inmensa mayoría de sus compañeros con los que mantiene la amistad, pero destaca ante todo a Antonio, el portero del Cruz Santa, (su ahijado deportivo). Reconoce que no tiene enemigos porque las discrepancias las resolvía directamente con el afectado, así que no guarda rencor. Conoció a grandes futbolistas como Johan Cruify Barrios, con quienes coincidió casualmente en una peluquería de Barcelona; además de David Amaral, Agustín Rodríguez Santiago, portero del Real Madrid, Manolo Medina, el viruta, o personalidades políticas y sociales como Paco Afonso (Gobernador Civil de Tenerife), del que fue compañero de clase y políticos como Lorenzo Dorta o Pepe Estévez; (reconoce que disfrutó de buenos contactos en su época de actividad deportiva).
A su retiro, donde disfruta de los réditos deportivos, tanto personales como materiales, ha añadido a su palmarés un reconocimiento; en 2013 en la presentación oficial del Trofeo Teide: la organización hizo entrega de las insignias de oro del Trofeo Teide, al destacado entrenador Chicho Sedomir y Luciano Hernández, en el salón de plenos del ayuntamiento realejero, según publicaba la prensa insular, en presencia del alcalde Manuel Domínguez González y el concejal de Deportes Benito Dévora Hernández.9
CONCLUSIONES.
Cuando nuestro biografiado avanza por su séptima década de existencia, con la oportunidad que este texto le proporciona para recapitular su trayectoria deportiva, reflexiona sobre ella y reconoce que la tenacidad no lo define, de poseerla “hubiese sido mejor estudiante, habría aportado más”. Es claro al afirmar cómo “le gustaba la buena vida”. Se considera un entrenador aceptable y justo; es evidente que su principal virtud tampoco es la diplomacia, esta carencia le ha ocasionado numerosos desencuentros personales, pero sí lo es la sinceridad. Decía el matemático y filosofo francés Blaise Pascal (1623-1662): “que la verdad es útil para quien la escucha pero desventajosa para quien la dice porque lo hace odioso”. Sedomir nos confiesa que si volviera a nacer repetiría su carrera deportiva; no es menos cierto que tuvo la ilusión de dar un paso adelante, ¿quizás como míster de Primera División?. Por último reconoce, que no niega la evidencia, que su actividad como entrenador le proporcionó una saneada economía, además de sentirse reconocido tanto mientras lo ejerció, como ahora en su vejez. Al contrario de lo que puede suceder habitualmente en este tipo de aficiones o segundas actividades profesionales, que restan tiempo y dedicación a la vida familiar, reconoce que siempre tuvo el apoyo incondicional de su mujer Mara.
La semblanza de Sedomir Rodríguez de la Sierra Bencomo (Chicho Sedomir), nos acerca al hombre, a la persona, al apasionado del balompié, que con su trabajo aplicó su técnica deportiva, coherente con sus ideales, de fuerte temperamento; virtudes y defectos, en ocasiones útiles para la práctica deportiva, aunque no para otros aspectos de la vida social y laboral del común de los mortales. Éstas definen a ese icono de referencia en la historia del deporte local y regional, donde dejó un importante legado. La trayectoria como jugador y entrenador queda sobradamente documentada en la prensa regional, a la que remitimos al interesado para un posible profundización en el tema hoy tratado.
Un primer borrador de esta biografía deportiva autorizada se presentó a Don Sedomir Rodríguez de la Sierra Bencomo, en el Círculo Viera y Clavijo de Los Realejos, en el invierno de 2020 ante don Javier Acevedo Reyes. Agradezco los comentarios surgidos tras la lectura del texto definitivo a su hermano, el también deportista realejero, Delmiro Rodríguez de la Sierra Bencomo y del periodista deportivo José Manuel Martín.
1Agradezco la colaboración de mi amigo José Peraza Hernández a quien, amén de las fotografías que se señalan más adelante, debo las primeras referencias de este texto nacidas a la luz de una entrevista personal con Sedomir Rodríguez de la Sierra el 7 de febrero de 2020 en el Círculo Viera y Clavijo de Los Realejos.
2Si el lector deseara profundizar en las organizaciones deportivas, culturales y sociales de los realejeros emigrados a Venezuela, en la segunda mitad del pasado siglo remitimos a PERAZA HERNÁNDEZ, José, “Personajes del fútbol realejero: José Antonio Mesa Yanes”. La Prensa-El Día, sábado 3 de agosto de 2019 p.4, BULL, Biblioteca de la Universidad de La Laguna.
3Diario de Avisos, 8 de abril de 1980, p. 27. Jable. ULPGC. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
4La prensa deportiva regional dejaba constancia de la decisión de nuestro biografiado cuando al aportar las alineaciones aclaraba que eran las bajas: Francis, (al Orotava), Luisi (Gara), Chelo (C D. Tenerife), Juan Antonio y Gerardo (sancionados por un año) y Sedomir (se retira del fútbol activo). El Eco de Canarias, 28 de julio de 1981, p. 27, Jable. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
5La prensa deportiva insular notificaba que: de todos es sabido que el actual secretario técnico del Realejos y hasta hace una semana entrenador del Sauzal, Chicho Sedomir, suena como máximo responsable técnico del conjunto realejero para la próxima campaña, toda vez que se ha confirmado la renuncia de Alfonso Rivero. El Día, 22 de junio de 1997, p.47. BULL, Biblioteca de la Universidad de La Laguna.
6El Día, 1 de julio de 1997, p. 34. Jable. ULPGC. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
7Si el lector deseara profundizar en las virtudes, y principalmente defectos, de la clase deportiva remitimos a la breve biografía del desaparecido astro futbolístico argentino Maradona en, SEBRELI, Juan José, Comediantes y mártires: ensayo contra los mitos, 1º Ed. Barcelona, Debate, 2008, pp. 165-202.
8De nuevo la prensa deportiva nos ilustra la personalidad de nuestro biografiado: Realejos, 5 – Las Torres 1, dirigió el encuentro el colegiado tinerfeño José Darío Tou Cruz, que tuvo una regular actuación. Expulsó al entrenador local Chicho Sedomir y mostró tarjeta amarilla a Falo, de las Torres. El Eco de Canarias, 12 de octubre de 1982, p. 23. Jable. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
9Diario de Avisos, sábado 3 de agosto de 2013, p.38, Jable. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.