Copa Catalunya 1994: El campeón de los Pirineos
De Víctor EscribanoSe cumplen veinticinco años del triunfo más importante de un equipo de fútbol andorrano
Hoy, el Futbol Club Andorra es noticia tras haber sido comprado por un grupo inversor, cuya cara visible es el jugador del Futbol Club Barcelona Gerard Piqué, que le ayudará a pagar sus deudas y a volver al fútbol profesional. Por otra parte, pronto hará veinticinco años que esta pequeña entidad de este minúsculo país era noticia en la prensa por motivos bien diferentes.
Después de una campaña 1993-94 anclado en la parte media-baja de la clasificación del grupo III de la Segunda División B, el Fútbol Club Andorra encaraba al término de ésta un histórico torneo que, dicho sea, ha ido a menos a lo largo de los años: la Copa Catalunya. Todavía bajo el nombre de Copa Generalitat, la última participación del conjunto andorrano en esta competición fue tan breve como decepcionante: el CE Sabadell le endosó un 5-1 en el Camp d’Esports de Lleida en la primera ronda. En 1994 la competición fue rebautizada con el nombre de Copa Catalunya; tal vez el nuevo nombre reportaría más fortuna a los del Principado.
EL CAMINO HASTA LA FINAL
La travesía del FC Andorra en la competición empezó el miércoles 25 de mayo. El partido que lo enfrontaba a la Unió Esportiva Figueres se disputó en campo neutral, concretamente en el Estadi Narcís Sala del barrio de Sant Andreu del Palomar, en Barcelona. Los andorranos vencieron sin demasiadas dificultades; dominaron el juego y las ocasiones, yéndose con un 1-0 favorable al descanso, y levantándose tras un gol en propia puerta de Jonás al cuarto de hora de la reanudación. El resultado final fue de 3-1 para el equipo de Manolo Buján.
Habían llegado a las semifinales, así que la participación del Andorra ya había sido mejor que la de la última campaña. En la siguiente fase les esperaba ni más ni menos que el FC Barcelona. El equipo de Johan Cruyff se acababa de clasificar para la final de la Liga de Campeones tras eliminar al Oporto y en una semana disputaba un partido crucial contra el Real Madrid que debía ganar para seguirle disputando el campeonato liguero a un formidable Deportivo de La Coruña. Con todo, era de esperar que para el partido del 30 de mayo, el técnico holandés optara por un once formado por jugadores poco habituales. Y así fue. De los jugadores de la partida, sólo Amor era frecuentemente titular, mientras que Iglesias, Eusebio y Quique Estebaranz acostumbraban a ser reservas. El resto de jugadores no formaban parte del primer equipo. En el otro bando, el Andorra se podía permitir salir con toda la artillería dado que su temporada ya había acabado y, sobre todo, porque el premio de ganarle al club más poderoso de Cataluña era incalculable.
El partido se disputó en la Nova Creu Alta de Sabadell. Como era de esperar, la iniciativa la llevaron los azulgrana, que se adelantaron antes de llegar a la media hora de juego gracias a un remate de cabeza del delantero del filial Quique Martín aprovechando una mala salida del portero Iñaki. Pero poco más de cinco minutos después el Andorra reaccionó, y un mal rechace de un novel Sánchez Jara se coló dentro de la portería defendida por Angoy, restableciendo de esta manera el empate con el que se llegaría al descanso. Y así se mantuvo el marcador hasta el último minuto de partido, cuando Joan Antoni Carrillo, el que en un futuro sería ayudante de Mauricio Pochettino en el Espanyol y entrenador del Almería, se escapó en un uno contra uno con el portero culé, al que batió picándole el balón por encima y culminando una gesta histórica. Una que, curiosamente, el entonces presidente del Barça, Josep Lluís Nuñez, aseguró que no vio. El partido acabó 2-1 para los andorranos, que se plantaban contra todo pronóstico en la final de la Copa Catalunya para enfrentarse a otro grande del territorio: el Reial Club Deportiu Espanyol de Barcelona.
UNA NOCHE PARA LA HISTORIA
El mero hecho de llegar a la final de la Copa Catalunya ya era una auténtica proeza. Nunca ningún equipo del Principado había conseguido llegar tan lejos. Haber eliminado al Barça por el camino añadía ese punto de épica que tienen todos los milagros deportivos, por lo que la sombra en el horizonte de otro gigante catalán, que venía de conseguir el ascenso directo a Primera División hacía poco más de dos semanas, ya no intimidaba tanto. El partido se disputaría el martes 7 de junio en el Camp Municipal de Vilassar de Mar, actualmente llamado Xevi Ramon. Días antes, el presidente del FC Andorra, Antoni Rogel, se encargó de caldear el ambiente: “le hemos aguado la fiesta a la Federación Catalana”, afirmaba, haciendo referencia a la posible final entre Barça y Espanyol que su equipo impidió que se celebrase.
Alrededor de dos mil espectadores se acercaron a las instalacions de la UE Vilassar de Mar para presenciar la final. A pesar que los de Camacho dispusieron de las ocasiones más claras del partido – sobre todo en la segunda mitad –, los noventa minutos finalizaron sin goles, por lo que el vencedor se decidiría desde los once metros. El portero de los andorranos atajó el primer penalti, mientras que los palos se encargaron de no dejar entrar el chut de un jovencísimo Jordi Lardín. Jaume Martínez, Molinero y Jonás anotaron para los del Principado, dejándole a Manolo García la responsabilidad de entrar en la historia del fútbol andorrano y catalán convirtiendo el cuarto y definitivo lanzamiento. Y así lo hizo. El FC Andorra se impuso al Espanyol por 4 a 2 en la tanda de penaltis y se proclamó campeón de la Copa Catalunya por primera y única vez en su historia.
Reportaje realizado para la materia de “Historia del Periodismo Deportivo” que imparte Xavier G. Luque en el Máster de Periodismo Deportivo de la UPF.