Misterios olímpicos (I). Villota y Amézola
De Fernando ArrecheaDESBARAJUSTE OLÍMPICO
«A las ideas hay que aplicarles el cauterio y a las personas hay que tratarlas con consideración».
Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós, Marqués de Villaviciosa de Asturias (1870-1941).
El verano de 2008 la fiebre olímpica inundó los medios de comunicación y prácticamente todos publicaron especiales sobre Beijing 2008 que contenían la historia de los Juegos Olímpicos y la trayectoria de los deportistas españoles.
Leímos cosas como estas: «En París 1900 España inauguró su medallero con el oro de los pelotaris Villota y Amézola y la plata del Marqués de Villaviciosa en tiro», algunos aumentaron la confusión al afirmar que la medalla del marqués fue de tiro con arco, otros publicaron que no sabía nada del torneo de pelota vasca, ni cuando se jugó, ni donde, ni cuál fue el resultado. Aquellos lectores más inquietos que acudieron a las webs del Comité Olímpico Internacional y del Comité Olímpico Español para aclarar las ideas, fracasaron en su objetivo. El COI omitía la medalla del marqués de Villaviciosa, el COE afirmaba que la medalla de los pelotaris procedía «de los archivos del COI» y la de Villaviciosa «de la Academia Olímpica Española». Esta disparidad de criterios provocó una cierta polémica al ganar el tirador de esgrima José Luis Abajo una medalla de bronce y proclamar a los cuatro vientos TVE y casi todos los demás medios que se trataba de la medalla número cien del olimpismo patrio. Cualquiera que acudiera a la web del COI o a recursos como Wikipedia y se molestara en hacer cuentas adivinaba que faltaba una para la centena…
El origen de este lío está en los supuestos Juegos Olímpicos que se disputaron en París en 1900. Y digo supuestos porque lo que se celebró en París aquel verano no fueron unos JJ.OO., sino una Exposición Universal, en el marco de la cual se disputaron una larga serie de competiciones deportivas (34 en total, con 58.781 participantes de 30 países) para profesionales y aficionados llamadas «Concursos Internacionales de Ejercicios Físicos y Deportes». No hubo ceremonias de inauguración ni clausura, no hubo entrega de medallas, no se pronunció el termino «Juegos Olímpicos» ni una vez, ni nadie tuvo la sensación de estar participando en unos JJ.OO…
Pero el barón de Coubertin y el COI, a pesar de la vergüenza que les abrumaba, hicieron de tripas corazón y colocaron aquellos «Juegos Fantasma» en su palmares, y dejaron que cada país escribiera su historia a voluntad. Concretamente en España, a partir de los años 60, empezó a circular el dato de que don Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa de Asturias, había participado en París 1900 en la prueba de «tiro al pichón» y había ganado la medalla de plata. La leyenda adquirió diversas variantes (como toda leyenda urbana que se precie), así en ocasiones se le llama «Santiago» Pidal en lugar de Pedro, y en ocasiones se dice que fue un torneo de tiro con arco. ¿Se imaginan la caza de pichones con arco y flechas?…evidentemente fue con armas de fuego (calibre 12, cañón largo)… El historiador olímpico Joan Fauria i García lleva muchos años proclamando que ese torneo de tiro al pichón («Premio del Centenario») disputado en el «Bois de Boulogne» el 19 y 20 de junio de 1900, fue para profesionales, requería de una cuota de inscripción y tenía un premio de 5.000 Francos para el ganador. No fue olímpico y mantenerlo en el medallero es un error, pero no parece que la Academia Olímpica Española tenga ninguna intención de rectificar.
En 1998 un historiador llamado Bill Mallon publicó un libro (The 1900 Olympic Games. Results for All Competitors in All Events, with Commentary) en el que aplicando cuatro reglas (ser pruebas para amateurs, abiertas, internacionales y sin «hándicaps») clasificaba las pruebas deportivas de la Exposición de París 1900 entre «olímpicas» y «no olímpicas». Mallon rescataba del olvido dos torneos de pelota vasca disputados, uno para profesionales (por lo tanto «no olímpico»), ganado por Barrenechea e Ituarte, y otro amateur («olímpico») ganado por Villota y Amézola. En 2004 el COI aceptó las conclusiones de Mallon y las aplicó, de esta forma Villota y Amézola (de los que la única información que teníamos eran sus apellidos y sus ciudades de procedencia: Madrid y Bilbao), se convertían en los primeros medallistas olímpicos españoles.
El COE aceptó (sin entusiasmo) la nueva medalla de oro, pero se negó a borrar la medalla de plata «fantasma» de don Pedro. Además en el hall de su sede madrileña sigue destacando una placa de mármol dedicada al marqués de Villaviciosa como primer olímpico (tal honor corresponde al duque de Gor, que debutó en esgrima el 14 de mayo de 1900) y medallista español. Las protestas de varios historiadores y de don Jaime González Chas (tirador olímpico en cuatro Juegos y Presidente de la Asociación Nacional de Tiradores) no han surtido efecto alguno.
LA PELOTA VASCA EN PARÍS 1900
«Por lo mismo que el señor Villota es un hombre fuerte, es generoso, atento y bueno con los humildes, a los que tiende con verdadero afecto y noble desinterés su mano de amigo.»
«S.». «Gran Vida», marzo de 1904.
La inclusión de la pelota vasca en el programa de 1900 provocó críticas y burlas hacia «ce jeu du Midi», pero la insistencia de M.Petit, presidente de la Sociedad Vasca y bien relacionado con la organización de la Exposición, lo hizo posible.
Se convocaron tres torneos: uno profesional de cesta punta (con 800 Francos y el titulo de «campeones del mundo» en juego, al que se inscribieron tres parejas), uno amateur de cesta punta (con unos objetos de arte y el titulo de «campeones del mundo amateur» como premio, con dos parejas inscritas) y otro de pelota a mano para aficionados (al que no acudió nadie). Los torneos tuvieron el frontón de la Sociedad de Pelota como sede, se trataba de una pequeña instalación situada en el número 26 de la calle Pauline Borghèse de Neuilly-sur-Seine, y los partidos se jugaron el 17, 19 y 21 de junio de 1900, aunque el éxito de público fue tal (hasta 1.000 espectadores) que se programaron varios partidos amistosos durante el mes de julio.
Los inscritos en el torneo profesional fueron: Ángel Barrenechea y Juan Ituarte, ambos de Marquina (campeones), José Elicegui y «Abadiano» que quedaron segundos, y los franceses de Cambó (y hermanos) Pierre y Joseph Apesteguy («Chiquito de Cambó»), que fueron últimos. Faltaban años para que Chiquito se convirtiera en la leyenda que aún se recuerda. El frontón de París lleva hoy su nombre.
Los resultados fueron los siguientes: el 17 de junio Elicegui-Abadiano ganaron a los hermanos Apesteguy 70-56.
El 19 Barrenechea-Ituarte baten a Elicegui-Abadiano por 70-62.
Finalmente, el 21, Barrenechea-Ituarte ganan a Chiquito de Cambó y su hermano por 90-72 tras un empate inicial a 67.
Recordemos que el COI no reconoce este torneo, que fue seguido con enorme interés por varios medios franceses de la época desde una perspectiva más antropológica que meramente deportiva.
¿Y el torneo amateur? ¿Cuál fue su marcador?
Según el libro oficial de los «Concursos», la pareja anfitriona (Maurice Durquetty y Etchegaray) se retiró antes del partido por «los cargos» de la organización y los españoles Villota («de Madrid») y Amézola («de Bilbao») fueron proclamados «campeones del mundo amateurs de pelota vasca» y recibieron unos objetos de arte valorados en 150 Francos. 98 años después Bill Mallon los convirtió en «campeones olímpicos» y en 2004 el COI lo «bendijo».
Aparentemente, las medallas olímpicas menos sudadas de la historia desde las ganadas por Nerón en el año 67. He podido localizar otras dos fuentes contemporáneas que hablan de la disputa de varios partidos individuales y un único campeón: Villota. Es un descubrimiento muy reciente y motivo de debate. Pero nada más sabíamos de ellos hasta 2008, y a poca gente parecía interesarle. Seguían siendo «Villota» y «Amézola», sin nombre de pila, sin fotos, sin aparecer en ninguna parte, como unos parientes incómodos a los que no apetecía recordar.
Algunos hemos intentado remediar este extraño «castigo» investigando sobre ellos. Tuve la suerte de encontrar en el número de marzo de 1904 de la revista madrileña «Gran Vida» un breve artículo-homenaje a don Francisco Villota Baquiola, en la que se comentaba que era el vigente campeón del mundo amateur de pelota vasca, título que había logrado en la Exposición de 1900. El artículo estaba ilustrado con una foto histórica: Francisco Villota vestido de pelotari, con su cesta.
Francisco Villota Baquiola, nacido en Madrid en 1873, hijo de Luciano Villota Urroz y de Pilar Baquiola Villar, hidalgos ricos de Mioño (municipio de Castro Urdiales, Cantabria), licenciado en derecho en 1899, aparece con cierta frecuencia en la prensa madrileña deportiva de inicios del siglo XX como organizador y patrocinador de torneos de pelota en la capital y es uno de los dos primeros medallistas españoles, falleció en 1949.
¿Y Amézola?
Amézola fue don José de Amézola y Aspizúa (1874-1922).
La prueba más concluyente es la noticia aparecida en la «Unión Vascongada» (diario monárquico de San Sebastián) el 3 de enero de 1899 en la que podemos leer: «En el Euskalduna de Bilbao se efectuó también el domingo otro partido a beneficio del colegio de sordomudos y ciegos de Deusto. Jugaron primeramente a 40 tantos los distinguidos aficionados don Teodoro Aguirre y don José Power, azules, contra don José de Amézola y don José Echevarría, rojos.Los dos Pepes jugaron superiormente, y aunque los contrarios se defendieron bien, ganaron aquellos por 10 tantos. De juez de plaza actuó el maestro Chiquito de Eibar y de jueces don Roberto Echevarría y don Pedro Igartua. -Luego jugaron Chapasta y Abadiano contra Macala y Berrondo. Estos quedaron en 35 tantos. El beneficio a favor del colegio de sordomudos y ciegos de Deusto ha producido cerca de 3.609 pesetas.»
Es él, podemos afirmarlo: hijo de uno de los principales empresarios de la época (don José de Amézola Biriga) y por lo tanto uno de los pocos privilegiados que podía costearse el snobismo de viajar a París para visitar la Expo, «distinguido pelotari aficionado» (según Jesús Mª.Azurmendi, una eminencia en la historia de la pelota vasca), participante en partidos benéficos de «shistera» o cesta punta unos meses antes de la Exposición Parisina…
José de Amézola y Aspizúa nació en Izarra (Urkabustaiz, Álava) en 1874, fue empresario, vocal del Banco de Bilbao, secretario de la Comisión Provincial de Vizcaya , diputado conservador por Durango en las elecciones de 1914 (derrotando al candidato «jaimista» o tradicionalista Esteban Bilbao en unas discutidas elecciones cuyos resultados no aceptaron los derrotados dando lugar a enfrentamientos que acabaron con un fallecido entre los seguidores de Amézola y varios «requetés» detenidos) , gentilhombre con servicio de Alfonso XIII desde 1920 y empresario teatral y taurino. Falleció en 1922 en el sanatorio de Cercedilla dejando como viuda a Teresa Garay (habían tenido dos hijos: José y Soledad). Sus hermanos (Lauro, Teófilo, Martín, Baltasar, Ladislao) también destacaron en los negocios, la política (aunque Baltasar desde el PNV) y los deportes (tiro al pichón, vela, automovilismo, ciclismo, directivos del Athletic Club, etc.), al menos Lauro y Martín también fueron aficionados a la pelota. La familia procedía de Etxebarri (Vizcaya), donde se conserva el Palacio Amézola y en cuya iglesia (San Esteban) se encuentra la cripta familiar, aunque José de Amézola está enterrado en el pueblo de su esposa: Arceniega (Álava).
La pelota vasca nunca más ha estado en el programa oficial de unos Juegos Olímpicos, regresó como deporte de exhibición en París 1924, en México 68 y en Barcelona 92. También figuraba en la candidatura de Madrid 72.
Desgraciadamente el COI suprimió los deportes de exhibición tras los JJ.OO. de 1992, por lo que no parece probable que alguien pueda acompañar en el palmarés a Francisco Villota y a José de Amézola.
Primeros y últimos campeones olímpicos de pelota vasca.
Es de reseñar así mismo la numerosa presencia (además de los pelotaris profesionales y amateurs) de deportistas españoles en los «Concursos» de París 1900. En pruebas reconocidas hoy como «olímpicas» compitieron el duque de Gor en esgrima y cinco remeros de Barcelona (Camps, Formica-Corsi, Margarit, Quintana y Vela). También en ciclismo un francés llamado Fernand Sanz del que hemos podido demostrar que se trataba de Fernando Sanz y Martínez de Arizala, uno de los hijos naturales de Alfonso XII con la cantante de ópera Elena Sanz.
En pruebas «no olímpicas»: el celebre marqués de Villaviciosa y don Camilo Hurtado de Amézaga en tiro al pichón, Luis de Errazu en polo, el marqués de Guadalmina en hípica y un ciclista profesional apellidado Soler. En las pruebas de atletismo para profesionales se inscribió otro español (Estella) que no llegó a competir.
No descartamos que el competidor en automovilismo llamado Fernández y, considerado hasta ahora francés, fuera don Jesús Fernández Duro, el pionero asturiano del motor y la aviación del que sabemos que estuvo en la Exposición y adquirió allí un vehículo…
Para saber más: «1900. La Primera Aventura Olímpica Española»:
http://www.bubok.com/libros/16391/1900-LA-PRIMERA-AVENTURA-OLIMPICA-ESPANOLA