Un nuevo gran paso para la profesionalización del fútbol femenino
De María PurasEn la última década, el fútbol femenino español está creciendo a pasos agigantados, pero todavía falta mucho por trabajar. Hemos podido ver como los grandes clubes del fútbol (masculino) invertían en femenino, destacando el FC Barcelona, que ha alcanzado la final de la máxima competición continental de clubes hace dos temporadas. Siempre se dice que mejor tarde que nunca, y así parece ser para el Real Madrid. Ha sido el último de los clubes grandes en tener un equipo de fútbol femenino, pero sabían de lo importante y necesario de su presencia. Así que el pasado julio, el C.D. Tacón, pasó a formar parte definitivamente del Real Madrid y recibir su nombre.
Pero no solo vemos apoyo por parte de los equipos, el fútbol femenino cada vez suma más aficionados. Para que todo el mundo pueda acceder y disfrutarlo, al igual que para darles el espacio de juego que merecen a las jugadoras, varios han sido ya los clubes que se han sumado a abrir sus principales estadios para que jueguen sus equipos femeninos. El último, aunque sin público por el COVID-19, fue el F.C. Barcelona en el Camp Nou. Pero si duda, el más sonado fue el lleno del Wanda Metropolitano hace dos años, con el encuentro entre los dos grandes favoritos de ese momento. 60793 personas se juntaron en el estadio rojiblanco para ver el duelo entre Atlético de Madrid y Barça que podía resolver la liga para las colchoneras. A estos dos, hay que sumarle San Mamés, que ya se abrió en 2003, el Reale Arena o Mestalla, entre otros.
Un crecimiento que va más allá de los clubes, ya que en el ámbito de la selección también se están dando importantes pasos. En el pasado mundial, la selección formada por las jugadoras que está abriendo el camino consiguió por primera vez superar la fase de grupos tan solo en la segunda participación española en un mundial. En octavos, tuvieron que hacer frente a la todopoderosa Estados Unidos. No solo no se vieron arrasadas, sino que les plantaron cara aguantándoles un empate durante cerca de 70 minutos.
El último paso lo hemos vivido recientemente con el anuncio de una liga femenina profesional. Irene Lozano, presidente del Consejo Superior de Deportes hasta hace unos días, anunció el pasado septiembre el objetivo del Gobierno de hacerla profesional para la próxima temporada, y hace tan solo unos días confirmó la profesionalización para la temporada que viene.
La primera competición de fútbol femenino en España se disputó en 1981 y fue la Copa Reina Sofía, levantada por el Karbo Deportivo de La Coruña. Sin embargo, tuvimos que esperar unos años más para ver la primera liga. Se llevó a cabo en la temporada 1988/1989. Se denominó Liga Nacional y la desarrolló la Real Federación Española de Fútbol, en aquel momento presidida por Angel María Villar. La otra impulsora de esta competición fue María Teresa Andreu, presidenta del Subcomité de Fútbol Femenino. Tuvo lugar durante ocho temporadas, estuvo formada por nueve equipos compitiendo en un grupo único y fue considerada amateur o semiprofesional.
A partir de la temporada 1996/1997, se decidió ampliarla y cambiar el nombre a División de Honor Femenina. También se modificó el formato, pasando a ser 42 clubes divididos en 4 grupos según criterios geográficos. Los equipos se enfrentaban entre ellos a modo de liga y los cuatro campeones de cada grupo jugaban una fase final con partidos de eliminación directa y en campo neutral.
La desigualdad entre los distintos clubes hizo que se tuviera que reajustar el formato de la competición, volviendo a un modelo de liga más parecido al anterior o al masculino. Para la temporada 2001/02, fue cuando se realizó el cambio, recibiendo el nombre de Superliga Femenina. Recuperó el formato de grupo único, en un inicio con 14 equipos, pasando a 16 en 2008. Además, el campeón de la liga se clasificaba para la competición continental creada por la UEFA. El Levante U.D. fue el primero en poder disfrutar de la participación europea.
En 2009, en contra de lo que las protagonistas y los equipos querían, la Federación amplió la participación a 24 clubes. Con esto buscaban que los grandes equipos de la liga masculina entraran en esta competición. Para ello, se tuvo que volver al formato de grupos.
Esa configuración solo duró dos temporadas, hasta que en 2011/12 se llegó al formato actual, dejando a un lado la estructura de grupos. No obstante, a pesar de llevar 10 años con un grupo único, la idea de aumentar los clubes participantes y dividirlo en grupos ha seguido sobrevolando la liga.
A partir de aquí, estuvo bajo el amparo de la Liga de Fútbol Profesional aunque con ciertas tensiones con la Federación. Por ello, en 2019, la RFEF crea la Primera División femenina RFEF o Primera División PRO a la que se adscriben todos los clubes.
Desde 2016, Iberdrola es el principal sponsor de la liga, lo cual le ha dado un gran impulso a esta competición tanto en términos de visibilidad como presupuestarios.
Este es el formato que más ha visto crecer al fútbol femenino español y alcanzar su máximo nivel internacional. Cada vez se valoran más fuera de España las jugadoras nacidas en esta Liga, como puede ser Ona Batlle jugando en el Manchester United. Pero también, muchas jugadoras de otras ligas quieren venir a jugar en esta.
En los últimos años, las futbolistas y los clubes junto con la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino y la AFE han luchado por hacer la liga lo más profesional posible y garantizar sus derechos. Como consecuencia de esto, la temporada pasada vivimos la huelga indefinida de las futbolistas. La llevaron a cabo con el objetivo de firmar el primer convenio colectivo, tras un año de infructuosas negociaciones. El 18 de febrero de 2020, se hace historia en el fútbol femenino español firmando ese primer convenio colectivo que regula el salario, jornadas de trabajo, bajas por embarazo o vacaciones, entre otras cosas. Este convenio fue denunciado por la AFE este año para mejorar las condiciones.
Hasta el momento, esta liga no cuenta con el rango de profesional. Pero a partir de la temporada que viene, de acuerdo con el anuncio del Consejo Superior de Deportes, será ya una liga profesional. Pasará a llamarse Liga Ellas, estará formada por 16 equipos y tendrá una fundación asociada a ella con el mismo nombre. Iberdrola, sponsor de la actual liga y gran promotor del deporte femenino, sigue a la espera de saber si podrá seguir siendo el patrocinador ya que tienen contrato firmado hasta 2022.
La RFEF ya no será quien organice la competición, pero si quien la coordine, y serán los propios clubes los que la gestionarán, aunque bajo la supervisión del CSD hasta 2024. Otro de los temas importantes que se abordaron en la presentación de la nueva liga son los derechos televisivos, una de las cuestiones principales en los últimos años. Actualmente, 13 clubes cedieron los derechos a Mediapro hasta el verano 2022, mientras que los 5 restantes a través de la RFEF se los vendieron a RTVE. Irene Lozano anunció que una comercializadora independiente los gestionará, al igual que el resto de principales activos de la liga.
El punto más importante que se abordará con esta nueva liga será la profesionalización de las jugadoras, con la negociación de un nuevo convenio. La expresidenta del CSD comunicó en el acto de presentación de la competición que con la Liga Ellas se buscará aumentar el salario de las jugadoras (ahora el mínimo son 16.000 y con posibilidad de contrato parcial – parcialidad al 75%), mejoras de las condiciones y ayudas para los clubes más humildes.