Un siglo del debut del Real Murcia en competición oficial
De Juan Antonio Garre ClementeLa constitución de la Federación Levantina de Fútbol posibilitó que los clubes de la provincia de Murcia pudieran participar por primera vez en la historia en un torneo oficial en la temporada 1919-1920. Con este objetivo se inscribieron tres equipos de la provincia: el histórico Club Deportivo Aguileño y dos clubes de reciente fundación el Cartagena FC y el Levante FC de Murcia (actual Real Murcia); sin embargo, este último tuvo que renunciar a participar en la competición por un problema de índole interno que provocó que el club no pudiera utilizar el único campo de fútbol que existía en la ciudad.
Una vez solventado este inconveniente, el 8 de febrero de 1920 el Levante se inscribió en el registro de asociaciones del Gobierno Civil de la Provincia de Murcia, y a partir de marzo comenzó a disputar partidos amistosos, con el fin de perfilar un equipo competitivo de cara al Campeonato Regional de la temporada siguiente, cuyo ganador se clasificaba para disputar el Campeonato de España. En estos encuentros el entrenador Atanasio Abellán pudo comprobar que se había podido conformar un equipo competitivo encabezado por el veterano Cándido Cuartero y los hermanos Manolo y Juan Calvo, quienes estaban acompañados de una hornada de jóvenes (en algunos casos aún adolescentes) como Jesús Pagán, Andrés Mateu, José Marcos o Sebastián Servet, que comenzaban a despuntar. Durante la década siguiente estos cuatro canteranos darían muchas alegrías al club
Los buenos resultados cosechados en los partidos amistosos que el Levante disputó durante los meses de septiembre y octubre demostraron que aquel equipo ofrecía garantías para realizar un papel digno en la competición, pero apenas un mes antes del inicio de la misma surgió el primer contratiempo. El guardameta Manuel Gálvez se lesionó de cierta importancia en un encuentro amistoso. Como sus sustitutos no ofrecían excesivas garantías, la junta directiva activó el fichaje de Francisco Juseph, un gerundense que se encontraba realizando el servicio militar en Cartagena y que había causado una gratísima impresión meses atrás en dos partidos amistosos que había disputado en Murcia defendiendo la camiseta del Acorazado España. Junto a Juseph llegó el barcelonés Pedro Salvador, también soldado, un centrocampista poderoso y con grandes dotes de liderazgo sobre el terreno de juego, quien la temporada anterior había defendido los colores del Cartagena FC. Salvador, al igual que Juseph, había jugado durante este año varios partidos en el campo de La Torre de la Marquesa defendiendo la camiseta del propio Cartagena y de distintos equipos militares. Sus buenas actuaciones tampoco habían pasado desapercibidas para la directiva murcianista.
La Federación Levantina estaba dividida en tres secciones: norte, centro y sur, al objeto de hacer la competición más dinámica y de evitar largos desplazamientos. En la sección sur se inscribieron el Levante de Murcia, el Club Deportivo Aguileño, el Natación de Alicante (que tuvo que superar una eliminatoria previa ante el Sporting de la misma ciudad), el Cartagena FC y el Club Deportivo Albacete (conocido popularmente como Deportivo Albacetense). Estos cinco clubes disputarían la competición en una liguilla a doble vuelta que se celebraría entre los meses de diciembre y febrero. El ganador del torneo se enfrentaría al campeón de la sección norte (que había jugado una eliminatoria contra el campeón de la sección centro) para dilucidar que club se clasificaría para la actual Copa del Rey.
El calendario deparó que el Levante de Murcia disputara el primer partido de competición oficial de su historia el 12 de diciembre de 1920 ante el Deportivo Albacetense en el campo de La Torre de la Marquesa. El equipo local se había preparado a conciencia para este partido jugando varios amistosos en los días anteriores, en los que obtuvo muy buenos resultados, el último de ellos una goleada por 5-0 ante el Elche, en una alineación en la que ya formaron los dos militares catalanes que habían fichado por el club. El encuentro ante los albaceteños causó una gran expectación entre los aficionados. En este sentido, el diario El Tiempo señalaba que «la sola palabra de Campeonato al pronunciarla nuestros labios nos da la sensación de una cosa, casi imposible, absurda, y en cambio es una realidad, pueden estar de enhorabuena los aficionados murcianos y con ellos todos los de la región».
El 12 de diciembre de 1920 se preveía que fuera un día de fiesta para la Murcia futbolística. Sin embargo, la enorme expectación que se había generado se diluyó por culpa de un protagonista que no había sido invitado y que deslució un tanto aquella fecha histórica: la climatología adversa. Aquel día hizo muchísimo frío en la ciudad, lo que unido a las escasas comodidades que ofrecía el campo de La Torre de la Marquesa, que ni siquiera tenía gradas, retrajo la presencia de público. Además, durante los días anteriores estuvo lloviendo, lo que determinó que el campo de tierra de La Torre de la Marquesa, por cuya superficie de tierra brotaban aleatoriamente algunas matas de hierba, se convirtiera en un terreno de juego en el que (a tenor de lo que se recoge en la prensa de la época) aquel día «era imposible jugar».
El Levante de Murcia presentó una alineación formada por Juseph: Maldonado, Pagán; Cuartero, Salvador, Marcos; Servet, Alburquerque, Juan Calvo, Martínez y Manolo Calvo. Por parte del equipo de Albacete jugaron Collado; Franklin Albricias, Lincoln Albricias; Pinilla, Eduardo Tapia, Antonio Tapia, Parras, Ángel Tapia, Mario Tapia, Haro y Paredes. En las filas de los visitantes destacaba la presencia de los hermanos Albricias, especialmente de Franklin, considerado como el introductor del fútbol en aquella ciudad en 1917 (y quien años más tarde alcanzaría una carrera política de cierta relevancia) y de los cuatro hermanos Tapia. Dos de ellos, Mario y Eduardo jugaron posteriormente en el Levante de Valencia y la Gimnástica de Madrid, e incluso tuvieron un breve y polémico paso por el propio Real Murcia.
El partido fue muy plácido para el Levante, que al descanso ya ganaba por 5-0. Pedro Salvador fue el primer goleador del club en un partido oficial al transformar un penalti señalado por el colegiado, Demetrio Poveda, tras una mano de un jugador visitante. En los minutos posteriores llegaron tres goles seguidos de Juan (Juaiso) Calvo y antes del descanso su hermano Manolo logró el quinto tanto. En los inicios del segundo tiempo se produjo una acción que encumbró al guardameta Juseph, quien detuvo en dos ocasiones seguidas un penalti a favor de los albaceteños que el colegiado del encuentro mandó repetir, según afirmó el diario El Tiempo por una cuestión que a día de hoy nos llama poderosamente la atención. «Como quiera que le dieran al balón dos jugadores a la vez se tira otra vez y lo vuelve a parar magistralmente nuestro meta». Sería la primera gran actuación de gerundense, quien durante toda la década de 1920 ocupó la portería del Real Murcia contribuyendo decisivamente en algunos de sus grandes éxitos. En esta segunda parte Manolo Calvo y Servet aumentaron la ventaja del equipo murciano. Finalmente, Mario Tapia obtuvo el tanto de los albaceteños. El público asistente salió muy satisfecho del debut de su equipo. A este respecto, El Tiempo señaló que «No hubo ningún murciano que al terminar el partido no se encontrase acatarrado o con las manos sonrosadas de tanto aplaudir a su equipo, que jugó magistralmente».
El debut del Real Murcia en competición oficial fue un éxito. El club se alzó con el Campeonato Regional Levantino tras proclamarse ganador de su grupo y derrotar posteriormente al Cervantes de Castellón en la eliminatoria final. En marzo de 1921 el equipo murcianista debutó en el Campeonato de España, en una eliminatoria de cuartos de final ante el Sevilla. La mayor experiencia de los sevillistas fue determinante para imponerse en los dos encuentros: 2-0 en la ida y 0-3 en la vuelta, partido este último en el que se produjo un importante escándalo porque José Agulló Asensi, miembro destacado de la Federación Levantina, presente en el encuentro, impidió la alineación de Salvador. El mandatario estuvo a punto de ser agredido, extremo que impidió Ramón Ángel Cremades, presidente del club murcianista. Pedro Salvador se despidió aquel día del club, tras haber pasado a la historia por ser el autor de su primer gol en un partido de competición oficial y ser determinante en la consecución de su primer título.