El regreso de Di Stéfano al Bernabéu
De José López CarreñoDespués de once temporadas en el Real Madrid, Alfredo Di Stéfano dejó el equipo merengue, de manera convulsa, al finalizar la temporada 1963-64. El origen de aquella decisión estuvo motivado, entre otras causas, por la disparidad de criterios en la táctica que su entrenador, Miguel Muñoz, había dispuesto para enfrentarse al Inter de Milán en la final de la Copa de Europa de aquella temporada, a disputarse el 27 de mayo.
Tras renunciar a aceptar el cargo de secretario técnico –algunas fuentes indican que no se definió concretamente la función- que le habían ofrecido los directivos del Madrid (…”había que renovar el equipo y él debía ser quien pilotara dicha renovación…”) puesto que se consideraba que, con 38 años, ya no estaba en óptimas condiciones para continuar jugando al máximo nivel; Alfredo, sin embargo, consideró que todavía estaba en forma para seguir en activo. Recibió ofertas de, entre otros, Celtic de Glasgow, Milán italiano, y Español de Barcelona, donde entrenaba su amigo Ladislao Kubala, lo que hizo que se decantara por el equipo catalán para disputar así sus dos últimas temporadas como jugador.
El 19 de agosto de 1964, saltó la noticia. Di Stéfano se comprometía con el Español. Por los medios informativos circuló la foto de la firma del correspondiente contrato acompañado por Kubala, Ricardo Zamora y el presidente Vila Reyes, además de algunos miembros de la directiva españolista.
Por otra parte, no se produjo ningún acto de despedida en el Madrid. Pero es curioso que en el Boletín del club, nº 172 correspondiente al mes de Septiembre, en su página 7, se publicara bajo el título “Las cartas publicadas”, escritos cruzados con el presidente Santiago Bernabéu de fecha 30 y 31 de mayo, “…con la exposición detallada y documental de todas las circunstancias que han concurrido en la terminación del contrato con Alfredo Di Stéfano…”.
La finalización del contrato se llevo a cabo con fecha 30 de junio mediante la firma de un documento que decía así: “En Madrid, a treinta de junio de mil novecientos sesenta y cuatro, reunidos de una parte, D. Raimundo Saporta Namias y D. Antonio Calderón Hernández, Vice-Presidente y Gerente respectivamente del Real Madrid C. de F., y de otra D. Alfredo Di Stéfano Laulhe, acuerdan lo siguiente:
1º.- Con esta fecha, queda cancelado el contrato firmado entre ambas partes, en virtud del cual el Sr. Di Stéfano Laulhe quedaba comprometido como jugador profesional del Real Madrid C. de F.
Y para quedar ambas partes obligadas, firman el presente documento por cuadruplicado y a un solo efecto, en el lugar y fecha arriba indicados.”
Una vez desvinculado de la disciplina del equipo merengue, comenzó su trayectoria en el Real Club Deportivo Español, donde la plantilla periquita estaba muy renovada. Se había incorporado el meta Carmelo, el levantinista Vall, del Sevilla había llegado Juan Manuel, del Real Valladolid procedían Ramírez y Rodilla, el bético Kuszmann…
Y los caprichos del calendario de la temporada 1964-65, emparejó en la primera jornada de liga, al Español y al Real Madrid. El 13 de septiembre se jugó en Sarriá, venciendo el equipo de la capital por 1-2, con goles de Puskas, dando la vuelta al marcador del gol convertido por el españolista Ramírez. Las alineaciones fueron, por parte local, Carmelo, Juan Manuel, Bartolí, Riera, Kuszmann, Ramírez, Vall, Idígoras, Di Stéfano, Rodilla y Martínez. El Real Madrid jugó con Araquistáin, Isidro, Santamaría, Miera, Müller, Zoco, Amancio, Félix Ruiz, Grosso, Puskas y Gento. Por cierto, el mismo día del encuentro Santiago Bernabéu, había sido reelegido presidente. Entre los acuerdos que se trataron en aquella Asamblea estuvo la vuelta o no del representante del Madrid al seno de la Federación Española; tras un amplio debate se resolvió por votación. De los asistentes, solamente cuatro se pronunciaron a favor del retorno así que, en consecuencia, el Madrid seguiría sin represente federativo.
Di Stéfano volvió a jugar contra el Real Madrid en Sarriá en la temporada siguiente. El 6 de febrero de 1966, en la jornada 22, finalizando el encuentro con empate a un gol.
Pero, en aquellas dos temporadas, Alfredo no participó en los partidos disputados en el estadio Santiago Bernabéu. En la primera temporada, el 3 de enero de 1965, en la jornada 16, se encontraba lesionado. Según indicó el médico del club, tenía la mano derecha inmovilizada, con una previsión de curación de unos veinte días. Venció el Madrid por 1-0, gol de Pirri. Sin embargo, Di Stéfano sí jugó el siguiente encuentro frente al Córdoba el 10 de Enero.
En el curso siguiente, temporada 1965-66, el Español visitó de nuevo al Madrid el 17 de octubre, en la jornada 7, con marcador final de empate sin goles. Y, de hecho, tuvo la posibilidad de enfrentarse a su antiguo club, pero volvió a ausentarse del estadio madridista, al encontrarse igualmente lesionado; se informaba que “…en la actualidad continúa en tratamiento de radioterapia…”. Es probable que en ambos descartes prefiriera evitar su presencia. En la jornada siguiente fue alineado frente al Barcelona el 31 de octubre con resultado de empate a un gol.
Pero, por esas casualidades del destino, en la Copa del Generalísimo correspondiente a la temporada de 1964-65, en dieciseisavos de final, el sorteo deparó un enfrentamiento entre el Real Gijón y el Español. En el encuentro de ida, jugado en El Molinón, lo ganaron los asturianos por tres a uno, venciendo los catalanes en la vuelta por dos a cero. En aquellos años, al vencer cada equipo un partido, y no computar el total de goles obtenidos, para decidir qué equipo se clasificaba para la siguiente ronda, tal circunstancia se resolvía mediante partidos de desempate.
El encuentro para determinar el ganador de la eliminatoria se disputó en el estadio Santiago Bernabéu el 18 de mayo de 1965. Fue el regreso de Di Stéfano al estadio de sus éxitos, con otra camiseta distinta a la blanca. A las 8,45 de la tarde, y ante solamente quince mil espectadores, pues al aficionado madridista le atraía muy poco esa eliminatoria, con arbitraje de Juan Gardeazábal, los equipos presentaron estas formaciones. Por parte del Gijón jugaron Cobo, Medina, Alonso, Uribe, Puente, Eraña, Montes, Del Cueto, Solabarrieta, Pocholo y Amengual. Por el Español participaron Carmelo, Bartolí, Alfonso, Ramírez, Riera, Tejada, Idígoras, Di Stéfano, Rodilla y Martínez. El resultado al cumplirse el tiempo reglamentario de juego era de empate a dos. Rodilla marcó a los 10 minutos, empatando en la segunda parte en el minuto 58 Del Cueto; diez más tarde, Martínez volvió a adelantar al Español, igualando el marcador Bartolí –en propia puerta- en el minuto 72. Al mantenerse el empate hubo de jugarse una prórroga de treinta minutos. Di Stéfano marcó en la segunda parte de la misma, si bien, Pocholo estableció el resultado final. Empate a tres goles, por lo que esta igualada forzaba un nuevo encuentro a disputarse dos días después en el mismo escenario.
Mientras tanto, el mismo día del segundo partido, 20 de mayo, se había producido un hecho relevante que pudo influir en el resultado de la eliminatoria. Según información del firmante de este artículo, sobre las tres y media de la tarde el entrenador Ladislao Kubala fue sustituido -según unas fuentes- de manera fulminante, por lo que ni siquiera estuvo en el banquillo, figurando provisionalmente Pedro Solé como entrenador del conjunto españolista. Otras informaciones se expresaban con los términos “absurda renuncia”, “baja irrevocable”; por otra parte, informaba el vicepresidente Manuel García Ranzini “…de resultas de la renuncia efectiva de Ladislao Kubala como entrenador del Español…”; al parecer, fue vetada la presencia del hijo de Kubala, Branko, a quien trataba de colocar en el equipo.
En este segundo encuentro, Di Stéfano volvió a ser protagonista en el estadio Bernabéu. A la misma hora del lance anterior, poca afluencia de público y presencia de la lluvia. Arbitró otra vez Juan Gardeazábal, formando los equipos así: los asturianos se presentaron los mismos jugadores del partido anterior. El Español jugó con Carmelo, Juan Manuel, Bartolí, Riera, Ramírez, Kuszmann, Vall, Ramoní, Di Stéfano, Rodilla y Martínez. El tiempo reglamentario finalizó con empate a cero. De nuevo, prórroga. En el minuto 102, Puente inauguró el marcador para los asturianos, pero dos minutos antes de finalizar el tiempo extra, Ramoní, logró de nuevo empatar. Finalizados los treinta minutos extras, estaba prevista una “reprórroga”, cambiando los equipos de campo cada diez minutos, hasta que alguno de los contendientes lograra el gol resolutivo, en cuyo momento se daría por terminado el juego. También preveía el Reglamento que “si por falta de luz u otras circunstancias” no se llegara a ninguna conclusión, se jugaría un nuevo partido, que haría el número cinco de la eliminatoria. La luz no iba a faltar en el estadio, y solo esas “circunstancias” no definidas por el Reglamento podrían dar lugar a ese quinto encuentro, que ya tendría carácter resolutivo, pues cumplidas las previsiones del anterior y de subsistir la igualada, si las circunstancias aconsejaran al árbitro dar por terminado el juego, entonces se computaría el número de corners y aquel equipo que contabilizara más a su favor seguiría adelante en la Copa.
La “reprórroga” se decidió en el minuto 126 con gol marcado por Solabarrieta, con lo que la eliminatoria finalizó y Di Stéfano se despidió de su estadio alrededor de las 12 de la noche cuando el graderío estaba ya medio vacío.
Tiempo después, el 7 de junio de 1967, con el Bernabéu como escenario, tuvo lugar un partido de homenaje a La Saeta Rubia, disputado contra el Celtic de Glasgow, vigente campeón de Europa, pero esa es otra historia.
Dedicado a Franchute.