RESUMEN:

Segunda parte del artículo biográfico sobre el que fuera jugador y entrenador Roque Olsen, con especial incidencia en su etapa como técnico del FC Barcelona durante la temporada 1966-67. Se incluye también un breve resumen del resto de su trayectoria como entrenador en España.

ETIQUETAS:

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ABSTRACT:

Keywords: Biographies, FC Barcelona, Football, Coaches, History, Roque Olsen, Enric Llaudet

Second part of the biographical article about the former football player and coach Roque Olsen, with special analysis of his coaching tenure at FC Barcelona during the 1966-67 season. It is also offered a brief account of his whole coaching career in Spain.

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Roque Olsen: Disciplina, mucha disciplina (1965-1967). Segunda parte.

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Nunca en lo que iba de década se había vivido en Can Barça un clima tan optimista como en los prolegómenos de la campaña 66-67. Y la euforia no podía achacarse precisamente a los nuevos fichajes, aunque uno de ellos en concreto vaya a traer mucha cola, pero de eso ya hablaremos más tarde…Por lo pronto, hay que destacar dos hechos que iban a tener una gran importancia de cara al futuro barcelonista: la creación del Trofeo “Joan Gamper”, y el traslado de la sede social y las oficinas del club a una vieja masía de principios del siglo XVIII, reconstruida al efecto. Cuenta la leyenda que al presidente Enric Llaudet se le ocurrió la idea del “Gamper” jugando al billar. Sea o no cierta la anécdota, la verdad es que el proyecto va a constituir un rotundo acierto. Se trataba de un nuevo torneo de verano, a imagen y semejanza de los ya clásicos “Carranza” y “Teresa Herrera”, un cuadrangular que serviría tanto de presentación del equipo y sus novedades de cada temporada ante una afición ávida de fútbol tras el paréntesis estival, como de fuente de ingresos suplementarios para las arcas del club, que aunque contaban ya con la perspectiva de una gran inyección económica debido a la venta de «Les Corts», siempre andaban necesitadas de dinero. Y, por supuesto, el “Gamper” cumpliría también la misión de honrar la memoria del fundador del Club, una personalidad  muy poco apreciada por el régimen franquista. Así lo probaba el hecho de la desaparición de su nombre de la calle que se le dedicó antes de la Guerra Civil, y tampoco había podido prosperar la propuesta para que se bautizase como “Estadio Gamper” al «Camp Nou» (que tras consulta a los socios, la temporada anterior, había recibido la aséptica denominación oficial de “Estadio del Club de Fútbol Barcelona”), después de que  fracasasen, por diferentes motivos, los intentos de darle el nombre de Miró-Sans o Kubala, este último bastante poco oportuno después de la sonada marcha de Laszi al Español.

El Barça recupera un edificio histórico llamado a hacer historia.

El Barça recupera un edificio histórico llamado a hacer historia.

En cuanto a “La Masía”, una  vieja muestra de la arquitectura tradicional  catalana, levantada en 1702 en el lugar denominado Can Plans, esta había servido como almacén de maquetas y planos durante la construcción del «Camp Nou», y ahora va a sustituir al coqueto chalet modernista del Pasaje Méndez Vigo como sede de las oficinas del club, albergando también la sala de trofeos y la planta noble. Al acto de su inauguración, el 26 de Septiembre de 1966, se le dará un gran realce social. Pero estaba escrito que no iba a terminar ahí la historia del más que centenario edificio…

Pasando al obligado capítulo de altas y bajas, y empezando por los que se marchaban, a las ya conocidas retiradas de Rodri, Gracia, Kocsis y Gensana (quien, sin embargo, aún seguiría jugando algunos partidos con el Condal, por pura afición), va a unírseles, sorprendentemente, la de un Martí Vergés aún relativamente joven –32 años– y en plenitud de facultades físicas, tal como lo atestiguaban los 31 partidos, casi todos ellos oficiales, que el gerundense había disputado en la temporada anterior. También abandonaba el Barça el navarro Serafín, rumbo al Real Murcia. Había gozado de escasas oportunidades, ciertamente, pero en ellas tampoco demostró grandes cosas. Más importante –aunque dejaba el puesto bien cubierto– era el retorno de Pesudo a su club de origen, el Valencia. Por el contrario, un solo fichaje de cierto relieve, a falta de otra operación aún por resolver, y pendiente de cuestiones federativas de altura. Se trataba del centrocampista uruguayo Eduardo Endériz, que militaba en las filas del Real Zaragoza. Va a venir, no obstante, convaleciente aún de una seria lesión. También se incorporan a la primera plantilla seis jóvenes futbolistas procedentes del filial CD Condal: Rexach, Pujol –ambos ya habían debutado oficialmente hacía más de un año–, el guardameta Rodés, el defensa Borrás, el centrocampista Mas, y el espigado delantero Narcís Martí Filosía. El Barça, de este modo, parecía realizar una fuerte apuesta a favor de la cantera. Por consiguiente, la plantilla del CF Barcelona para la temporada 66-67 va a quedar configurada de la siguiente manera: Sadurní, Reina, Rodés, Benítez, Gallego, Eladio, Foncho, Olivella, Borrás, Muller, Torres, Montesinos, Endériz, Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté, Zaballa, Mas, Vidal, Marti Filosía, Rexach, Seminario y Pujol. En total, 24 jugadores, catorce de ellos catalanes.

El capitán Zaldúa recibe el Primer Trofeo Joan Gamper de manos del hijo del homenajeado, ante la mirada del presidente Llaudet y el gobernador civil de Barcelona y futuro ministro de la Gobernación, Tomás Garicano Goñi.

El capitán Zaldúa recibe el Primer Trofeo Joan Gamper de manos del hijo del homenajeado, ante la mirada del presidente Llaudet y el gobernador civil de Barcelona y futuro ministro de la Gobernación, Tomás Garicano Goñi.

Tras varios encuentros amistosos a lo largo de la región –Réus, Lérida, Granollers–, el Barça va a presentarse ante su público con motivo de la primera edición del torneo “Joan Gamper”. Van a completar el póker de participantes el Anderlecht belga, el Nantes francés y el Colonia alemán. Los azulgranas romperán el fuego el día 30 de Agosto de 1966, enfrentándose a los de Bruselas con la siguiente e histórica alineación: Reina; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Zaldúa, Fusté y Zaballa. Van a vencer por 2 goles a 1, siendo sus autores Fusté y Zaldúa. En la gran final del 1 de Septiembre se enfrentan al Colonia, que había superado en el primer partido al Nantes por 3 a 2 (en la consolación, los belgas apabullarían a los bretones por 7 a 0). Olsen repitió equipo, y en un partido discreto y bronco el Barça se impuso por 3 a 1 a los renanos, conquistando así su primer “Gamper”. Fusté, Rifé y Vidal obtuvieron los goles azulgranas, pero Quimet y el guardameta Reina van a resultar lesionados de consideración.

El sábado 10 de Septiembre, en partido adelantado a la jornada, el «Camp Nou» levantó el telón de la Liga 66-67. El anfitrión recibe al Córdoba, que pese a adelantarse en el marcador y plantear un partido netamente defensivo, acabará sucumbiendo por un claro 4 a 1. Fusté, Montesinos, Vidal y Zaballa hicieron los goles de un Barcelona que formó con: Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Zaballa, Muller, Zaldúa, Fusté y Vidal. Un buen aperitivo para el encuentro de ida de la finalísima de la Copa de Ferias del siguiente miércoles ante el Real Zaragoza. La ilusión por conquistar un título que se le resistía al Barça desde 1960 –fecha del último triunfo– era enorme, pero también lo será la decepción, pues tras los primeros 90 minutos el marcador va a señalar un 0 a 1 favorable a los maños. El tanto de Canario ponía las cosas muy difíciles para la vuelta. Jugaron los mismos once que lo hicieron en el estreno liguero contra el Córdoba.

Pero el milagro va a producirse siete días más tarde en «La Romareda». Olsen introduce cambios en la formación –Foncho por Benítez, el debutante Mas por Muller– , e incorpora también al joven Lluís Pujol (19 años) en lugar de Seminario, inicialmente designado y repentinamente enfermo. Este fue el once que saltó al terreno aragonés para disputar el segundo acto de la final ferial: Sadurní; Foncho, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Zaballa, Mas, Zaldúa, Fusté y Pujol. Los locales, por su parte, pusieron en liza a los mismos jugadores que habían vencido en el «Camp Nou», es decir: Yarza; Irusquieta, Santamaría, Reija; Páis, Violeta; Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra. El partido va a resultar muy emocionante, con constantes alternativas, y Torres y Canario resultarán expulsados. Esta fue la marcha del tanteador:

3´     0-1      Pujol

24´   1-1      Marcelino

86´   1-2      Pujol

87´    2-2     Marcelino

89´    2-3     Zaballa

112´  2-4     Pujol

La plantilla azulgrana posa con el trofeo conquistado en Zaragoza

La plantilla azulgrana posa con el trofeo conquistado en Zaragoza

Con el 2 a 3 (cabe recordar, una vez más, que entonces los goles conseguidos en campo contrario todavía no tenían valor doble en caso de empate), se llegó a la prórroga, y en ella Pujol, culminando un letal contraataque, marcará el tanto decisivo, a pocos instantes del final. El noi de Castellbell i el Vilar va a entrar así en la historia barcelonista con letras de oro, y el club se apunta su mayor éxito deportivo en lo que iba de década. ¿Habría cambiado con este resultado su ya tradicional dinámica perdedora? Pronto saldríamos de dudas…

Por lo pronto, el partido del día 25 de Septiembre contra el CD Sabadell va a ser una fiesta: desfile de las distintas secciones del club, actos folklóricos, y el capitán Zaldúa mostrando la tercera Copa de Ferias a la fiel y sufrida hinchada culé desde el centro del terreno de juego. El encuentro, sin embargo, no pasaría de discreto, y el Barça se va a anotar la victoria por 2 a 0, con tantos de Vidal y Zaballa, que acabaron doblegando la cerrada defensa arlequinada. Esta fue la alineación: Sadurní; Foncho, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Zaballa, Endériz –que debutaba y resultó lesionado–, Zaldúa, Fusté y Vidal. Llamaba poderosamente la atención la ausencia en el equipo titular de Pujol, el héroe de «La Romareda». A efectos clasificatorios, esta no era para el Barça la tercera jornada, sino en realidad la segunda, puesto que aquella había sido aplazada hasta noviembre a causa de las obras de construcción del nuevo campo del Atlético de Madrid en la ribera del Manzanares, aun no concluidas.

Todavía bajo los efectos de la euforia, el Barça viaja a Elche para medirse al equipo local. El resultado va a ser sin duda alguna el más llamativo de la jornada. A la media hora de juego vencían los azulgranas por 1 a 3, pero el cuadro franjiverde reaccionó brillantemente y acabó llevándose el partido. Zaldúa y Pujol (en dos ocasiones) marcaron los goles de un sorprendente –y sorprendido– Barça, que formó con: Sadurní; Foncho, Gallego; Eladio; Montesinos, Torres; Zaballa, Muller, Zaldúa, Mas y Pujol. El ex condalista Molina, ahora en las filas ilicitanas, marcó dos goles. Y con todo y ser anormal el resultado de «Altabix», aún lo va a ser más el registrado la siguiente jornada en el «Camp Nou», uno de esos que destroza cualquier quiniela. El Pontevedra, vicecolista, dio la gran sorpresa al llevarse los dos puntos del feudo azulgrana merced a un estupendo trabajo defensivo y al acierto en un contragolpe del único internacional granate, Neme. El Barça, por supuesto, estuvo rematadamente mal en ataque. Jugaron, y perdieron contra todo pronóstico: Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Zaballa, Zaldúa, Vidal, Fusté y Pujol. La clasificación estaba comandada por el Valencia, con 9 puntos, seguido por el Real Madrid con 8 y el Español con 7. El Barça era undécimo, con sólo cuatro puntos aunque con un partido menos.

Aprovechando la festividad del 12 de octubre, la Virgen del Pilar, el Barcelona va a rendir un cálido, emotivo y muy merecido homenaje a los recientemente retirados Sigfrid Gracia y Martí Vergés. El contrincante elegido para tan señalada ocasión  será nada más y nada menos que el Benfica lisboeta, de infausto recuerdo para todos los culés, con su gran estrella al frente, el mozambiqueño Eusebio, máximo artillero del Mundial de Inglaterra celebrado sólo unos meses antes. El partido resultó muy entretenido, y finalizó en tablas –Zaballa y el propio Eusebio fueron los goleadores–, y quedan para la historia ambas formaciones: por el Barça, Sadurní; Benítez, Gallego, Gracia (Eladio); Vergés (Montesinos), Torres; Pereda, Muller, Zaldúa, Martí Filosía y Zaballa, y por los portugueses, Costa Pereira; Cavem, Humberto, Jacinto; Cruz, Santana; Coluna, Nelson, Torres, Eusebio y Yuca.

No era muy habitual que el Barça perdiese tres encuentros seguidos de Liga, pero tal hecho va a producirse en este mes de Octubre de 1966. El rival es ahora el Español, que estaba mostrándose como la auténtica revelación del campeonato, con una delantera goleadora formada por Amas, Rodilla, Re, Marcial y José María, cuyo brillante juego les mereció el calificativo de “Los Cinco Delfines”. El encuentro de «Sarriá» va a levantar una gran expectación, pero los periquitos serán netamente superiores, fraguando su victoria en el primer tiempo, para luego pasar a defenderla. Rodilla y Re marcaron los dos goles blanquiazules, y en el Barça –que jugó francamente mal– hizo su debut oficial el espigado delantero ampurdanés Narcís Martí Filosía. Este fue el equipo presentado por Roque Olsen: Sadurní; Foncho, Olivella, Eladio; Gallego, Torres; Zaballa, Muller, Zaldúa, Martí Filosía y Pujol. El Barça, con este resultado, caía a zona de promoción, a seis puntos ya del líder, el Valencia.

La Liga se detiene para que la Selección Española se enfrente a  la de la República de Irlanda en Dublín, en encuentro valedero para la Eurocopa, y el Barça le devuelve al Benfica la visita que el cuadro lisboeta le hizo días antes, con motivo del homenaje a Gracia y Vergés. Van a imponerse los lusos por un gol a cero. La derrota no acrecienta el prestigio internacional del Barça, pero no tiene mayor trascendencia. Sí la tiene, en cambio –y mucha– la que va a sufrir el Barça en el propio «Camp Nou» a pies de un modesto conjunto escocés, el Dundee United, en la primera eliminatoria de Copa de Ferias que disputaba después de haberse coronado campeón frente al Zaragoza (1-2). Pésimo partido azulgrana, que formó con Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Fusté, Torres; Pereda, Muller, Zaldúa, Martí Filosía y Rifé, que de este modo hacía su reaparición después de la lesión sufrida ante el duro Colonia. Fusté va a marcar el único gol barcelonista. El enfado de la afición es patente, pero el capitán de la nave –que incluso se encontraba fuera de Barcelona la noche en que se despidió a Gracia y a Vergés– parecía no inmutarse. De hecho, Llaudet se guardaba un as en la bocamanga. Y nunca mejor dicho…

Mientras, el Barça continúa su gris periplo liguero. Derrota sin demasiados problemas al Granada por 3 a 0, en un partido cuya única historia fueron los dos goles conseguidos por el defensa Eladio (el otro lo hizo Vidal). Estos fueron los vencedores de los granadinos: Sadurní; Foncho, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Vidal, Fusté y Zaballa. Y el 1 de Noviembre, aprovechando la festividad de Todos los Santos, el Barça disputa por fin su partido aplazado en el nuevo feudo del Atlético de Madrid. Esta vez sí, esta vez el equipo cuaja un buen partido, y con un gol de Zaballa se lleva los dos puntos. Jugaron por primera vez en el flamante estadio a la vera del Manzanares: Sadurní; Benítez, Gallego, Foncho; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Vidal, Fusté y Zaballa.

La mayor goleada de la temporada la consiguieron estos once: Sadurní; Benítez, Gallego, Foncho; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Vidal, Fusté y Zaballa

La mayor goleada de la temporada la consiguieron estos once: Sadurní; Benítez, Gallego, Foncho; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Vidal, Fusté y Zaballa

El Barça es quinto en la general, con 8 puntos, a cuatro del líder, el Valencia. Y será cuarto al final de la siguiente jornada, la octava, ya que consigue otro excelente resultado a domicilio en Zaragoza. Dominaron más los locales, pero un error defensivo blanquillo propició que Zaballa, nuevamente, marcase el único gol del partido. Jugaron los mismos once que acababan de derrotar a domicilio a los colchoneros. Y en la novena jornada va a confirmarse la recuperación barcelonista con un inapelable 5 a 0 al Sevilla en el «Camp Nou». Se alineó la misma formación triunfante en Madrid y Zaragoza, y los goles fueron obra de Costa (en propia meta), Rifé, Fusté y Vidal en dos ocasiones. El Sevilla causó una paupérrima impresión, y se situaba como penúltimo de la tabla, con sólo 6 puntos y cuatro negativos. El Barça, por su parte, ya era tercero –empatado con el Español–, a solamente dos puntos de los líderes Valencia y Real Madrid.

A la jornada siguiente visitaría el «Bernabéu», y el resultado podría ser esclarecedor para su futuro en el campeonato, pues sacar algo positivo del feudo merengue le daría alas. Pero antes había que jugar la vuelta de la Copa de Ferias contra el Dundee United en tierras escocesas. Los azulgranas traían un marcador  desfavorable del encuentro de  ida, pero  eran perfectamente capaces de invertir la situación. Torres más altas ya habían caído, y tan sólo era preciso recordar la reciente final contra el Zaragoza, pero en esta ocasión no se va a repetir el milagro. En un terreno difícilmente practicable, el Barça se hundió de nuevo y encajó un claro 2 a 0 que le dejó fuera de su Copa de Ferias a las primeras de cambio. Estos fueron los  protagonistas del nuevo fiasco continental: Sadurní; Benítez, Gallego, Foncho; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Vidal, Fusté y Zaballa.

Con este panorama, los mismos once futbolistas  saltarán al césped del Estadio «Santiago Bernabéu» –en mucho mejor estado– para intentar reeditar el éxito de la temporada anterior. Sin embargo tal cosa  no va a ser posible, en un encuentro marcado por una extraña decisión arbitral. El empate a cero se mantendrá durante todo el tiempo reglamentario, y en ello va a tener bastante que ver el acierto de Sadurní, deteniendo varios balones con marchamo de gol, pero cuando ya pasaban tres minutos de la hora  –el árbitro, el vizcaíno Ortiz de Mendíbil, alegaría después que se le había parado el reloj– el madridista Veloso conseguiría batir por fin la meta barcelonista, anotando el gol del triunfo para sus colores, aunque el partido se iba a prolongar todavía hasta un teórico minuto 98 (otras fuentes hablan incluso del 102). Sea como fuere, el barcelonismo en pleno se mostraría indignado por el incidente, que vendría así a privarle de un magnífico resultado. Ahora, por el contrario, la brecha entre ambos equipos se ampliaba a 4 puntos de diferencia.

Siete días más tarde el Barça recibe al Hércules de Alicante en el «Camp Nou», con los cambios de Olivella por Gallego –sancionado a causa de sus discrepancias verbales con el árbitro del «Bernabéu»– y Zaldúa por Vidal en el eje del ataque. Un gol del reaparecido ariete navarro, otro de Fusté y dos de Rifé son suficientes para lograr un claro 4 a 1 en un partido sin historia. El Barça seguía a cuatro puntos de la cabeza. Que aumentarían a cinco a la semana siguiente, aunque un empate sin goles en el siempre difícil «San Mamés» no dejaba de ser un buen resultado. Seminario suplió al lesionado Zaballa en la punta izquierda del ataque, y Sadurní cuajó otra espléndida actuación bajo los palos. Y se van a pasar apuros para superar a  la Unión Deportiva Las Palmas en la decimotercera jornada (2 a 1). En una tarde de mal juego, el Barça consiguió darle la vuelta al marcador con goles de Rifé y el amarillo José Luís en propia puerta. Antes había anotado Gilberto para los canarios. Zaldúa, siempre valiente e impetuoso, sufrió una espectacular brecha en la cabeza. Actuaron los mismos once que lo habían hecho en Bilbao.

Todos los futbolistas –y máxime los delanteros– sueñan con una actuación como la que cuajó Peru Zaballa la noche del 18 de Diciembre de 1966, en un partido contra el Deportivo de La Coruña televisado en directo para toda España. Reaparecía el buen exterior cántabro, y al anunciarse su alineación por los altavoces parte del público la recibió con silbidos, silbidos que se trocarían en aplausos después de ver cómo el de Castro Urdiales conseguía cuatro goles –dos de ellos de bellísima factura–, en el que sin duda fue su encuentro más completo  vestido de azulgrana (el otro tanto lo obtuvo Rifé, y sirvió para abrir el marcador en la primera parte). Y eso que los gallegos no lo hicieron mal del todo, no obstante. Jugaron en la inolvidable noche del montañés: Sadurní; Benítez, Gallego –que volvía también al equipo, una vez cumplida su sanción–, Foncho; Muller, Torres; Rifé, Pereda, Vidal, Fusté y Zaballa. Y con un amistoso en el «Camp Nou» frente al F.A.R. marroquí, en el tradicional partido navideño, el Barça va a cerrar un agridulce año 1966. El resultado fue de 4 a 0 (Zaldúa 2, Fusté y Vidal), y el choque sirvió para ver en acción a hombres poco habituales, tales como Reina –que reaparecía igualmente después de su intervención quirúrgica–, Borrás, Rexach o Pujol.

Es el momento ahora de referirnos a un curioso caso que va a producirse durante esta temporada, protagonizado por un fenomenal futbolista brasileño, el delantero del Flamengo de Río de Janeiro Walter Machado Da Silva, Silva, para abreviar. Se trataba de un excelente jugador de color –como se decía entonces–, que se caracterizaba por una técnica exquisita y un gran poderío rematador, una auténtica perla negra, vamos… Incluso con anterioridad a su actuación con la Canarinha en el Mundial de Inglaterra ya había llamado la atención de Enric Llaudet, que se reservó una opción de compra. El gran problema, sin embargo, era que las fronteras españolas continuaban cerradas a cal y canto en lo relativo a la contratación de futbolistas extranjeros –una situación que duraba desde 1962–, aunque al parecer al dinámico presidente barcelonista le constaba (¿tal vez algún soplo procedente de las Altas Esferas?) que su reapertura era inminente, y con mayor motivo después del poco lucido papel de nuestra Selección Nacional en Inglaterra, lo que parecía aconsejar  el aporte de savia nueva a nuestro anquilosado campeonato doméstico… El caso es que el bueno de Llaudet, sin pensárselo dos veces, va a decidir fichar al as carioca a cambio de una cantidad de dinero que rondaba los 10 millones de pesetas, la más elevada que había pagado nunca el Barça por un solo futbolista. Llaudet –audaz hombre de empresa, al fin y al cabo– estaba convencido de que había realizado una jugada maestra, adelantándose al resto de los clubes españoles. Pero seguía siendo una jugada muy arriesgada…

Porque la normativa que prohibía la importación de futbolistas extranjeros no acababa de ser derogada, ni siquiera con la llegada a la poltrona del nuevo Delegado Nacional de Educación Física y Deportes, el catalán Juán Antonio Samaranch, sustituto del falangista Elola Olaso. Pero ello no era óbice para que Llaudet siguiese adelante con sus planes. En el mes de febrero de 1967 Silva va a volar a Barcelona, será presentado oficialmente como nuevo jugador del club, y de inmediato se incorporará a la expedición azulgrana que partía rumbo a Caracas para disputar un Triangular, junto con Botafogo y Peñarol. En la capital venezolana sólo jugará el segundo partido, ante sus compatriotas, marcando un gol. Pero volvamos unas semanas atrás, y retomemos el hilo de nuestra historia, a la espera de que llegue el tan ansiado nihil obstat de las autoridades deportivas españolas, y Silva pueda debutar oficialmente y convertirse en el gran crack que el Barcelona necesitaba desde hacía años.

La primera vuelta de la Liga 66-67 va a terminar muy negativamente para el Barça, el mismo día que se inicia el año 1967. Los de Olsen, que eran segundos, a cinco puntos del Real Madrid, visitan «Mestalla», y aunque el Valencia ya no era el de las primeras jornadas –algo, por otra parte, ya tradicional en los levantinos–, los chés le regalarán a su afición un gran partido, desarbolando por completo a los azulgranas en la segunda parte, con tantos de Poli, Ansola y el brasileño Waldo, quien tras varios años en España se alzará por fin esta temporada con el preciado trofeo al Máximo Goleador. Jugaron, y fueron abultadamente derrotados: Sadurní; Benítez, Gallego, Foncho; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Zaldúa, Fusté y Zaballa.

UNA SEGUNDA VUELTA INSUFICIENTE

Termina, pues, la primera vuelta, con un Barça muy alejado de la cabeza. Es líder destacado e invicto el Real Madrid, con 25 puntos y 11 positivos, y le siguen el Español –auténtica revelación del torneo– a cuatro puntos, el Valencia a cinco, y el Barça a seis. El balance de los blaugranas no es del todo malo (19 puntos, con nueve partidos ganados, un empate y cinco perdidos, y 30 goles a favor por 14 en contra), pero su retraso ya es preocupante. La esperanza es que se produzca una remontada semejante a la de la temporada anterior, y que el Madrid –que aún tiene que visitar el «Camp Nou» en la jornada 25– coja un bache y pueda ser alcanzado. Pero el Barça no depende en absoluto de sí mismo, y eso es siempre muy impredecible y peligroso. Sobre todo cuando se pierden partidos que a priori parecen asequibles, como el de «El Arcángel», uno de esos campos donde se debe puntuar siempre si se aspira a algo. Pero va a ser que no… El Barça se adelantó en el marcador con un gol de Vidal, pero a base de coraje los verdiblancos cordobeses remontaron hasta vencer por 2 a 1. El equipo ya estaba a siete puntos de la cabeza, y la cosa empezaba a pintar muy mal. Jugaron en la Ciudad de los Califas: Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Borrás –que hacía su debut oficial con el Barça–; Rifé, Muller, Vidal, Pujol y Zaballa.

Una semana más tarde llega al «Camp Nou» el Atlético de Madrid, vigente campeón de Liga y victorioso en sus dos visitas anteriores. Pero en esta ocasión se va a imponer el Barça, aunque los madrileños se hicieron tal vez acreedores a un mejor resultado. El colchonero Urtiaga inauguró el marcador a favor de los locales, al introducir el balón en su propia meta cuando mayor era el dominio de los atléticos, y Fusté y Benítez consiguieron los otros dos goles catalanes, mientras que Luis –de penalty– y Mendonça marcaban para los rojiblancos, en cuyas filas hacía entonces sus primeras armas un prometedor y joven delantero de origen vasco y nacido en Argentina, José Eulogio Gárate, que puso en no pocas dificultades a todo un internacional como Gallego. Jugaron por el Barça: Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Borrás, Torres; Zaballa, Pereda, Zaldúa, Fusté y Pujol.

Y en la decimoctava jornada el Barça va a decir ya prácticamente adiós a sus remotísimas posibilidades de obtener el título al caer derrotado en «La Creu Alta» por el Sabadell (2 a 0). Los arlequinados se encontraban en un buen momento de juego, y a la media hora ya campeaba en el marcador de su vetusto campo el resultado definitivo. Los ex azulgranas Camps y Marañón marcaron los goles vallesanos. El Barça quedaba cuarto, ya a 9 puntos del Real Madrid, todavía invicto, superado también por Valencia y Español. Olsen alineó en terreno lanero al mismo once que había derrotado por la mínima al Atlético de Madrid.

La Liga sufre un nuevo parón, que el Barça va a aprovechar para desplazarse a Caracas, para disputar el triangular citado más arriba, junto con el Peñarol uruguayo y el Botafogo brasileño. Silva, que acababa de llegar a Barcelona y había comenzado ya a entrenarse con el primer equipo, se une a la expedición, a la espera de que las autoridades deportivas españolas le brinden el tan esperado placet. Ya en la capital venezolana, el Barça logrará un excelente triunfo sobre el Peñarol, a la sazón campeón de la Copa Intercontinental, al que derrota merced a un tanto  del postergado Seminario, y pierde por 2 a 3 frente al Botafogo, en un encuentro que supuso el debut de Silva, que marcaría un gol (el otro sería obra también de Seminario). De regreso a España, la competición se reanuda el día 5 de febrero de 1967 con un Barça-Elche. Los ilicitanos acostumbraban a ser unos visitantes muy incómodos en el «Camp Nou», pero en esta oportunidad no van a ser unos rivales de consideración. El partido reflejó una amplia superioridad azulgrana, y terminó con un holgado 3 a 0 (Rifé 2, y Pereda). Pazos, el veterano meta franjiverde, le detuvo un penalty al especialista Julio César Benítez. Jugaron: Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Muller, Borrás; Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté y Zaballa.Lo más destacable de la vigésima jornada no va a ser la victoria del Barça en el complicado «Pasarón» por 0 a 1 –con lo cual les devolvía a los pontevedreses el sorprendente resultado de la primera vuelta–, sino la pérdida de la imbatibilidad del Real Madrid en «La Romareda» (2-1), en un partido en el que los madridistas se presentaron con una alineación plagada de suplentes, para reservar a la mayoría de los titulares con vistas a un crucial compromiso europeo frente al temible Inter de Milán de Suárez y HH. Volviendo al choque del Barça en las Rías Bajas, Rifé sería el autor del solitario gol que campeó en el marcador, con este equipo: Sadurní; Benítez, Olivella, Eladio; Muller, Torres; Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté y Zaballa.

Aún con su primera derrota a cuestas, el Madrid parecía prácticamente inalcanzable. Pero si bien el título era ya una quimera, no así el subcampeonato, pues el Valencia y el Español perdían gas paulatinamente. Y era precisamente el Español el próximo visitante del «Camp Nou», en un encuentro donde se pondrían en juego dos puntos muy importantes, y en el que el Barça trataría de superar el desfavorable score endosado por sus eternos rivales en el terreno de la carretera de Sarriá. El 19 de febrero de 1967 se celebró este insólito derbi casi en la cumbre, con las siguientes alineaciones: por parte del Barça, Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Muller, Torres; Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté y Zaballa, y por el Español, Carmelo; Osorio, Ramoní, Riera; Juan Manuel, Miralles; Amas, Marcial, Re, Rodilla y José María. Los blanquiazules sacaban un equipo teóricamente muy ofensivo, con seis Delfines en liza. Los pericos, no obstante, van a tratar de mantener el empate inicial, pero su propósito no se verá coronado por el éxito. Zaballa, Eladio y Fusté marcan por el Barça, mientras que Re hará el solitario tanto españolista. Con este resultado los azulgranas se colocaban en segunda posición, a siete puntos del Real Madrid, aventajando en uno al Español. El goal average particular entre ambos conjuntos quedaba igualado, pero el general era muy favorable a los barcelonistas.La buena racha continúa en el siguiente partido, tras el cual el Barça regresa con dos nuevos positivos de Granada, en un choque que de entrada se le puso difícil con el gol de Almagro para los andaluces, pero que consiguió remontar merced a un penalty absurdo que transformó Benítez, y a un inapelable tanto de Zaballa en el último minuto. Jugaron en «Los Cármenes»: Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Muller, Torres; Rifé, Pereda, Vidal, Endériz –que reaparecía después de varias lesiones– y Zaballa. Y el martes 28 de Febrero, el Barça va a disputar en el «Camp Nou» el que sería el primero de una serie de  encuentros amistosos organizados para intentar amortizar el elevado coste del fichaje del “deseado” Silva. El rival es el Feyenoord de Rotterdam, que cae derrotado por 2 goles a 1. El astro brasileño no marcará –los tantos serán obra de Fusté y Pereda– pero les va a poner los dientes largos a los aficionados culés con algunas espectaculares acciones.

Olsen esboza una sonrisa. No debía ir mal el partido...

Olsen esboza una sonrisa. No debía ir mal
el partido…

Marzo se iniciará con otro buen resultado. El Barça vence por 2 a 1 al Real Zaragoza, con goles de Fusté y Pereda. Los maños distaban ya  de ser los de anteriores temporadas, y en el «Camp Nou» se presentaron con un nuevo y joven delantero centro procedente de la cantera aragonesa y llamado Miguel Ángel Bustillo, cuyos destinos volverían a cruzarse no tardando mucho con los del Barça. Vencieron a unos Magníficos ya en horas bajas: Sadurní; Benítez, Olivella, Eladio; Muller, Gallego; Rifé, Pereda, Vidal, Fusté y Zaballa. Y la  racha barcelonista prosigue en Sevilla, donde un claro 0 a 2 va a dejar a los hispalenses en desairada situación. Zaldúa y Fusté marcaron los goles de un Barça que formó con: Sadurní; Benítez, Olivella, Eladio; Muller, Gallego; Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté y Zaballa. Tras este partido restan ya tan solo seis jornadas para que concluya el campeonato. El Real Madrid es líder con 39 puntos, y el Barça segundo con 33. En la siguiente jornada ambos equipos se van a enfrentar en el «Camp Nou», y en caso de victoria madridista esto supondría prácticamente asegurar el título para los blancos. Pero no será así y la Liga va a cobrar de nuevo cierto interés, dado que el Barça les  inflige a los del «Bernabéu» su segunda derrota en el torneo. Un fallo de Gallego va a dar oportunidad a Amancio para inaugurar el marcador, pero los merengues  no serán capaces de aprovechar el ligero desconcierto de sus rivales. En una buena segunda mitad azulgrana Fusté consigue el empate, y el mismo jugador logrará el tanto de la victoria en el último minuto. El colegiado balear señor Rigo –otro nombre a retener para el futuro– expulsó al defensa madridista Miera. El Barça formó con el mismo once que había vencido en el «Sánchez Pizjuán» sevillano.

Pero los esperanzadores cuatro puntos de distancia entre ambos candidatos al título, van a convertirse ya en cinco a la siguiente jornada, pues si bien el Madrid cumple con lo previsto al derrotar al Deportivo de La Coruña en el «Bernabéu», los de Olsen no pasarán del empate en «La Viña» –1-1–, frente a un Hércules que fue superior pese a debatirse en los últimos lugares. Rifé hizo el tanto de un Barça que volvió a repetir equipo por tercera jornada consecutiva. Unos días más tarde se celebra un nuevo amistoso en el Estadio, para lucimiento de Silva y consuelo del tesorero. Se va a saldar con una contundente victoria ante el Cagliari italiano por 4 goles a 1, con tantos de Seminario, Muller, Fusté y el propio as brasileño. La afición se pregunta cuándo podrá disfrutar por fin de la gran clase del carioca en un partido oficial, pero la autorización federativa sigue sin llegar…Jornada vigesimoséptima: el Madrid empata en «Mestalla» (0-0), y el Barça derrota al Athletic de Bilbao en el «Camp Nou» por 3 a 1. Los blancos están cuatro puntos arriban, pero tan sólo restan ya tres jornadas para finalizar el campeonato, y el milagro parece imposible, porque en ellas el equipo de Miguel Muñoz no tendrá que salir siquiera de la capital: dos compromisos en el propio «Bernabéu», y su primera visita al flamante estadio de la ribera del Manzanares. Ante los vascos el Barça jugó mal, pero la renuncia al ataque del rival propició el triunfo azulgrana, que se materializó con goles de Benítez –de penalty–, Zaldúa y Pereda, y estos once hombres sobre el campo: Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Muller, Torres; Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté y Seminario. Y el 9 de Abril los resultados de la jornada número 28 dan ya matemáticamente el título al Real Madrid, a falta de dos encuentros para la conclusión del torneo. El Córdoba no fue un obstáculo para los blancos –3 a 0–, mientras que el Barça perdía inesperadamente por 2 a 0 en el «Estadio Insular», en un partido en el que los amarillos se jugaban mucho y cuajaron una excelente actuación, con goles de Guedes y León. Los blaugranas presentaron en Canarias a: Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Muller, Torres; Rifé, Endériz, Zaldúa, Fusté y Seminario.Con el subcampeonato ya asegurado, al Barça le restaban únicamente dos intrascendentes compromisos por afrontar. En «Riazor», con los coruñeses ya descendidos a Segunda División, rotunda victoria barcelonista en otro partido sin historia ni gran esfuerzo (0 a 3), con goles de Fusté, Endériz y Zaldúa y esta alineación: Reina –en su primer encuentro liguero con el Barça–; Borrás, Olivella, Eladio; Endériz, Gallego; Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté y Zaballa. Y al martes siguiente, otro amistoso más para sufragar la “Operación Silva”. Esta vez el rival es el Standard de Lieja. Empate a uno, pero la gran noticia no va a ser la ya habitual presencia del brasileiro, sino el nuevo fichaje barcelonista, el delantero angoleño Jorge Alberto Mendonça, procedente del Atlético de Madrid, club donde había militado las nueve últimas temporadas.Y es que Llaudet, ante el creciente malestar de la afición a causa de la deriva deportiva y el ya más que presumible fiasco del “Caso Silva”, considera que debe retomar la iniciativa, y regalarle un caramelo a los sufridos y abnegados socios culés. Mendonça, en efecto, era un gran jugador, un delantero de enorme clase y talento, aunque no muy goleador y en cierto modo bastante frío sobre el campo. Se trataba de un futbolista inteligente, capaz de ofrecer grandes tardes, pero también de pasar casi desapercibido. Y aunque sólo contaba con 28 años, y sin estar lo que vulgarmente se dice “acabado”, de algún modo parecía ya de vuelta de bastantes cosas… Además, no va a ser un fichaje en absoluto barato, ya que el Barça tendrá que desembolsar una cantidad cercana a los 12 millones de pesetas para hacerse con sus servicios, y para más inri Llaudet pagaría otros dos millones más al Atlético para que el angoleño pudiera alinearse ya con su nuevo equipo en el inminente torneo de Copa. Una apuesta muy fuerte del visceral mandatario azulgrana, quizás demasiado fuerte…

La Liga 66-67 concluye el 23 de Abril, festividad de la Virgen de Montserrat, con un intrascendente Barça-Valencia. Triunfo azulgrana por 2 a 1, marcando los goles sendos defensas, Benítez y Gallego. Este fue el once que cerró el campeonato: Reina; Benítez, Olivella, Eladio; Endériz, Gallego; Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté y Zaballa. El balance final del Torneo de la Regularidad va a ser como sigue: el Barça se proclamará subcampeón  (algo que no ocurría desde la temporada 63-64) con 42 puntos –un registro nada desdeñable–, a cinco del Real Madrid. Marcó 58 goles, los mismos que el campeón, pero encajó 29, siete más que éste. Teniendo en cuenta que los blancos habían perdido únicamente dos partidos, era evidente que el Barça había fallado en encuentros teóricamente asequibles, como el del «Camp Nou» ante el Pontevedra (aquel 0 a 1 que tantas quinielas rompió), la sorprendente derrota en Elche tras ir ganando 1 a 3, las dos derrotas consecutivas en campo contrario  ante Córdoba y Sabadell, y la reciente de Las Palmas. Con sólo haber ganado cuatro de esos puntos, y contando con que el Madrid-Barça hubiese terminado a su hora (con empate a cero), las cosas habrían sido muy distintas: Barcelona, 47 puntos; Real Madrid, 46. Pero, en fin, eso no eran más que meras especulaciones a toro pasado…

UNA COPA CORTA Y DESASTROSA

Último partido oficial de la temporada 66-67: Olsen abandona definitivamente el banquillo barcelonista. Tras él, el guardameta Reina

Último partido oficial de la temporada 66-67: Olsen abandona definitivamente el banquillo barcelonista. Tras él, el guardameta Reina

La Copa, como de costumbre, constituía la última tabla de salvación para dar sentido a una temporada mediocre. Arranca en el «Camp Nou», ante el recién ascendido Málaga, con un escuálido 1 a 0 para el Barça gracias a un gol de Rifé, y un nivel de juego que no invitaba precisamente al optimismo. Intervinieron: Reina; Benítez, Olivella, Eladio; Endériz, Gallego; Rifé, Pereda, Zaldúa, Mendonça y Zaballa. El nuevo fichaje Jorge Mendonça, pasó sin pena ni gloria en este su debut oficial, contagiado del espeso tono general. Pero, con todo, la eliminatoria se va a salvar sin excesivas complicaciones, ya que el Barça se apuntará un nuevo triunfo en «La Rosaleda» por 1 a 2, con goles de Vidal y Mendonça (su primer tanto en partido serio como barcelonista). Esta fue la alineación que presentó Olsen en la capital de la Costa del Sol: Reina; Benítez, Olivella, Eladio; Montesinos, Gallego; Pereda, Mendonça, Vidal, Fusté y Rifé. El sorteo quiso que se enfrentasen en octavos de final Barça y Atlético de Madrid. Los colchoneros habían despachado una Liga irregular, pero van a ser muy superiores a los azulgranas en el cómputo global de los dos partidos. En su nuevo campo se imponen por 2 a 0 a estos once barcelonistas: Reina; Foncho, Olivella, Eladio; Montesinos, Gallego; Pereda, Mendonça, Vidal, Fusté y Rifé. En el encuentro de vuelta se repite el resultado, y la parroquia culé va a hacer ostensible su enfado. Llaudet deberá abandonar el palco precipitadamente, entre generales muestras de desaprobación, con abundante música de viento y flamear de pañuelos. Estos fueron los once hombres que el día 21 de Mayo de 1967 despidieron otra temporada en blanco: Reina; Benítez, Olivella, Eladio; Montesinos, Gallego; Rifé, Mendonça, Vidal, Fusté y Zaballa.

El cierre definitivo del curso 66-67 va a tener lugar en Badajoz, donde el Barcelona tomará parte en el “Trofeo Ibérico”, empatando a un tanto con el Sporting de Lisboa y perdiendo ante los brasileños del Flamengo por 1 a 0, en un partido en el que se registraron algunas tanganas típicamente sudamericanas. Antes, el Barça había continuado su serie de amistosos  para amortizar el fichaje de Silva recibiendo en el «Camp Nou» a Standard de Lieja (1 -1), Nottingham Forest (1-2) y Peñarol (0 a 2), desplazándose también a París (empate a 2 frente al Nantes) y a la Ciudad Eterna, donde cayó ante el Roma por 2 a 0. Al concluir la temporada, la situación de Llaudet había dado un giro de 180 grados con respecto al final de la campaña anterior. Las cañas se habían trocado en lanzas, y de nada valía su buena gestión económica ante los continuos fracasos deportivos, aderezados con el “Caso Silva”, donde la DND se va a mostrar inflexible, no dando su brazo a torcer y manteniendo las fronteras de nuestro fútbol cerradas a cal y canto para los jugadores extranjeros. De este modo, Silva sólo va a poder disputar un total de 14 partidos amistosos con el Barça, y Llaudet se verá obligado a buscar desesperadamente dónde acomodarlo, decidiéndose por cederlo al Santos, el equipo de O Rei Pelé, para traspasarlo posteriormente al Flamengo, su club de origen. El mandatario  barcelonista tratará de ironizar sobre un tema que maldita la gracia que tenía, y ante la pregunta de un periodista acerca de qué iba a hacer  con Silva, respondió con una frase muy ocurrente, pero ya entonces –y mucho antes de que se inventara la expresión– muy poco políticamente correcta: “Siempre me había hecho ilusión tener un chófer negro”. El corolario de todo este desafortunado asunto será que la prohibición de importar futbolistas extranjeros va a permanecer en vigor aun durante seis largos años, hasta la primavera de 1973, cuando –y en buena medida gracias a las presiones del propio Barça, que destapó la fraudulenta maniobra de los falsos oriundos– se acabe por permitir el fichaje de dos jugadores por club.Pero de alguna manera el presidente Llaudet va a intentar capear el fuerte temporal de críticas, tomando de nuevo la iniciativa. Para ello, decide democratizar las estructuras del club, y crear un «Consejo Consultivo” formado por prohombres del barcelonismo,  que le pueda servir a modo de coartada y pararrayos. De esta especie de senado  formarán parte diversas personalidades de reconocida raigambre blaugrana, como por ejemplo el joven y dinámico financiero Pere Baret, y el fundador de “Peña Solera”, el fabricante Nicoláu Casaus. Dicho organismo va a aprobar el fichaje de un nuevo entrenador, ya que Roque Olsen –muy censurado por la prensa– había perdido incluso el respaldo de Llaudet. El elegido –la prensa barajaría varias opciones, como Fernando Riera, Aymoré Moreira, Otto Bumbel o Roque Gastón Máspoli, todos ellos sudamericanos –va a ser Salvador Artigas, un técnico barcelonés de 53 años de edad (aunque sus plateadas sienes le hacían parecer mayor). Artigas había sido en su juventud jugador del Barça durante un breve período, sirviendo en la Guerra Civil como piloto de caza en el bando republicano. Exiliado de España tras el final de la contienda, jugó varias temporadas en Francia, para regresar más tarde a nuestro país y enrolarse en la Real Sociedad de Benito Díaz, el legendario Tío Benito. Una vez retirado de la práctica activa del fútbol, había dirigido al cuadro donostiarra, así como al Girondins de Burdeos, a este último durante un largo período. Pasaba por ser un excelente preparador físico, partidario de métodos de entrenamiento por entonces novedosos, como el footing campo a través, y era un hombre extremadamente educado y afable, en las antípodas del ex –madridista y huraño Olsen

Otro fichaje, sin embargo, va a provocar  una seria crisis en el seno de este Consejo Consultivo,  y por extensión en  todo el barcelonismo. Llaudet, por su cuenta y riesgo, contratará también al argentino Casildo Osés como secretario técnico. Se alzan numerosas voces contrarias, y el citado Casáus, personaje de gran influencia en el entorno azulgrana, dimite de su puesto. Entonces el sudamericano, viendo que no gozaba de muchas simpatías en Can Barça, va a descolgarse con unas declaraciones explosivas: “Mi gran pecado –afirma– es no ser catalán. Tanto, que casi pienso que antes de ir a Cataluña tendré que pasar a ver al Papa para que me excomulgue por no ser catalán. Parece que allí hay discriminaciones. De la misma manera que hay negros y blancos, locos y cuerdos, hay catalanes y no catalanes”. Las palabras de Osés van a provocar un fulminante rechazo por parte de amplios sectores de la afición blaugrana, dado lo muy sensibilizado que ya estaba entonces el ambiente respecto a estos temas, y en vista de ello la directiva barcelonista se apresurará a revocar su nombramiento, pero con esta nueva metedura de pata en su haber puede decirse que Llaudet ya tenía los días contados como presidente del Barça.

Volviendo a Olsen, su paso por el Barça –el más prolongado desde los ya lejanos tiempos de Daucik, al conseguir completar dos temporadas enteras, cumpliendo íntegramente su contrato– puede sustanciarse en los siguientes números: dirigió un total de 88 partidos oficiales, con un balance de 51 triunfos, 11 empates y 26 derrotas, marcando sus pupilos 158 goles y encajando 83, con un porcentaje de victorias del 57,95 por ciento. Al Campeonato del Mundo de 1966, celebrado en Inglaterra, habían acudido seis futbolistas a sus órdenes: Reina, Gallego, Olivella, Eladio y Fusté por España (tras ser descartados en el stage de Compostela Rifé y Zaldúa), y Muller por Francia. No confió en Rexach, y utilizó con cuentagotas a un Pujol que le había dado la Copa de Ferias. Prescindió de todo un Pichichi como Re, y marginó al peruano Seminario, un jugador que había llegado al Barça con la vitola de crack.

UN CUARTO DE SIGLO RODANDO POR ESPAÑA

Cuando Roque Olsen abandona el Barça aún no ha cumplido los 42 años, de modo que se le presenta por delante una larga etapa en la que se ganará la vida con la compleja y casi siempre ingrata profesión de los banquillos futbolísticos. Y en su larga trayectoria post blaugrana, especialmente vinculada a tres ciudades, Elche, Sevilla y Las Palmas, la primera estación va a ser una vieja conocida, Zaragoza. El club blanquillo, tras una temporada gris con Daucik como técnico (en la que se clasificó en quinto lugar, muy alejado de la cabeza, e incluso protagonizo una humillante eliminación copera en dieciseisavos de final ante el histórico aunque humilde Europa graciense, un club que se mantenía apuradamente en Segunda División), va a confiar de nuevo en el entrenador argentino, con la esperanza de volver a reverdecer laureles. Pero los Magníficos están ya en franco declive (y Lapetra, por ejemplo, apenas si podrá jugar un par de partidos por culpa de las lesiones), de modo que los maños vuelven a ser quintos, sin ningún brillo, fracasando también nuevamente en la Copa. No obstante, Olsen sigue al frente del equipo para la temporada 68-69, aunque no tardará en saltar de su puesto, pues va a ser cesado al finalizar la novena jornada, con el equipo situado como penúltimo clasificado, con tan sólo 5 puntos y 5 negativos. Le sustituirá César, que consigue salvar al cuadro de «La Romareda» en el último partido y por los pelos, con solo un punto más que el descendido Málaga. Únicamente figura en su haber el hecho de haber confiado –esta vez sí– en el joven ariete aragonés Miguel Ángel Bustillo, que va a debutar con la Selección Absoluta y fichará por el Barca, al que se incorporaría en el torneo copero de 1969.

Tras algunos meses en paro, Olsen vuelve a conseguir trabajo de cara a la campaña 69-70, para dirigir a un Celta de Vigo que había regresado a la élite tras toda una década de ausencia. En la plantilla celeste figuraban jugadores como Hernández, Herminio, Manolo, Costas, Lezcano, Jiménez, Almagro, Juan, Jaime Cano, Abel, Pocholo o Rivera, un buen plantel, en suma. Tras una discreta primera vuelta con el conjunto de «Balaídos», finalizada en novena posición, con 14 puntos y 2 negativos, al concluir la jornada número 23, con el equipo olívico clasificado en décimo lugar, lejos de la zona de descenso, va a ser no obstante relevado del cargo. No se moverá sin embargo de Galicia, pues le contrata el Deportivo de la Coruña, que había descendido precisamente al final de esa temporada 69-70. Y tampoco en «Riazor» conseguirá acabar la campaña, pues tras la jornada decimoséptima es reemplazado por Arsenio Iglesias, quien a la postre conseguirá el ascenso para el cuadro deportivista

Viene luego en su currículo una larga etapa ilicitana, pues de largo en términos futbolísticos se puede definir el trienio que pasa en Elche. El primer año, 71-72, no consigue por muy poco el objetivo del cuadro franjiverde, que no es otro que el retorno a la División de Honor, pero sí lo va a lograr en el curso siguiente, el 72-73, con una plantilla en la que, junto a los relativamente veteranos Canós, González, Llompart, Romea, Jaime Cano o Almagro, figuran jóvenes valores como el guardameta Mora (cedido por el Barça), el paraguayo Montero, Melenchón, Sitjá, Chiva o Alvarito. Consigue mantener a los de «Altabix» el siguiente año en Primera (reforzados por otro préstamo azulgrana, el Milonguita Heredia, y un ex como Alfonseda), y abandona la ciudad de las palmeras para afrontar otro nuevo reto en Sevilla, donde el cuadro del «Sánchez Pizjuán» pena sus pecados en Segunda.

Olsen en su etapa como técnico sevillista

Olsen en su etapa como técnico sevillista

Logra ascender a los de Nervión al finalizar la 74-75, como terceros aunque aventajando al cuarto en cinco puntos. A sus órdenes aparecen nombres como Súper Paco, Martínez Jayo, Pablo Blanco, Sanjosé, Jaén, Víctor Espárrago, Julián Rubio, Acosta, Plaza, el mítico gambiano Biri Biri o los antiguos internacionales Hita y Lora. Cumple allí dos temporadas, dejando al equipo clasificado en la 75-76 como undécimo, en la zona media de Primera.

Su siguiente escala va a ser Las Palmas, donde logra que el equipo amarillo vuelva a cuajar una excelente campaña, pues al final son cuartos, lo que les permite a los del «Insular» jugar competición europea (Copa de la UEFA) en el curso siguiente. En Gran Canaria, Olsen va a tener a sus órdenes nada menos que a seis compatriotas suyos (Carnevalli, Wolff, Brindisi, Fernández, Morete y Verde), junto a algunos ilustres veteranos –Martín Marrero, Hernández, Castellano y Germán–, y jóvenes como Gerardo, Félix o Juani.

Sin embargo no seguirá en la Unión Deportiva en la temporada 77-78 (en la que el conjunto canario, dirigido por Miguel Muñoz, llegaría a la final de la Copa del Rey, cayendo derrotado ante el Barça), sino que regresará a un Elche en apuros –Esteban, Gilberto Yearwood, Félix Palomares, Montero, Trobbiani, Gómez Voglino, Finarolli o Cristo son algunos de sus pupilos– , al cual no consigue enderezar, siendo cesado tras la jornada 26. A continuación dirigirá en Segunda División durante dos campañas al Cádiz, al que logra ascender de nuevo a Primera al finalizar la temporada 79-80, con una plantilla donde figuran Sandokan Juan José, Linares, Pepe Mejías, Mané, Baena, Ramón, Luque o Ibáñez, y luego se trasladará a Huelva, para conducir a un Recreativo donde ensaya sus últimos remates Aitor Aguirre, aunque es relevado tras la jornada 29.

Se toma después un par de años sabáticos, y vuelve al tajo en la segunda vuelta de la temporada 83-84, retornando de nuevo a Elche, cogiendo al cuadro alicantino en la jornada 21, relevando a Cayetano Re, y consiguiendo con un equipo donde militan jugadores como Miguel, Pérez García, Belanche, Anquela o Boria, el padre del colchonero Saúl Ñíguez, otro ascenso más a la máxima categoría. Pero tampoco se queda allí para paladearlo… Regresa a Las Palmas, en la 84-85, y obtiene su séptimo y último ascenso, de la mano de futbolistas como Pérez, Felipe, Farías, Félix, Contreras o Saavedra. Y una vez más se marcha con la misión cumplida para establecerse por cuarta vez –sí, lo han adivinado–: ¡en Elche! Es la campaña 85-86, y los locales porfían en Segunda, aunque en esta ocasión Olsen no consigue su objetivo a pesar de contar con gente de la talla del hondureño Gilberto, el goleador Paco y un joven Claudio Barragán, y es reemplazado tras 28 jornadas sentándose en el banquillo de los del «Martínez Valero» )

Otro año sabático, y vuelta a empezar con la temporada 87-88. Tras regresar brevemente a sus orígenes y dirigir al Córdoba durante 17 jornadas, en Segunda B –una categoría indigna de su prosapia– , acude a otra plaza conocida para él, Las Palmas, donde completa la campaña desde la decimoséptima a la última jornada, pero no logra tampoco evitar el descenso del conjunto amarillo. En la 88-89 le encontramos de nuevo en el «Sánchez Pizjuán», en las trece últimas jornadas de competición. Es el tercer técnico sevillista en una temporada difícil para los andaluces, a pesar de contar con una excelente plantilla donde se dan cita los Dassaev, Diego, Mino, Nando, Martagón, Salguero, Rafa Paz, Francisco, Zúñiga, Ramón o Toni Polster. Va a descansar en la siguiente, para volver una vez más a Las Palmas en la segunda vuelta de la 90-91, con el propósito de ayudar a un equipo que no consigue salir de la categoría de plata, con los charrúas Belza y Vidal, y Alexis Trujillo.

Sú última etapa como entrenador la cubrió en el Estadio Insular

Sú última etapa como entrenador la cubrió en el Estadio Insular

En la campaña siguiente, la 91-92, será el tercero de los cinco técnicos que conocerán los grancanarios, a los que dirige entre las jornadas 13 y 23, ya con la salud muy quebrantada. El 9 de febrero de 1992 se sienta por última vez en el banquillo de «La Condomina», donde el Real Murcia derrota a los suyos por 2 a 1.

Atrás quedará una brillante trayectoria como técnico que se prolonga durante más de tres décadas, con la friolera de 792 partidos dirigidos entre Primera y Segunda División. Su palmarés como entrenador  puede resumirse en 7 ascensos (en los que participa parcial o totalmente), 3 descensos, y un único título, la Copa de Ferias de la temporada 65-66 con el Barcelona, aunque la mayor parte de su carrera va a transcurrir ligada a entidades medianas o modestas. Hombre serio, severo, áspero al decir de algunos, al que alguien definió un día en un blog como un «hierático, gélido entrenador argentino con pinta de espía ruso», apostó siempre por un concepto del fútbol más combativo que vistoso –no en balde se le había apodado el Tanque en su época de jugador–, supervisado por su irreprochable honestidad profesional. Va a fallecer en Sevilla el 15 de junio de 1992, a los 66 años de edad.

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