RESUMEN:

Tercera parte del artículo histórico-estadístico sobre el Pontevedra que permaneció varias temporadas en Primera División de la Liga y se hizo célebre por el lema "Hai que roelo".

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El Pontevedra del “Hai que roelo” (1963-70): Tercera parte

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TEMPORADA 66-67: UNA CAMPAÑA GRÍS

De cara a la temporada 1966-67 se va a producir un relevo en la dirección técnica del Pontevedra. Juan Ochoa abandonará el club granate con destino a la Unión Deportiva Las Palmas, dejando su puesto a otro entrenador de origen vasco, José Luís Molinuevo (Deusto, Vizcaya, 1917-Gijón, Asturias, 2002), que venía de una larga estancia de cuatro años en el banquillo del Sporting de Gijón (entonces denominado oficialmente «Real Gijón»). Molinuevo va a ponerse al frente de una plantilla en la que habían causado baja el guardameta Martín, Quiroga e Iglesias, y en la que eran novedad los porteros Lucho y Carmelo, el defensa orensano  Delfín Álvarez, un centrocampista nacido en la vecina Marín, Antonio, y el exterior cántabro Nando Yosu, procedente del Athletic de Bilbao. Por lo tanto, el cuadro de «Pasarón» va a afrontar el nuevo curso con los siguientes efectivos: Celdrán, Cobo, Lucho, Carmelo; Irulegui, Batalla, Cholo, Azcueta, Álvarez; Roldán I, Calleja, Antonio, Norat; Fuertes, Martín Esperanza, José Jorge, Neme, Odriozola, Yosu, Roldán II, Ceresuela, Vallejo y Plaza.

Fuertes

Fuertes

El torneo da comienzo el 11 de septiembre de 1966, y con signo positivo para el Pontevedra, ya que consigue arrancar un punto en el «Sanchez Pizjuán» sevillano ( 0 a 0). Esta fue la alineación que presentó Molinuevo en el debut liguero: Cobo; Álvarez, Batalla, Cholo; Calleja, Antonio; Fuertes, Martín Esperanza, Ceresuela, Neme y Odriozola. Pero el equipo se mete ya en negativos a la semana siguiente, al ser derrotado en «Pasarón» por el Real Madrid, merced a un gol de Amancio a diez minutos del final, en un encuentro en el que los gallegos adolecieron de falta de remate. Vuelven a caer derrotados siete días más tarde, en Alicante y frente al Hércules (1 a 0). La situación, si no grave dado lo temprano del momento, comienza ya a ser preocupante: penúltimos con un punto, y todavía sin marcar un solo gol.

Algo -lo de marcar -que se remedia en la cuarta jornada, aunque el tanteador no acaba de ser favorable, pues el Athletic de Bilbao se lleva un nuevo positivo del feudo pontevedrés ( empate a uno ). Neme hizo el gol local nada más comenzar el encuentro. El Pontevedra sigue penúltimo, y con la perspectiva de visitar al domingo siguiente un campo muy difícil, el «Camp Nou» barcelonés. Pero, como decía el desaparecido Vujadin Boskov, «fútbol es fútbol»… Se disputa  la quinta jornada del campeonato, es el 9 de octubre de 1966, y va a saltar la gran sorpresa en el coliseo catalán, pues aunque el Barcelona  dominará el juego durante la mayor parte del encuentro, el Pontevedra   capea el temporal muy bien, y -como ocurre bastantes veces -va a aprovechar un contragolpe para marcar por medio de uno de sus mejores hombres, el salmantino Neme, en el minuto 26 de la primera parte, y luego su defensa numantina hará el resto, en una tarde muy negativa para la delantera azulgrana. A las órdenes del colegiado madrileño Martínez Banegas, estas fueron las alineaciones que presentaron ambos conjuntos: por el Barcelona, Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Zaballa, Zaldúa, Vidal, Fusté y Pujol, y por el Pontevedra, Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Calleja, Roldán I; Norat, Neme, José Jorge, Antonio y Yosu.

Batalla

Batalla

Con este resultado los gallegos salen momentáneamente de la zona de peligro, y una nueva victoria siete días más tarde, en derbi regional frente al Deportivo de La Coruña ( 1 a 0, marcado por José Jorge en la primera parte ) les coloca en la zona media, donde van a mantenerse a trancas y barrancas hasta el final de la primera vuelta, que concluyen en décima posición, con 13 puntos y 3 negativos. Pero la derrota en «Pasarón» ante el Barça, en la jornada número 20 ( 0 a 1, con gol de Rifé), les vuelve a colocar al borde de los puestos de promoción, y va a suponer el cese de Molinuevo, que es sustituido por el antiguo jugador del Real Madrid Héctor Rial.

Y tal como reza otro de los tópicos del fútbol, el cambio de técnico va a materializarse en victoria, y de nuevo en el partido de rivalidad regional contra el conjunto coruñés, al que el Pontevedra derrota en «Riazor» por 2 goles a 1 ( marcados por Martín Esperanza y Odriozola ), colocando a los deportistas en una situación muy comprometida. Y hablando de compromisos….Los pupilos de Rial no podrán respirar tranquilos del todo hasta la penúltima jornada, cuando al derrotar en «Pasarón» al Granada, merced a un solitario gol de Fuertes, consiguen ahuyentar del todo cualquier peligro. Al domingo siguiente, 23 de abril de 1967, ponen punto y final al Campeonato Nacional de Liga 66-67 en «La Romareda», donde caen derrotados ante el Real Zaragoza por 1 a 0, con este once: Cobo; Irulegui, Batalla, Álvarez; Antonio, Vallejo; Neme, Martín Esperanza, Ceresuela, Norat y Odriozola.

Cobo

Cobo

El balance final, aunque se logra salvar la categoría sin demasiados apuros, no es tan positivo como en el curso anterior. Los granates se clasifican en décima posición, con 27 puntos y 3 negativos. Han ganado 9 partidos, hecho tablas en otras tantas ocasiones, y salido derrotados 12 veces, con tan sólo 28 goles a favor, pero encajando únicamente 32 tantos, siendo la cuarta mejor defensa del campeonato. El delantero asturiano José Jorge fue su mejor artillero, con 9 dianas, seguido por Neme, con 5, y Ceresuela, que anotó cuatro tantos. En la Copa eliminan a dos conjuntos levantinos, Castellón y Hércules, pero son eliminados ya en cuartos de final por el Córdoba, que les vence en un partido de desempate celebrado en Madrid por 1 a 0

TEMPORADA 67-68:  TRANQUILIDAD ABSOLUTA

Con vistas a la campaña 67-68 prevalece la continuidad en el Pontevedra. Continuidad en la presidencia del club, que sigue ostentando, un año más, Miguel Otero Rodríguez, y también en el banquillo, donde se le concede un voto de confianza al argentino Héctor Rial. También  habrá pocas novedades en la plantilla granate, donde causan baja Lucho  – que pasa nada menos que al Barcelona – y Roldán I y José Jorge ( ambos con destino al Racing de Santander ), y llegan el joven  cantearon Fernández y el ex de la Real Sociedad Cacho. Estos son los hombres con los que va a contar Rial para afrontar la cuarta temporada del Pontevedra entre los grandes: Cobo, Celdrán, Carmelo; Irulegui, Batalla, Cholo, Azcueta, Álvarez; Calleja, Antonio, Norat; Fuertes, Martín Esperanza, Roldán II, Neme, Odriozola, Yosu, Vallejo, Ceresuela, Plaza, Fernández y Cacho.

Odriozola

Odriozola

El debut liguero se produce en el campo donostiarra de Atocha, donde la Real Sociedad retorna a la Primera División tras cinco temporadas en Segunda. Vencen los locales  gracias a un solitario gol marcado por Arregui en el minuto 15, y estas fueron las formaciones que presentaron ambos conjuntos: por los blanquiazules, Zubiarrain; Gorriti, Martínez, Ormaechea; Lema, Sagasta; Urreisti, Arzac, Arregui, Mendiluce y Boronat, y por los granates, Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Calleja, Vallejo; Fuertes, Martín Esperanza, Neme, Antonio y Yosu.

Tras unos comienzos titubeantes, que le llevan al finalizar la quinta jornada en zona de promoción, el Pontevedra  comenzará a afianzarse en su propio feudo, haciendo de «Pasarón» un auténtico fortín. Algo que se va a poner de manifiesto en la decimosegunda jornada, cuando los pupilos de Rial apabullan al equipo revelación del campeonato, la Unión Deportiva Las Palmas, con un concluyente 3 a 0, con goles de Roldán II, Neme y Odriozola, este último de penalti. Y lo confirman allí mismo siete días más tarde con una nueva goleada, ahora nada menos que frente al mismísimo Real Madrid, el vigente campeón, al que derrotan también por otro 3 a 0, marcando en esta ocasión Roldán II, Antonio y Odriozola. A las órdenes del colegiado balear Rigo Sureda -que en esa temporada iba a situarse en el centro de la polémica arbitral -, los dos equipos formaron de la siguiente manera: por el Pontevedra, Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Calleja, Antonio; Fuertes, Martín Esperanza, Roldán II, Neme y Odriozola ( es decir, el once de gala ), y por el Real Madrid, Junquera; Calpe, Zunzunegui, Sanchís; Pirri, Zoco; Serena, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento, o sea, casi el conjunto titular de ese año, con las únicas ausencias de Betancort y De Felipe, y si se quiere, de Miguel Pérez.

Al finalizar la primera vuelta, el 7 de enero de 1968, el Pontevedra ocupa la octava posición, con 16 puntos y sin positivos ni negativos.

Antonio

Antonio

Ha aumentado ligeramente sus registros goleadores ( contabiliza 18 tantos a su favor ), pero también ha empeorado en defensa, encajando 20 dianas. La segunda parte del campeonato presentará a un Pontevedra navegando siempre por las aguas tranquilas de la mitad de la tabla, y consiguiendo otro hito memorable: derrotar al Barcelona en la jornada número 26, frenando en seco sus aspiraciones al título. Esa tarde del 24 de marzo de 1968, con el balear Rigo de nuevo como juez de la contienda, un gol de Roldán II en el minuto 70 va a dejar a los azulgranas con escasas posibilidades para optar al triunfo liguero. Así formaron granates y blaugranas -que en esa ocasión vistieron camiseta blanca -: Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Calleja, Antonio; Odriozola, Martín Esperanza, Roldán II, Neme y Yosu por los locales, y Sadurní; Benítez, Torrent, Eladio; Torres, Gallego; Zaldúa, Zabalza, Mendonça, Fusté y Rifé por los visitantes, que presentaron una alineación muy defensiva, en el que supuso el último partido del gran futbolista uruguayo  Julio César Benítez, que fallecería súbita e inesperadamente días más tarde en la Ciudad Condal, el 6 de abril, en vísperas de un trascendental Barça-Real Madrid.

La Liga 67-68 toca a su fin el 28 de abril de 1968. En esa jornada, la  número 30 y última, un Sevilla ya descendido a Segunda División por vez primera en su historia y el Pontevedra van a hacer tablas en el «Sánchez Pizjuán» ( 2 a 2 ), marcando los goles gallegos Roldán II y Neme. Este fue el once que presentó Rial en terreno hispalense: Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Norat, Calleja; Fuertes, Martín Esperanza, Roldán II, Neme y Odriozola.

El Pontevedra va a terminar el campeonato en octava posición, con 31 puntos y un positivo, los mismos que en la excelente campaña 65-66. Venció en 12 ocasiones, empató en 7, y fue derrotado en once partidos, con un total de 36 goles a favor y 41 en contra. En su feudo de «Pasarón» tan sólo dejo escapar cuatro puntos, en otros tantos empates, sin llegar a conocer la derrota. El máximo anotador del equipo fue Roldán II, con 13 dianas, seguido de Odriozola ( 8 ), Neme ( 7 ) y Martín Esperanza ( 3 ). En la Copa, elimina con apuros a un segunda, el Recreativo de Huelva, el decano del fútbol español, para caer en octavos ante su gran rival, el Celta, que empata a 0 en «Pasarón» y vence en «Balaídos» por 2 a 1 (los celestes llegarían en aquella ocasión a las puertas de la final, cayendo derrotados en semifinales por el Real Madrid)

TEMPORADA 68-69: VUELVEN LOS APUROS

Con Rial nuevamente en el banquillo de «Pasarón», el Pontevedra encara el curso 68-69 con bastantes novedades en sus filas. Se marchan Carmelo, Azcueta, Álvarez, Cacho -que había pasado completamente desapercibido – y todo un histórico ( siete temporadas en el equipo ), el leonés Vallejo, que pasa al gran rival provincial, el Celta de Vigo, y para sustituirles vienen nada menos que ocho futbolistas: el guardameta Solana, De la Fuente ( cedido por el Real Madrid ), Cárdenas, los canteranos Suso, Nito y Barros,  Nico y el paraguayo Riveros. De modo que la plantilla granate queda configurada de la siguiente manera: Cobo, Celdrán, Solana; Irulegui, Batalla, Cholo, De la Fuente, Cárdenas; Calleja, Antonio, Norat, Suso, Nico, Nito; Fuertes, Martín Esperanza, Roldán II, Neme, Odriozola, Yosu, Ceresuela, Barros, Fernández, Plaza  y Riveros ( este se incorpora ya mediada la temporada ).

El campeonato se inicia con un excelente resultado en «Pasarón», donde el Valencia va a caer derrotado por 2 goles a 0 ( Roldán II y Neme ). Estos fueron los equipos aquel 15 de septiembre de 1968: por el Pontevedra, Cobo; De la Fuente, Batalla, Cholo; Norat, Calleja; Fuertes, Martín Esperanza, Roldán II, Neme y Yosu, y por el Valencia, Pesudo; Sol, Aníbal Pérez, Tatono; Jesús Martínez, Panchulo; Machicha, Waldo, Ansola, Paquito y Blayet. Durante las primeras jornadas el equipo va  a moverse cerca de los puestos de cabeza, con resultados tan positivos como el 3 a 0 que le endosa a la Unión Deportiva Las Palmas en la quinta fecha del campeonato en «Pasarón», conseguidos por Fuertes, Roldán II y Neme, y en la séptima jornada, tras empatar a dos tantos en «La Romareda», el cuadro granate es cuarto, pero a partir de dicho momento  bajará ostensiblemente sus prestaciones, finalizando la primera vuelta en el puesto décimo, con 14 puntos y 2 negativos, al borde de la zona peligrosa.

Seguirá rondando por ahí durante el resto del campeonato, con unos registros goleadores paupérrimos, aunque también recibiendo muy pocos tantos para ser un equipo que se debate en los últimos lugares de la tabla. La victoria ante el Málaga en la jornada 24, gracias a un gol del malacitano Montero en propia puerta, le va a proporcionar algo de oxígeno en un año donde descienden automáticamente los tres últimos, y al domingo siguiente consigue el resultado más llamativo de toda la temporada, al empatar a dos tantos con el Real Madrid en el mismísimo estadio «Santiago Bernabeu», en un entretenido partido televisado en directo a toda España. Fue la gran sorpresa de la jornada, uno de esos marcadores que rompen millones de quinielas. Gento y Amancio marcaron para los merengues, mientras que Fuertes y el joven canterano Barros lo hacían para el conjunto granate. Por cierto, que pocas semanas antes el propio Fuertes había formado parte de la  lista de convocados para la Selección Española, aunque finalmente no llegó a jugar.

La victoria contra el Español, otro de los equipos que se debatían por la cola, en la vigesimosexta jornada y conseguida merced a un gol del guaraní Riveros, hace respirar un poco al cuadro gallego, que luego no conseguirá pasar del empate con el ya descendido Córdoba, pero lo compensa acto seguido arrancando un meritorio 2-2 en «San Mamés» frente al Athletic, con goles de Fuertes y Odriozola ( de penalti). Se llega así a la última jornada con tres puntos de ventaja sobre el Málaga y dos sobre el Español. Las posibilidades de descender eran remotas, pues debería perder en «Pasarón» ante el Sabadell y al mismo tiempo ganar Zaragoza y Español a Córdoba y Málaga respectivamente.

Y afortunadamente para el cuadro pontevedrés no se dio semejante combinación de resultados, porque para empezar los gallegos consiguieron empatar a cero con los arlequinados, ante el delirio de su afición, El Zaragoza no pasó del empate ante los de la ciudad de los califas, y el Español salió fuertemente goleado de «La Rosaleda» por 4 a 0, aunque ese resultado tampoco le bastó al Málaga, que finalmente acompañaría a cordobeses y españolitas a Segunda. Al final el Pontevedra se mantuvo un año más en Primera, aunque en esta oportunidad con bastantes apuros. Ocupó la duodécima posición, con 27 puntos y tres negativos (7 victorias, 13 empates y 10 derrotas), y llamaba mucho la atención el hecho de que era el equipo menos goleador de toda la categoría, con tan sólo 20 tantos, pero únicamente había recibido 23, lo que le situaba como la tercera  defensa menos batida del campeonato, empatada con la del Elche, y únicamente  por detrás de las de Barcelona y Real Madrid, lo cual hablaba muy bien del sólido y excelentemente compenetrado bloque formado por Cobo, Irulegui, Batalla, Cholo y Calleja, jugadores que llevaban ya varias temporadas actuando juntos y rayando a un excelente nivel.

Irulegui

Irulegui

Restaba tan sólo la disputa de la Copa del Generalísimo, que aquel año se reservó en exclusiva para los equipos de la División de Honor, y en la que el Pontevedra resultó eliminado a las primeras de cambio, octavos de final, por un  gran Elche integrado  por los Araquistáin, Ballester, Iborra, Canós, Llompart, Lezcano, Vavá o Asensi, un magnífico equipo dirigido por el técnico uruguayo Máspoli, que llegaría hasta la mismísima final del torneo del KO, para caer únicamente frente al Athletic de Bilbao, que muchos años después de su último triunfo volvía a coronarse de nuevo como «rey de copas» merced a un solitario gol de Arieta II en las postrimerías del partido

TEMPORADA 69-70: EL FINAL DE UN SUEÑO

Luís Belló Martínez (Cieza, Murcia, 1929), antiguo jugador del Real Zaragoza y el Hércules de Alicante, y que había dirigido a los «Magníficos» cuando estos conquistaron la Copa del Generalísimo y la Copa de Ferias de 1964, y ascendido al final de la temporada 65-66 al Hércules a Primera División, es el nuevo técnico granate, en sustitución de Héctor Rial, que se marcha precisamente al Zaragoza. Y la principal novedad antes de iniciarse la sexta temporada del Pontevedra Club de Fútbol en Primera División es el traspaso del extremo derecho asturiano Fuertes,  que recala en el Valencia. Para intentar reemplazarle  viene un jugador que acostumbra a moverse por su misma demarcación, Huerta, que ya había debutado el curso anterior con los de «Mestalla». También causan baja De la Fuente, Yosu y Ceresuela, otro histórico de la época del primer ascenso, mientras que en el capítulo de altas – aparte del ya mencionado – se van a incorporar, algunos de ellos a lo largo de la temporada, los siguientes jugadores: Luisín, Amavisca, García Sáiz, Ardao, Polo, Albino, Néstor García, José y Hachero. Así que  Belló contará con los siguientes efectivos a sus órdenes: Cobo, Celdrán, Solana, Ardao; Irulegui, Cárdenas, Batalla, Suso, Luisín, Cholo, Amavisca; Calleja, Norat, Antonio; Huerta, Martín Esperanza, García Sáiz, Roldán II, Barros, Nico, Fernández, Plaza, Neme, Riveros, Odriozola, Polo, Albino, Néstor García, José y Hachero.

La Liga 69-70 arranca el domingo 14 de septiembre de 1969, y el Pontevedra  tropezará ya en el primer partido, y en su propio terreno. El Granada, por mediación de Miralles al aprovechar una acción de contragolpe, va a llevarse los dos primeros puntos de «Pasarón», en un partido que no merecieron perder los gallegos. Belló presentó la siguiente alineación en este adverso debut liguero: Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Calleja, Antonio; Huerta, Martín Esperanza, Roldán II, Neme y Odriozola ( Riveros. Primer jugador de campo granate que sustituye a un compañero en partido de Liga )  ). Como se ve, un equipo absolutamente continuista, con la única salvedad del recién llegado Huerta.

Una serie de malos resultados (derrotas en Zaragoza y Elche, y un empate en «Pasarón» ante el Barça ) van a llevar a los pontevedreses en la jornada número 4 al último lugar de la clasificación, una posición que prácticamente ya no abandonarán en todo el torneo. En la quinta fecha una nueva derrota en casa ( 1 a 3 a pies del Real Madrid ) corrobora su crisis, y va a suponer la destitución de Belló al frente del equipo. Será sustituido interinamente por Campos ( jornadas sexta a octava ) y Carolo, que se sentará en el banquillo en la novena, para cederle ya el sitio definitivamente al técnico francés Louis Hon, antiguo jugador del Real Madrid, pero los resultados  no van a mejorar en absoluto, sino que ahondarán todavía más el espantoso bache por el que atraviesa el club granate, que poco a poco va descolgándose como «farolillo rojo»

Levanta un poco cabeza -pero sólo un poco -, en la décima jornada, en la que se impone en «Pasarón» al Sabadell por 2 a 1, con goles de los veteranos Neme y Martín Esperanza. En la tabla  ( que cierra el Mallorca con tan sólo 2 puntos ) ocupa el penúltimo lugar, con 4 puntos y seis negativos. Pero en la siguiente fecha cae de nuevo a la última plaza, de donde ya no se moverá hasta el final del Campeonato.  No vuelve a puntuar hasta la decimonovena jornada( empate a uno ante el Elche en «Pasarón» ), de modo que va a encajar nada menos que ocho derrotas consecutivas. Ya es únicamente cuestión de tiempo que se consume el descenso, cosa que se producirá de forma matemática al finalizar  la jornada número 27.

La Liga termina para los granates igual que empezó, siete meses atrás, con una nueva derrota en «Pasarón» ( 0 a 2 ) ante el Mallorca, otro de los equipos que  acompañarían al Pontevedra a Segunda. Este fue el once que puso en liza Louis Hon en el que iba a ser – hasta la fecha – el último partido de los de las Rías Bajas como equipo de Primera Division: Celdrán; Irulegui, Luisín, Amavisca; Hachero, Calleja; Huerta, García Sáiz, Roldán II, Plaza y Polo. Como puede observarse, una alineación muy diferente a la que inició el campeonato.

Calleja

Calleja

Los números finales eran escalofriantes: dieciseisavo y último de la clasificación general, con sólo 13 puntos ( y nada menos que 17 negativos ). 4 partidos ganados, 5 empatados y la friolera de 21 encuentros perdidos, con 20 goles a favor y 46 en contra. Roldán II fue el máximo anotador, con 9 dianas, seguido a gran distancia por Neme ( 4 ) y García Sáiz ( 3 ).Curiosamente, y cuando ya estaba todo perdido, el Pontevedra consiguió tres victorias consecutivas, en las jornadas 24, 25 y 26, absolutamente inútiles, pero que le supusieron casi la mitad de su puntuación final.Y como triste colofón a una campaña desastrosa, los granates – que habían eliminado al Onteniente en dieciseisavos de final – van a ser apeados de la Copa de forma estrepitosa por el Real Zaragoza, que se impuso en «Pasarón» por 2 a 1 y remató la jugada aplastando a los galaicos en «La Romareda» con un abrumador 8 a 0

EPÍLOGO: LAS RAZONES DE UN DECLIVE

¿ Porqué descendió el Pontevedra, y porqué lo hizo de una manera tan estrepitosa ?  En el fútbol, y en sus resultados, inciden muchos factores, pero parece evidente – a la luz de los datos que aportaremos a continuación – que la plantilla del Pontevedra había ido envejeciendo paulatinamente, con lo que eso significa para el rendimiento físico de un equipo, habida cuenta de que las principales señas de identidad del cuadro granate eran el esfuerzo, la entrega y el sacrificio, con lo que paliaban sus limitaciones técnicas. No obstante los jugadores clave iban cumpliendo años, sin que llegara a producirse el natural relevo en esos puestos. Muchos futbolistas del equipo titular ya rebasaban la treintena al comenzar la última temporada en la élite, la 69-70: Cobo ( 32 ), Irulegui ( 32 ), Batalla ( 34 ), Cholo ( 36 ), Calleja ( 32 ), Martín Esperanza ( 33 ) o Neme ( 30 ), es decir, todo el sistema defensivo y la columna vertebral del conjunto. Y la marcha de uno de los puntales de la delantera, el exterior Fuertes, también contribuyó a empeorar un poco más las cosas, restándole competitividad  a los pontevedreses.

También se trataba de una plantilla corta, en el sentido de que los teóricos suplentes entraban poco en el equipo, a no ser por causas de fuerza mayor como lesiones, enfermedades o sanciones ( faltaba aun mucho para que los técnicos comenzasen a manejar el concepto de las  «rotaciones» ). Ese desfase entre titulares y reservas hacía que, al producirse bajas, los reemplazantes no pudieran sustituir con plenas garantías a los ausentes. Y es evidente que la modestia económica del club, también impedía reforzarse convenientemente,  acudiendo a un mercado de fichajes que estaba por las nubes, a causa de normas tan restrictivas como el derecho de retención y la prohibición de importar jugadores extranjeros, a no ser que estos fueran hijos de padres españoles y no hubiesen actuado en su correspondiente combinado nacional ( los famosos «oriundos», muchos de ellos de muy dudosos orígenes…). Además, el factor campo, que había sido decisivo para la permanencia, puesto que «Pasarón», con sus reducidas dimensiones y su terreno a menudo impracticable, resultaba muy incómodo para el visitante, se va a mostrar muy asequible para los forasteros en esta funesta campaña, y el Pontevedra nunca se había distinguido precisamente por su gran rendimiento a domicilio, ya que el 77,3 % de sus puntos totales en la categoría los había logrado con el respaldo de su afición. El balance final del paso por Primera División de los granates se sustancia, pues,  en 180 partidos disputados a lo largo de 6 temporadas, con 53 victorias, 44 empates y 83 derrotas ( 150 puntos en total ), habiendo marcado 165 goles y encajado 221.

La temporada 69-70 va a ser  sencillamente catastrófica, con unos guarismos de récord en lo negativo. Y aunque el descenso matemático no se produjo hasta el final de la vigesimoséptima jornada, ya a mitad del campeonato el Pontevedra parecía irremisiblemente condenado, porque muy pocas veces un equipo ha presentado unos números tan pobres en el ecuador de la competición. Y si el fútbol, como tantas veces se ha dicho, es un estado de ánimo, un cúmulo de sensaciones, las que emitía el simpático club de «Pasarón» no podían ser peores…

Pontevedra08

En 1970, por consiguiente, va a iniciarse una larguísima travesía del desierto que llega hasta ahora mismo. Los granates se mantendrán en Segunda durante varias temporadas, descendiendo a Tercera al concluir el curso 72-73. Desde entonces su hábitat natural han sido la Segunda «B» y la Tercera División, categoría donde milita en la actualidad, con las excepciones de las campañas 76-77 y 2004-05, cuando actuaron en la División de Plata. Pero a sus aficionados más veteranos nadie podrá arrebatarles el recuerdo de que una vez, en un tiempo ya muy lejano, vieron morder el polvo en «Pasarón» a todos los grandes del fútbol español. Porque a aquel Pontevedra legendario, realmente, «había que roelo»

FUENTES CONSULTADAS

HISTORIA DEL CAMPEONATO NACIONAL DE  LIGA. TOMO II. Enrique y Nicolás Fuentes. Ibérico Europea de Ediciones SA. 1970

HISTORIA DE LA COPA. Nicolás y Enrique Fuentes. Ibérico Europea de Ediciones SA. 1970-71

PONTEVEDRA CLUB DE FÚTBOL. Cincuenta años de historia. Miguel Domínguez Vaz. Diputación de Pontevedra. 1995

REVISTA BARÇA : 1963-1970

REVISTA BARCELONISTA ( RB): 1965-1970

WEB BD FUTBOL ( Base de datos )

WEB OFICIAL PONTEVEDRA CF

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