España 1962, Helenio Herrera y la H3C (Segunda parte)
De José Hernández Armenteros“¿Por qué escribirlo? Muy sencillo, Pablo Hernández Coronado era nuestro sucesor y de ahí el honrado y fraternal deseo de dar información perfecta (…) de no haber sido Hernández Coronado el sucesor, fraternal amigo, el caso del documento confidencial no se habría producido. Hoy ya sabemos todo, quien hizo uso de él, quien nos vendió a los dos.”
Pedro Escartín, extracto del libro “Chile y su mundial”.
Los meses posteriores al fracaso de la selección española en el mundial de Chile fueron de una actividad frenética. Pedro Escartín volvió a sacar a la palestra su discutido informe (ver primera parte de Helenio Herrera y la H3C), aportando nuevos datos sobre la contratación de Herrera y el proceso de preparación de la selección. Dos derrotas y una única victoria en el campeonato habían dejado a España lejos de la lucha por el título. Para algunos el desastre no fue tan grande, justificando la eliminación con la mala suerte, las discutidas decisiones arbitrales y la fortaleza del grupo (los dos equipos clasificados, Brasil y Checoslovaquia, llegaron a la final). En cambio, los cuchillos de la prensa apuntaron directamente a la H3C como máximos responsables del fracaso.
Nadie llegó a entender por qué viajó Alfredo Di Stéfano a Chile. El propio jugador admitía que necesitaba como mínimo ocho días de reposo absoluto para comenzar la preparación, pero Herrera presionó para que se subiera al avión e hiciera piña con el grupo de jugadores. En Chile se prohibieron las camarillas entre futbolistas de un mismo equipo, y es por esta razón que Helenio Herrera ordenó que los seleccionados cambiaran de compañero de habitación cada cinco noches. Pese a las buenas intenciones y algún momento de buen juego puntual, España firmó un campeonato del mundo que dejó pocas conclusiones positivas.
A continuación repasaremos las incidencias vividas por la selección española y la H3C en el mundial, aunque el epílogo de la historia no se vivió en Chile, sino en un maratoniano final cargado de opiniones y finiquitado con el Informe Pablo Hernández Coronado publicado en La Vanguardia el 21 de julio de 1962.
El Mundial de Chile 1962 para España
La expedición se concentró en el Hotel Miramar, situado en la ciudad de Viña del Mar. El complejo se presentaba como un excelente lugar para realizar turismo, pero quedaba lejos de ser el emplazamiento ideal para una selección participante en la Copa del Mundo. Situado muy cerca del casco urbano y bañado por el mar, se trataba de un cuartel general muy diferente al elegido por otras selecciones. Brasil por ejemplo, se marchó a un complejo hotelero alejado de la ciudad.
Chile 1962 sería conocido entre otras cosas por ser el campeonato de los lesionados. Muchos jugadores sufrieron percances durante el torneo, y otros llegaron lastimados o enfermaron debido a los cambios de temperatura vividos en los días previos. En esa nómina se encontraban nombres ilustres como Szymaniak, Robson, Haynes, Greaves, Gilmar, Nilton Santos, Vavá, Yashin o Di Stéfano. El hispano-argentino continuó su recuperación en los primeros días de concentración con la esperanza de llegar a jugar algún encuentro de la primera fase, pero los informes eran muy confusos.
Además, Di Stéfano también fue noticia por unas declaraciones que parte de la prensa chilena sacó de contexto. La presencia de Helenio Herrera como preparador español había disparado la curiosidad de los medios de comunicación en torno a un reciente escándalo, el de los estimulantes que presuntamente se administraban a los jugadores en el fútbol italiano. Varios miembros del equipo español como Eulogio Martínez, Luis Suárez o Puskas, fueron interrogados sobre el asunto; todos negaron la presencia de sustancias extrañas en el fútbol. Pero cuando Alfredo Di Stéfano recibió las mismas preguntas respondió irónicamente (se supone que por el cansancio de escuchar reiteradamente las mismas acusaciones):
“Sí, los italianos y todos los demás futbolistas del mundo toman estimulantes. Son como los caballos de carrera que se les pega el pinchazo. Está bueno que se sepa de una vez por todas, como debe saberse lo del falso amateurismo en las Olimpiadas y en otras muchas competiciones… muchos jugadores se pichacatean”.
La cuestión no pasó a mayores, ya que los medios más rigurosos sí entendieron el significado de sus palabras. Entre la confusión producida por las irónicas declaraciones de Di Stéfano, y los movimientos sísmicos que asolaron a algunas de las ciudades en las que los equipos participantes se concentraban, los días previos al comienzo del campeonato se presentaron de lo más movidos. En el congreso realizado por FIFA se aprobó que a partir del siguiente mundial los equipos participantes no podrían seleccionar jugadores que ya hubieran defendido anteriormente a otros países, poniendo fin de esa forma a las críticas que selecciones como España o Italia recibían por parte de sus rivales debido al alto número de jugadores nacionalizados que presentaban.
España jugaba su primer encuentro ante Checoslovaquia el 31 de mayo de 1962 en el Estadio Sausalito de Viña del Mar. El seleccionador nacional Pablo Hernández Coronado habló en la víspera sobre los tres rivales que esperaban a la selección. Sobre Checoslovaquia afirmó:
“Tira mucho y muy bien, tienen un fútbol cerebral y una finalidad de juego. Es equipo peligroso”.
De México dijo que “es un sucedáneo del Brasil. Digamos que el Brasil es el café y México la malta, le imita pero no le iguala”.
Sobre Brasil: “es un gran equipo con gran forma y clase, que además tiene confianza en sí mismo. Su juego es en apariencia lento, pero de pronto ofrece un vivísimo cambio de ritmo”.
La nota curiosa fue el rumor que saltó en las horas previas al primer choque. Se hablaba entre parte de la prensa internacional que en caso de recuperarse para jugar ante Brasil, Di Stéfano podría actuar marcando en el campo a Pelé, rumor que fue desmentido rotundamente por Hernández Coronado: “Di Stéfano no es hombre de marcaje, una cosa es que tenga condiciones para atajar un ataque por colocación y otra que tenga condiciones para secar”.
España-Checoslovaquia
Menos de media entrada en el estadio Sausalito de Viña del Mar, terreno de juego blando y arbitraje del colegiado austríaco Erich Steiner.
España debuta en el campeonato con Carmelo en la portería. Santamaría ocupa el eje de la defensa flanqueado a la derecha por Feliciano Rivilla y a la izquierda por el futbolista del Zaragoza Severino Reija. El centro del campo es ocupado por dos jugadores del Barcelona, Joan Segarra y el vasco Jesús Garay, que juega algo más retrasado. En línea de ataque se confirma la baja de Di Stéfano, que no llega en condiciones de disputar el partido.
Luis Del Sol y Francisco Gento ocupan los extremos derecho e izquierdo respectivamente. Luis Suárez y Eulogio Martínez se colocan de interiores y el centro de la delantera queda para Ferenc Puskas. Checoslovaquia cuenta con jugadores de calidad y a la postre será la gran revelación del campeonato. Ante España adoptan una formación de contención y desde muy pronto protagonizan duras acciones con el fin de abortar los ataques españoles.
España lleva la iniciativa pero solo consigue crear peligro en ataques desorganizados. Los jugadores españoles repelen la dureza de los checos con la misma violencia, un hecho que provoca el desaire de los espectadores, que pronto se inclinan a favor de Checoslovaquia. Las lesiones de Rivilla y Reija, los dos laterales defensivos de España, se suman al panel de despropósitos de un partido que comienza a estar muy cuesta arriba para España. Los checos parecen conformarse con el empate, pero a falta de 10 minutos un error del centro del campo español permite a Josef Štibrányi encarar la portería de Carmelo y definir perfectamente con un disparo raso y cruzado. El marcador ya no se moverá, y lo que es peor para la imagen del equipo español, lastrado por las lesiones logra crear muy poco peligro en los últimos compases del encuentro. Debut con derrota.
El equipo fue criticado por la prensa (sobre todo por la sudamericana), que calificó al conjunto español como el “Campeón del torneo de las patadas”, una versión que contrastaba con el estado en el que varios jugadores de la H3C abandonaron el terreno de juego ante Checoslovaquia. De entrada Rivilla y Reija tuvieron que marcharse del torneo lesionados y volver a España, mientras que otros futbolistas como Segarra y Suárez habían salido tocados del primer duelo. Si a todo ello unimos que la lesión de Di Stéfano no mejoraba, era comprensible la preocupación de Hernández Coronado y Herrera; había que ganar a México y esperar un buen resultado ante Brasil para tener opciones.
España-México
Poco público en las gradas del estadio Sausalito y arbitraje del yugoslavo Branco Tesanic.
España sale al campo con Carmelo en la portería y Santamaría en el eje de la defensa. Rodri y Gracia sustituyen a los laterales lesionados, y el centro del campo es completamente inédito con Vergés y Pachín. En la delantera repiten Del Sol, Gento, Suárez y Puskas, con la novedad de Joaquín Peiró en el lugar de Eulogio Martínez.
España vuelve a llevar el peso, los mexicanos se defienden pero no con la dureza de los checos. El partido tiene muy poco ritmo y los ataques hispanos se pierden o son fácilmente detenidos por la zaga azteca o el portero Carvajal. En el segundo tiempo el gasto físico comienza a pasar factura a España, y México toma posiciones de ataque. Pero en una contra, un excelente centro de Luis Suárez es rematado a gol por Puskas. Por fin parece que España encuentra el camino de la victoria… pero el tanto es anulado por fuera de juego.
Se entra en los últimos compases del partido. Ataca México e incluso reclama penalti en el área española. El juego continúa y el balón llega a Gento, que en una espectacular galopada por banda izquierda va a fabricar el primer gol de España en Chile 1962. El extremo del Real Madrid amaga el disparo pero finalmente cede a Peiró, quien remata y supera a Carvajal a pocos segundos del final. España logra la victoria de forma agónica, siendo Santamaría, Pachín y Peiró los mejores hombres del partido según la prensa.
De cara al definitivo encuentro ante Brasil, la moral del equipo se mostraba por las nubes. España tenía oportunidad de clasificarse a cuartos de final dejando al vigente campeón del mundo fuera del torneo. El propio Helenio Herrera, comedido durante todo el mundial, se mostró confiado en la victoria afirmando que el objetivo era posible. La H3C preparaba una auténtica revolución de cara al encuentro, una decisión que fue calificada por el diario MARCA como:
“… el reconocimiento a los cuatro vientos que los supuestos en que se basaba la selección hasta la fecha fracasaron estrepitosamente; que el criterio veteranía no ha resultado y que la concentración de estrellas conocidas en el mundo entero solo pudo hacer un mísero gol al cabo de dos encuentros”.
Al mismo tiempo, la prensa chilena especulaba en torno a la actualidad del equipo. Por un lado los periodistas sudamericanos afirmaron que los niveles de vitamina C de los españoles superaban los límites establecidos. Se habló de que España había agotado 20 frascos de vitaminas y que ya había encargado 40 más por deseo de Helenio Herrera, siempre en el punto de mira por estas cuestiones.
Pero las acusaciones más duras volvían a estar centradas en la figura de Di Stéfano, del que se habló que habría pedido a Helenio Herrera su inclusión en el equipo y éste se negó alegando que no estaba en condiciones. Si Di Stéfano no podía jugar, ¿por qué no volvió a España junto a sus compañeros Rivilla y Reija tras el primer encuentro? y es que las lesiones seguían lastrando a las estrellas del mundial. La última víctima fue Pelé, que disputó sus últimos minutos del campeonato en el segundo encuentro ante Checoslovaquia; Amarildo sería su sustituto ante la selección española.
España-Brasil
20.000 espectadores en el estadio Sausalito de Viña del Mar, con mayoría brasileña. Arbitraje del colegiado chileno Sergio Bustamante.
España salta al campo con novedades, una de ellas en la portería. Carmelo cede su puesto al madridista Araquistáin. Rodri y Gracia flanquean en defensa a otra de las sorpresas, el jugador del Athletic de Bilbao Echeverría (que sustituye a Santamaría). Centro del campo para Vergés y Pachín y más novedades en ataque. Collar y Gento por los extremos, con Adelardo y Peiró secundando a Puskas. El interista Luis Suárez sale del equipo.
Sin Pelé en Brasil se teme a Garrincha, de cuyo marcaje se encarga Gracia. Pachín sigue a Amarildo. España consigue frenar el ímpetu inicial brasileño e incluso se suma al ataque en varias ocasiones, aunque Puskas no está bien. En uno de esos ataques el colegiado Bustamante señala el primer fuera de juego polémico de la tarde a los hispanos, aunque minutos después Adelardo consigue adelantar a España en otra brillante acción de ataque. Tras el primer tanto los hombres de Herrera realizan su mejor fútbol del campeonato, pudiendo marcharse al descanso con más goles de ventaja.
En el segundo tiempo se produce una falta al borde del área que saca Puskas. Adelardo recoge el balón y remata de tijera al fondo de las mallas brasileñas. Gol inapelable que es incomprensiblemente anulado por el señor Bustamante. España se hunde moralmente y comienza a acusar el desgaste mientras Brasil convierte el partido en un constante asedio contra la portería de Araquistaáin. Como respuesta a este ataque llegan los dos goles de Amarildo, el segundo de ellos a cuatro minutos del final.
2-1, se termina el mundial para España y la historia deportiva de la H3C.
Balance del campeonato e Informe de Hernández Coronado
Tras la derrota frente a Brasil, la selección española regresó a Europa. La sensación de fracaso inundó a la mayoría de los expedicionarios, aunque otros como el presidente de la Federación española Benito Picó, justificaron la eliminación y arremetieron frente a aquellos que criticaron duramente el trabajo realizado. Pero restaba el último capítulo de la historia, el que llegaría con el cese en sus funciones tanto de P.H.C como de H.H.
El 21 de julio de 1962 La Vanguardia publica el testamento en la selección de Pablo Hernández Coronado. Un detallado informe con todo tipo de información sobre su paso por el equipo nacional. A continuación repasamos algunos de los puntos más destacados:
Tácticas
“En los últimos campeonatos se han acentuado las tácticas defensivas. Los brasileños parecían formar con el esquema 4-3-3, que al atacar se convertía en 4-2-4 merced a la labor lanzadera de su extremo izquierda, y a veces de su interior derecha. Hay que reconocer que, como en el ajedrez, el juego posicional, el safety first, ha derrotado al romántico, de ataque brillante”.
Di Stéfano ausente
“Con estos sistemas y la aglomeración de defensores, es muy difícil lograr aquellas jugadas largas de antes y los goles suelen llegar por genialidades (…) así, los checos solo pudieron hacernos un tanto en una jugada desgraciada y los brasileños, que ya parecían eliminados, nos hicieron dos como consecuencia de dos maravillosas jugadas de Garrincha, reputado como el mejor jugador de los 16 equipos. En este punto es oportuno recordar que nosotros no pudimos utilizar a Di Stéfano, del que también se podían esperar jugadas excepcionales”.
Dureza, arbitrajes y público
“Es de destacar también que los Campeonatos se iniciaron con un lamentable tono de dureza y suciedad, hasta el punto de que en toda la historia del fútbol no se había dado un porcentaje de lesionados tan alto como el que se registró en los primeros partidos de las cuatro series.(…) En cuanto a los árbitros, en general han actuado aceptablemente, y si alguna decisión de ellos a mi me pareció errónea, dio la coincidencia de que en todos los casos fue motivada por la intervención de un juez de línea. El público nos fue adverso pero sin exageración”.
A continuación Hernández Coronado explica cuestiones concretas sobre el rendimiento y la actuación de los jugadores en los tres partidos de la primera fase. Sobre la revolucionaria alineación ante Brasil expone:
“Hice lo que no se ha hecho nunca: la víspera del partido, a todos los periodistas españoles que se me acercaron, les expliqué con más detalles de los consignados, la razón de la formación del equipo y la táctica que iba a seguir. Entonces se limitaron a admirar mi labor por hacer la que llaman una alineación revolucionaria, sin hacerme ninguna objeción de carácter técnico (…) Se advertirá que en esta parte estoy utilizando la primera persona del plural; ello es obligado porque, tanto en la formación de los equipos como en los esquemas de juego, obré de completo acuerdo con Helenio Herrera; ni una sola vez discrepamos y en todo momento su labor me demostró el acierto de su nombramiento.
Da risa que a uno de los mejores técnicos del mundo le nieguen el pan y el agua, sin haberle visto trabajar, cronistas que apenas logran ocultar su ignorancia futbolística con sus dotes de escritores y otros preparadores sin más méritos que haber sido medianos jugadores y haber hecho, como él, los elementales cursillos de la Escuela de preparadores”.
Hernández Coronado critica el sistema de competición, que según él, no premia a los mejores equipos. Apuesta por promocionar un torneo donde impere el sistema de liga. Tampoco le gusta el procedimiento de elección de sedes. A continuación se adentra en uno de los puntos más interesantes de su informe, el presente y futuro del fútbol español y la selección:
“Los intereses del equipo nacional están en pugna con los de los clubs, y para éstos, todos en difícil situación económica, el prescindir de fechas o ceder gratis jugadores cuya adquisición les ha costado gran parte de su presupuesto es un gran sacrificio. No hay que olvidar que sin clubs no hay Federación ni selección nacional. De lo anterior se deduce que, dada la situación actual, es muy difícil que el equipo nacional pueda llegar a los campeonatos del mundo con la cohesión y la preparación de un equipo de club”.
Después propone que hay que preparar el equipo de Londres (Inglaterra 1966) con antelación y buscando jugadores jóvenes. Sobre la elección del siguiente seleccionador afirma:
“La primera condición que buscaría en el nombrado sería una recta personalidad que le permitiera, en todo momento mantener su criterio frente a los inevitables embates de los irresponsables, los apasionados y los que en la contradicción buscan el medio de sobresalir.
El seleccionador debe recibir confianza a largo plazo y se debe optar por no elegir ni a un periodista ni a un técnico comprometido con algún club al mismo tiempo. No debe haber muchos entrenamientos que perturben la relación con los clubs, pero debe establecerse una continuidad en los jugadores llamados para que exista mayor sentimiento de responsabilidad en ellos”.
Tras citar algunos consejos que a su juicio deben utilizarse en la preparación, Hernández Coronado se despide:
“ Y hecho ya este sucinto repaso de los problemas que plantea el porvenir de nuestro equipo nacional, sólo me resta agradecer una vez más a esa Federación el honor que me hizo al nombrarme seleccionador nacional y todas las facilidades que me ha dado para el desempeño de mi cargo, haciendo votos para que la suerte sea más propicia a mi sustituto.
Madrid, junio de 1962.
P. Hernández Coronado”.
El informe fue calificado como decepcionante por gran parte de la prensa. Impropio de una figura como la de Hernández Coronado, conocido por sus ácidos análisis en el pasado. A continuación reproducimos íntegramente una de las crónicas más duras que aparecieron en la prensa de aquellos días, concretamente en MARCA (22 de julio de 1962).
Pablo Hernández Coronado incurrió en algunas contradicciones y errores graves a la hora de analizar el campeonato. Su informe carecía de fuerza o autocrítica y estaba cargado de servilismo.
De la actuación española en Chile 1962 se pueden extraer las siguientes conclusiones a modo de síntesis:
– La preparación no fue buena y los jugadores seleccionados no se conocían lo suficiente para rendir como grupo.
– Algunos jugadores seleccionados se incorporaron tarde a la concentración preparatoria debido a los compromisos internacionales de sus clubes, un hecho que perjudicó el proceso de conjunción.
– Las lesiones y los arbitrajes perjudicaron notablemente a España.
– El papel de Hernández Coronado en Chile fue testimonial. No tuvo incidencia en los entrenamientos o decisiones importantes (según la prensa a veces ni acudía a las sesiones preparatorias dirigidas por Helenio Herrera).
– La presencia de Di Stéfano, lejos de ayudar, enturbió el día a día; constantemente seguido por la prensa y protagonista absoluto de la rumorología en torno al equipo. Pudo quedarse en España tras sufrir la lesión o volver al inicio del campeonato, cuando se conocía que no podría participar.
– España no tuvo un esquema claro de juego. Cambió muchos jugadores de un partido a otro, destacando la revolución ante Brasil.
– La fractura entre la selección y los clubes era un hecho. De la misma forma que la actuación en Chile 1962 alejó el interés de los aficionados por la selección.
– La imagen de Helenio Herrera entre sus colegas españoles no mejoró, y algunos técnicos aprovecharon para arremeter duramente contra sus métodos como ya habían hecho en el momento de su designación.
– En septiembre de 1962, José Villalonga es nombrado nuevo seleccionador nacional.
Principales fuentes consultadas en esta segunda parte:
– Diario MARCA
– Hemeroteca de El Mundo Deportivo
– Hemeroteca de ABC
– Hemeroteca de La Vanguardia
– Félix Martialay: “Historia de la Selección Española de Fútbol”. Obra inédita, Madrid 1966
– Pedro Escartín: “Chile y su mundial”. Madrid, 1962
– Vicente Martínez Calatrava: “Historia y estadística del fútbol español” 4ª parte