El Padre Comadran: el sacerdote futbolista
De Daniel Badía
Josep Maria Comadran Vila (Sabadell, 11-02-1948) ya no quiere echar más la vista atrás.
Se ha desprendido de todas sus memorias futbolísticas para no tener que recordar y, quizás, arrepentirse de la decisión no tomada.
En el fondo, continúa albergando la duda de si hubiese podido llegar a jugar en la élite del fútbol, como soñaba de pequeño. A punto de cumplir los 66 años, aún hoy muchos aficionados que le reconocen y recuerdan sus proezas le trasladan la misma pregunta.
Pero ya no hay vuelta atrás, ni margen para el arrepentimiento: Comadran priorizó sus convicciones religiosas ante sus cualidades futbolísticas.
Admirador de Kubala, era un extremo ambidextro goleador, hábil, rapidísimo y con un cambio de ritmo que los más atrevidos comparaban con el de Cruyff.
Esta combinación tan atractiva de virtudes con el balón despertaron, en su momento, el interés de diferentes equipos de nivel para ficharle, pero, ante la duda, él siempre regresaba al seminario.
Tuvo la oportunidad de convertirse en el primer sacerdote en ser profesional del fútbol en un equipo de categoría nacional porque ofertas no le faltaron, tanto en sus inicios en Béjar como en la recta final en Balaguer.
Josep Maria Comadran, padre escolapio, es el segundo de once hermanos. Sus padres se dedicaban al negocio textil. Con 11 años se levantaba a las 6 de la mañana para poder ir a jugar al fútbol y su equipo se financiaba los gastos aportando un duro cada jugador. Estudió en las Escuelas Pías hasta cuarto de Bachiller.
Empezó a destacar en el Atco. Sabadell (1960-61), pero su vocación religiosa le obligó a dejar el fútbol federado durante los años de formación: con 14 años entra en el seminario escolapio de Alella (Cataluña) y posteriormente en el de Irache (Navarra) y Albelda de Iregua (la Rioja).
Con 18 años se traslada a Salamanca, donde obtiene la licenciatura en Teología y Filosofía en la Universidad Pontificia. Es allí donde su carrera futbolística recibe el impulso que tambalea las convicciones de Comadran.
Jugando un partido entre seminaristas, un directivo de la UD Salamanca se fija en él y le propone una prueba. Pero lo tiene todo en contra: el entrenador de turno le dice que no quiere sacerdotes en su equipo y sus superiores le recuerdan constantemente que el fútbol va unido «al vicio y las mujeres», nada aconsejable en su situación.
Finalmente, Comadran ficha por el CD Béjar Industrial (1970-72), en el que destaca 2 temporadas en la categoría regional y consiguen el ascenso a Tercera. Allí acostumbraba a despojarse de la sotana por la noche y escaparse a los entrenamientos, sin escuchar las prohibiciones de sus superiores.
En esa época el Atlético de Madrid también se interesa por él, después de observarle en un partido amistoso. Las crónicas de entonces cuentan que le llegan a ofrecer 800.000 ptas. de ficha, pero él insiste en no apartarse de su camino.
Héctor Rial le convoca para formar parte de una selección española universitaria, pero una lesión en la espalda le impide acudir a la cita. Parece un aviso y supone un punto de inflexión. Es entonces cuando decide olvidarse del fútbol profesional. Pero no será de manera definitiva.
Regresa a Cataluña, donde cumple con su labor religiosa y también juega en diferentes equipos, los más cercanos a la Escuela Pía donde desarrolla su actividad docente: CF Vilanova (1972-73), UE Sitges (1973-74), FC Vilafranca (1974-76) y CF Balaguer (1976-81).
La rapidez coincide en el Comadran futbolista y sacerdote: oficia misas breves para mantener a los feligreses, que siguen con curiosidad y admiración sus evoluciones en los campos de fútbol.
Jugando en el Balaguer, la UE Lleida, recién ascendida a Segunda B (1977-78), le ofrece 200.000 ptas. de ficha para incorporarlo a su plantilla. Por aquella época estaba destinado en el convento que la orden de los escolapios tenían en Balaguer. Comadran, ya con 29 años, es consciente de que es su última oportunidad para hacer realidad su sueño infantil de jugar al fútbol profesionalmente. Su duda le da un protagonismo no deseado y llena páginas de periódicos porque puede convertirse en el único sacerdote futbolista de todas las categorías nacionales del fútbol español. Entonces se publica que «el acondicionamiento de su ficha está supeditada a que su superior le conceda la oportuna licencia». Esto le abruma y acaba por rechazar la oferta del Lleida, consciente de que deja pasar el último tren.
Retorna al Balaguer, donde era todo un ídolo, y después ficha por los modestos Club Atlètic Castellserà (1981-83) y Joventut Bisbalenca CF (1983-85). Como colofón a su trayectoria futbolística, todavía juega un par de años más en Francia, mientras se saca el título de profesor de francés.
En los vestuarios de todos los equipos donde jugó sólo pedía una cosa a sus compañeros: que no blasfemasen contra Dios en su presencia. A pesar de su discreción y educación casi exagerada no siempre le respetaron ni los futbolistas ni las aficiones rivales. En más de una ocasión salió llorando de algún campo de fútbol, producto de la dureza recibida por algún defensor contrario o de la impotencia generada por no poder rebelarse. Pero nunca le expulsaron de un terreno de juego porque huía de las disputas y tenía un espíritu conciliador.
Todos los sueldos ganados como futbolista los entregó siempre a sus superiores, excepto las primas, que las dedicaba a sus gastos personales. Hubo un presidente que le daba 1.000 pesetas después de cada partido.
Acabada su trayectoria como jugador, nunca se desvinculó del fútbol y entrenó a diferentes equipos formativos. Durante su labor de coordinador del fútbol base de la UE Tàrrega entrenó en sus albores al internacional Joan Capdevila (campeón del Mundo y de Europa con la selección española).
Pasado vivido. Para Comadran todo esto ya son recuerdos y de ellos parece huir cuando rechaza amablemente remover su memoria, todavía llena de pasajes futbolísticos por mucho que intente evitarlo.
Obras consultadas:
-90 anys de futbol a Balaguer. Joan Bové i Joan Martínez.
-FC Vilafranca 1904-2004. Crònica de cent anys de futbol. Josep Ma Batet.
-40 años de historia del CD Béjar Industrial. José de Frutos Martín.
-Cinquantenari del CF Vilanova (1951-2001). Diversos autores.
-Joventut Bisbalenca CF. Un club modest i senyor. Pere Saumoy.