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RESUMEN:

En casi todas las temporadas aparece un «equipo revelación», un conjunto que no forma parte de los grandes de la categoría y del que no se esperan a priori brillantes resultados, pero que se las arregla para situarse en los primeros lugares de la tabla. Le ocurrió también al C.E. Sabadell durante su periodo más

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La era dorada del C.E. Sabadell: 1965-1972 (Primera parte)

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En casi todas las temporadas aparece un «equipo revelación», un conjunto que no forma parte de los grandes de la categoría y del que no se esperan a priori brillantes resultados, pero que se las arregla para situarse en los primeros lugares de la tabla. Le ocurrió también al C.E. Sabadell durante su periodo más largo de estancia en la Primera División del fútbol español, entre los años 1965 y 1972, cuando se clasificó en una más que meritoria cuarta posición (temporada 1968-69), lo cual le dio derecho a jugar al año siguiente la Copa de Ciudades en Feria, o «Copa de Ferias» a secas, una competición continental que hoy podría homologarse a la «Europa League»

Entonces el cuadro vallesano se llamaba oficialmente «Centro de Deportes Sabadell», y era un club con escasa experiencia en la División de Honor. Fundado en 1903, había comenzado a llamar la atención a mediados de los años 30, poco antes de nuestra Guerra Civil. Militaba entonces en Segunda, y en la temporada 33-34 se había proclamado contra todo pronóstico Campeón de Cataluña, imponiéndose brillantemente a los habituales primates Barça y Español, con un fenomenal registro (11 partidos ganados, 1 empatado y 2 perdidos; 34 goles a favor y 19 en contra, y un total de 23 puntos, tres más que los dos grandes equipos barceloneses). Tomó parte, por consiguiente, en la edición de la Copa de 1935 – que entonces se denominaba «Campeonato de España» – y tras eliminar a Celta, Betis y Levante, se clasificó para la final, donde se encontraría con el Sevilla CF, que también accedía a ella por vez primera. El encuentro decisivo tuvo lugar en el terreno madrileño de Chamartín, el 30 de junio de 1935, con arbitraje de Pedro Escartín, y concluyó con el rotundo triunfo de los hispalenses por 3 a 0, marcados por Campanal (en dos ocasiones) y Bracero. Estas fueron las formaciones que presentaron ambos conjuntos: por el Sevilla, Guillermo Eizaguirre; Euskalduna, Deva; Alcázar, Segura, Fede; López, Torróntegui, Campanal, Tache y Bracero, y por el Sabadell, Massip; Morral, Blanch; Argemí, Font, Gracia; Sangüesa, Calvet, Gual, Barceló y Parera.

Pronto vendría la contienda fratricida, que en lo futbolístico se saldaría con la suspensión de las competiciones nacionales y también con la muerte y el exilio de numerosos jugadores, pero tras ella se iba a producir de nuevo un buen momento para los de la Creu Alta, que lograrían ascender a Primera División en la temporada 42-43. Militarían en ella durante las campañas 43-44, 44-45, 46-47, 47-48 y 48-49, pero tras su segundo descenso padecerían una prolongada «travesía del desierto», que les llevaría incluso al pozo de la Tercera División en 1963, aunque en el transcurso de únicamente dos temporadas, 63-64 y 64-65, pasarían del infierno al paraíso.

Pero tal vez convendría antes hablar un poco del marco donde se inscribía este curioso club de singular y arlequinada equipación, sin parangón entre sus homólogos.

Sabadell era sin discusión, a mediados de los años 60 del siglo pasado, la capital lanera de España. Había sido una de las localidades pioneras de la Revolución Industrial en la Cataluña del XIX, hasta el punto de recibir el apelativo de «la Manchester catalana». Ya en el siglo XX, su población  aumentó de manera vertiginosa, dado el poder de atracción que sus numerosas fábricas ejercían sobre los inmigrantes de la España menos favorecida. De ese modo pasaría de 23.375 habitantes en el año 1900, a los 105.339 de 1960, es decir, que había más que cuadruplicado su población. Ese incremento demográfico se mantuvo durante los años 60 – a mitad de la década cuenta ya con unos 150.000 habitantes -, lo cual trajo aparejado un crecimiento urbano descontrolado, con un gran déficit en equipamientos (alumbrado, pavimentación, alcantarillado, enseñanza…). Sin embargo había un aspecto en el que Sabadell era modélica dentro de aquella España aceleradamente desarrollista pero en tantos órdenes subdesarrollada aun: el deporte. No en vano, en 1967 la «Asamblea de periodistas deportivos españoles» va a proclamar a la localidad vallesana como «la ciudad piloto del deporte español», puesto que en ella tenían su sede más de medio centenar de sociedades dedicadas a diferentes disciplinas, y a que contaba con unas instalaciones de las que no disponían entonces muchas capitales de provincia.

TEMPORADA 64-65: POR FIN EL ASCENSO, 16 AÑOS DESPUÉS

El Sabadell regresó a Segunda tras su breve paso por la Tercera División durante la campaña 63-64. En el Grupo VII de Tercera, los arlequinados quedaron campeones, con 58 puntos conseguidos en 38 partidos. Ganaron 27 encuentros, empataron 4 y perdieron 7, con un magnífico balance de 92 goles a favor y 42 en contra. En la fase de ascenso les tocó enfrentarse primero al C.D. Castellón, al cual eliminaron con ciertos apuros, cayendo por 1 a 0 en Castalia y ganando por 3 a 1 en la Creu Alta. Más asequible resultó el siguiente y último rival, el Albacete Balompié. En la ciudad manchega el Sabadell se impuso ya por 0 a 1, redondeando la faena con una clara victoria por 3 goles a 0 en su feudo. Era el 14 de junio de 1964.

De nuevo en Segunda, los laneros afrontaron la temporada con los siguientes efectivos: Martínez, Romero, Quincoces; Diego, Sertucha, García Verdugo, Izaola, Arqué, Marañón- que se iría al Levante mediada la campaña -, Tejedo, Martí, Noya, Castaños, Navarro, Cabello, Planellas, Palau, Sabino, Periquín, López, Basaras, Peña y Roger. Eran nuevos tres jugadores procedentes del Valencia, el guardameta Martínez, el veterano defensa García Verdugo y el delantero Cabello, así como el ex-barcelonista Ramón Marañón y el ex-malloquinista Arqué. También se incorpora un joven valor formado en la cantera blaugrana, Palau.  El entrenador va a ser el antiguo internacional del Valencia Bernardino Pérez Elizarán, más conocido futbolísticamente como Pasieguito, componente de una mítica línea medular junto al legendario Antonio Puchades. El Sabadell realizará una gran campaña, acabando la temporada como segundo clasificado del Grupo Norte gracias a la sorprendente derrota del Sporting de Gijón en el último partido, en su feudo de «El Molinón» y ante un renqueante  Osasuna (0 a 3), mientras que los arlequinados se imponían por la mínima al Europa, el club escapulado del barrio barcelonés de Gracia  ( 2 a 1 ).

El equipo asturiano había llegado a esa última jornada con un punto más que los laneros – 38 por 37 -, con el «goal average» particular entre ambos igualado y el general muy favorable, de modo que un simple empate, pasase lo que pasase en «La Creu Alta»  llevaría a los rojiblancos a la promoción, pero saltó la sorpresa. Los catalanes, por lo tanto, se clasificarán para jugar la promoción de ascenso, que les corresponde disputar frente al Real Murcia, que defendía la categoría. En el primer encuentro, en «La Condomina», el 6 de junio de 1965, se produce un esperanzador empate a 2, con goles de Cabello y esta alineación: Martínez; García Verdugo, Sertucha, Diego; Arqué, Martí; Cabello, Palau, Sabino, Navarro y Castaños. En el partido de vuelta, celebrado en «La Creu Alta», el 13 de junio, los vallesanos se impusieron por un solitario tanto, marcado también por el valenciano Cabello en el minuto 75. La alineación fue la misma que siete días antes.

Coincidiendo con el ascenso, va a hacerse cargo de la presidencia el dinámico industrial textil Ricardo Rossón, que ya había ejercido dicho cargo entre los años 1955 y 58. Se da la circunstancia de que recoge el testigo de manos del propio alcalde de Sabadell, su colega en el Gremio de Fabricantes Antoni Llonch (el emblemático  primer edil vallesano   Josep María Marcet  también había regido los destinos del club durante varios periodos)

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TEMPORADA 65-66: AL BORDE DEL ABISMO

El Centro de Deportes Sabadell afronta la temporada de su retorno a la Primera División con los siguientes efectivos: Martínez, Benegas, Romero, Quincoces; Isidro, Sertucha, Muñoz, Alavedra, Pedreño, Diego, Izaola; Mauri, Martí, Torrent, Arqué, Hernández; Vall, Noya, Sabino, Vidal, Camps, Ortuño, Morollón, Navarro, Castaños y Palau. Eran novedades en la plantilla el veterano guardameta Benegas,  los madridistas Isidro y Morollón, el levantinista Pedreño, el mítico «león» Mauri, el españolista Vall, los barcelonistas Alavedra, Torrent, Vidal y Camps, Hernández – el padre de Xavi – y el joven Ortuño. Por contra, son baja García Verdugo, Tejedo, Cabello – uno de los hombres claves del ascenso, cedido por el Valencia, que regresa a Mestalla -, Planellas, Periquín, López, Basaras, Peña y Roger. Muchas altas, que en teoría refuerzan al cuadro arlequinado en esta su nueva aventura por la élite del fútbol español.

El calendario va a depararles un terrorífico comienzo de temporada, con Real Madrid y Barça como enemigos en los primeros compromisos. Los de Pasieguito se estrenan el sábado 4 de septiembre de 1965 en partido nocturno, nada menos que en el Santiago Bernabéu, ante el cuadro merengue -vigente campeón liguero- y con el siguiente equipo: Martínez; Muñoz, Sertucha, Diego; Arqué, Torrent; Palau, Martí, Sabino, Navarro y Castaños. Van a defenderse bien y únicamente caerán derrotados merced a un solitario tanto de Pirri, anotado en el minuto 51. Y ocho días más tarde, con una Creu Alta hasta los topes, claramente desbordada por las expectativas de la nueva categoría, reciben a todo un Barça  en un encuentro donde la experiencia de los azulgranas se acabará imponiendo al entusiasmo de los locales por 1 a 3, marcando Vall el primer gol vallesano en esta nueva andadura por la Primera División.

Al término de esta segunda jornada el Sabadell es el farolillo rojo de la tabla, pero todo el mundo parece estar de acuerdo en pensar que lo peor ya ha pasado…Y de hecho, al domingo siguiente los arlequinados logran su primer triunfo, y en campo contrario, al derrotar al Mallorca con un gol de Muñoz en el Luís Sitjar de Palma. Sin embargo, los laneros no van a abandonar las posiciones de peligro en toda la primera vuelta, que para ellos termina con un paupérrimo balance de tan sólo 8 puntos ( con seis negativos ), como colistas, con tres victorias, dos empates y diez derrotas, 14 goles a favor y 22 en contra. Aun así, la directiva va a seguir apostando por Pasieguito. La segunda vuelta se inicia con unos derroteros muy similares, pero dos cruciales victorias en casa y por la mínima, ante rivales directos, Mallorca y Las Palmas, les dan vida de nuevo. En la jornada vigésimo tercera, y tras otra buena racha, conseguirán salir por vez primera de los puestos de descenso directo y promoción tras una sorprendente victoria en Mestalla, merced a un gol de Vall, aunque vuelven de nuevo a la zona de peligro en las jornadas 24 y 26, para respirar un poco en la 29, la penúltima, tras derrotar a otro claro competidor, el Málaga, por 3 a 2 en la Creu Alta. Así afrontan la última y definitiva jornada con opciones de salvarse del todo, pero también de caer en promoción e incluso descender.

Visitan San Mames y son claramente derrotados por el Athletic (3 a 0), y al final van a acabar con los mismos puntos que los dos conjuntos que bajan, Mallorca y Betis, pero su mejor average particular les permite el mal menor de la promoción. Disputada esta casi tres meses después de finalizada la liga regular, esta va a suponer para el cuadro arlequinado la permanencia, merced a su victoria sobre el Celta de Vigo por 2 a 0 ( Torrent y Vall ), y su empate sin goles en la ciudad gallega. Estos son los hombres que consiguieron mantener la categoría: Martínez; Isidro, Sertucha; Muñoz; Mauri, Torrent; Vall, Noya, Sabino, Marti y Camps (en el segundo encuentro, Alavedra y Palau sustituyeron a Sertucha y Camps respectivamente)

Curiosamente, en la «Copa del Generalísimo» los vallesanos realizarán un buen papel, eliminando en dieciseisavos de final al Europa, tras un partido de desempate en Barcelona en el que vencen por 2 a 0 ( 1-1 y 0-0 habían sido los resultados de los dos encuentros ), superando al Real Valladolid en octavos ( 2 a 0 en Sabadell y derrota mínima por 1 a 0 en la capital castellana ), y cayendo ante el Zaragoza, futuro campeón, en cuartos, aunque por un tanteo inapelable: 1-4 en la «Creu Alta» y 3 a 0 en «La Romareda»

TEMPORADA 66-67: TRANQUILIDAD  Y ADIÓS A LA VIEJA «CREU ALTA»

Se había sufrido mucho, aunque con final feliz, y de cara a la campaña 66-67, con un nuevo terreno de juego ya en construcción, se producen algunas novedades para apuntalar al equipo. Llegan los guardametas Echevarría y Rovira, el lateral internacional del Real Madrid Casado, el defensa Romero, el medio Ruiz, retorna Ramón de Pablo Marañón, así como Cabello, y son también alta varios jugadores de vanguardia ( los levantinos Bautista y Portalés, y el vasco Latorre ). Por contra, se van los guardametas Benegas, Romero y Quincoces, Alavedra, Pedreño, Hernández, Arqué, Mauri, Morollón, Navarro y Castaños, siendo cedidos a causa del servicio militar Diego y Ortuño. Así queda configurada la plantilla para el nuevo curso: Martínez, Echevarría, Rovira; Isidro, Sertucha, Casado, Muñoz, Romero; Marañón, Torrent, Ruiz; Vall, Palau, Noya, Vidal, Camps, Cabello, Bautista, Portalés, Sabino, Latorre y Martí.

Tras los grandes agobios del curso anterior, la temporada 66-67 va a ser de una relativa placidez en cuanto a los resultados y la posición del equipo en la tabla. Arrancan los laneros en los primeros lugares – en la sexta jornada son quintos, superando incluso al propio Barça, aunque en la decimoquinta, al finalizar la primera vuelta, los de Pasieguito caen al undécimo puesto, con 12 puntos y un negativo, dentro de la zona peligrosa. Sin embargo las cosas van a pintar mucho mejor para ellos en la segunda ronda, que se inicia con una goleada al Hércules en la Creu Alta ( 5 a 2 ), y un meritorio empate en San Mames ante el Athletic de Bilbao, que meten de lleno al cuadro catalán en la zona media.

Su posición se consolida en la jornada número 18, cuando el Barça visita Sabadell y es claramente batido por 2 goles a 0, marcados por Camps y Marañón – dos ex-azulgranas – en la primera media hora de juego. Dejemos constancia para la historia de las alineaciones de ambas escuadras en aquel ya lejano 22 de enero de 1967: por los arlequinados, Martínez; Isidro, Sertucha, Casado; Marañón, Torrent; Vall, Palau, Noya, Vidal II y Camps, y por los barcelonistas, Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Borrás, Torres; Zaballa, Pereda, Zaldúa, Fusté y Pujol. En total, doce jugadores catalanes sobre el campo, seis por cada equipo.

Para la vigésima jornada, en la que los vallesanos van a golear en su feudo al potente Valencia por 3 a 0, el equipo ya suma ocho jornadas consecutivas imbatido, y situado en el séptimo lugar de la tabla, observa muy de lejos los puestos de peligro. Al final va a clasificarse en una magnífica octava plaza con 30 puntos, sin positivos ni negativos, con un balance de 11 partidos ganados, 8 empatados y 11 perdidos, con 35 goles a favor y 38 en contra, habiéndose movido casi siempre por la zona media. El atacante Palau va a ser su artillero más destacado, consiguiendo un total de 10 tantos. En la Copa va a eliminar en dieciseisavos de final a la Real Sociedad, venciendo en ambos partidos por 0 a 2 y 3 a 1, para caer en octavos frente al Granada por 0 a 1, en un tercer partido de desempate celebrado en Madrid, tras sendos empates a uno en «Los Cármenes» y la «Creu Alta»

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TEMPORADA 67-68: NUEVO CAMPO Y APUROS AL FINAL

Con Pasieguito una temporada más en el banquillo, el Sabadell va a afrontar esta tercera campaña consecutiva en Primera División – en la que estrenará su flamante campo – con importantes novedades. Causan alta cuatro jugadores procedentes del Barcelona, el cántabro Zaballa, los canteranos Comas y  Montesinos,  y el peruano Seminario, un fichaje de campanillas este, por más que el astro sudamericano se encontrase ya en el declive de su carrera deportiva, tras un paso no demasiado brillante por Can Barça. También son novedad futbolistas de perfil más modesto como el levantino Frigols, García e Isidro II, un extremo montañés procedente del Atlético de Madrid, y también un veterano defensa central uruguayo de escasa cabellera llamado Pini, que daría un excelente rendimiento. También regresan los «licenciados» Diego y Ortuño. Por el contrario son baja en la plantilla Rovira, Torrent – que retorna al Camp Nou tras su cesión -, Ruíz, Noya ( traspasado al Atlético de Madrid ), Cabello, Bautista, Portalés, Sabino, Latorre y Martí. Por consiguiente, la plantilla arlequinada estará compuesta por: Martínez, Echevarría, Comas; Isidro I, Pini, Muñoz, Sertucha, Casado, Frigols, Diego; Marañón, Montesinos, García; Vall, Palau, Seminario, Vidal, Zaballa, Ortuño, Camps e Isidro II

El 20 de agosto de 1967 se va a proceder a la inauguración de la Nova Creu Alta, un precioso recinto con capacidad para  20.000 espectadores ( de ellos 4870 sentados ), mientras que el viejo campo tan sólo podía albergar a unos 7500 en total. Su construcción había costado unos 27 millones de pesetas, siendo el arquitecto que lo proyectó Gabriel Barcons. En el partido inaugural el C.D. Sabadell se va a enfrentará al Barcelona, y conseguirá la victoria por 1 o 0, siendo el jugador Vall el primero en marcar en el nuevo campo. En los prolegómenos del encuentro un helicóptero del Aeroclub de Sabadell se posó en el centro del terreno de juego, y de él descendió la «pubilla» de la ciudad, la señorita Clara Vila, llevando el balón con el que iba a disputarse el choque. El Delegado Nacional de Educación Física y Deportes, el catalán Juan Antonio Samaranch, realizó el saque de honor, en presencia de los capitanes de ambos conjuntos, Sertucha y Zaldúa, autoridades asistentes y trío arbitral, encabezado por el señor Pintado, del Colegio Catalán. Estas fueron las formaciones que presentaron ambos equipos en tan histórico encuentro: por el Centro de Deportes Sabadell, Martínez ( Comas ); Isidro I, Sertucha, Casado ( Diego ); Marañón ( Muñoz ), Pini; Vall, Palau, Seminario, Montesinos e Isidro II ( Camps ), y por el Barcelona, Sadurní ( Reina ); Borrás ( Benítez ), Torrent ( Olivella ), Eladio ( Tores ); Muller ( Endériz ), Gallego ( Zabalza ); Oliveros ( Zaballa ), Vidal ( Pereda ), Zaldúa ( Pellicer ), Fusté ( Pujol ) y Jiménez ( Rexach ). El único gol del partido se produjo en las postrimerías de la primera parte. Isidro II bota un córner, Seminario peina de cabeza la pelota, y Vall la envía imparablemente al fondo de las mallas.

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La temporada comenzó bien para los arlequinados, que en la octava jornada se encontraban en  la quinta posición de la tabla,  con 9 puntos, por delante de clubes como Athletic de Bilbao, Español, Valencia o Zaragoza, pero van a ir perdiendo fuelle, y finalizan la primera vuelta en la undécima posición, con 14 puntos, que no constituían en absoluto un mal registro, pero que en esta ocasión les dejaban cerca de los puestos de promoción. Van a iniciar la segunda fase del campeonato muy bien, derrotando al líder, el Atlético de Madrid, por 1 a 0 en la Nova Creu Alta, con un solitario gol de Vall, aunque una mala racha de resultados les acercará a la zona peligrosa. Así, en la jornada 26 están ya en puestos de promoción, pero una victoria ante el Español en la fecha 29 (2 a 1) y un buen empate en San Mames a un gol, les van a dejar un año más en Primera, superando por tan sólo un punto al promocionista Córdoba. En el «Torneo del KO», y tras apear de la competición por los pelos al Xerez Deportivo en dieciseisavos (0 a 2 y 3 a 0), caen estrepitosamente eliminados ante el Real Zaragoza en octavos: 0 a 0 en la «Nova Creu Alta» y 1 a 5 en «La Romareda»

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