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RESUMEN:

La historia de Francisco Pitarch Dellà no tiene un final feliz. Su fútbol de seda se acaba abruptamente como su vida y deja un vacío difícil de entender, en una persona que transmitía calidez, ternura y alegría. Pero el 14 de junio de 1977 toma la decisión más importante de su vida y se suicida,

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La pena de Paco Pitarch

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La historia de Francisco Pitarch Dellà no tiene un final feliz. Su fútbol de seda se acaba abruptamente como su vida y deja un vacío difícil de entender, en una persona que transmitía calidez, ternura y alegría. Pero el 14 de junio de 1977 toma la decisión más importante de su vida y se suicida, con apenas 50 años cumplidos.

Rompeolas de la Barceloneta.

Rompeolas de la Barceloneta.

Esa mañana abandona la vivienda de su madre en El Prat de Lobregat, donde había regresado después de una derrota personal, como si nada pasase. Se despide de todos con una sonrisa en la boca: «xe, me voy a la Barceloneta a bañarme. Tengo ganas. He quedado con unos amigos. No os preocupéis si llego tarde porque tengo la intención de pasar todo el día allí». Estas son las últimas palabras que pronuncia. Por entonces ya hacía tiempo que arrastraba problemas con la bebida, supuestamente provocados por la soledad depresiva en la que lo había sumido la marcha a Francia de su esposa y de sus tres hijos. Sin embargo, nadie sospechaba nada, hasta que las horas de espera se convirtieron en eternas y apareció la policía para comunicarles la mala noticia: el exfutbolista se había arrojado al mar desde el rompeolas de la Barceloneta y se había ahogado. En una de las taquillas de la playa la policía localizó una nota manuscrita por él, en la que exculpaba a todos de su drástica decisión y sólo hablaba mal de su esposa.

Paco Pitarch y su esposa Montse.

Paco Pitarch y su esposa Montse.

Paco Pitarch era el más pequeño de 6 hermanos, uno de los cuales, Antoniet, murió en la Guerra Civil española. Sus padres, Domingo y Vicenta, eran originarios de Castellón. Se trasladaron a El Prat de Llobregat para fabricar cántaros y también para trabajar él de carretero con caballos. A su madre la conocían como «la cantarera».

En El Prat, donde nació el 24 de febrero de 1927, comenzó a jugar al fútbol. Primero en el equipo Academia Práctica y después con el Marina, antes de llegar al primer equipo del Prat, con sólo 15 años, donde cobraba 10 pesetas por partido y un duro por cada gol marcado. Jugaba de extremo o de interior por la banda derecha y destacaba por su rapidez y habilidad. Era más bien menudo, porque no superaba el 1,65 de estatura y con muchas dificultades pesaba más de 60 kilos. Pero era tan elegante en el campo como fuera de él: le gustaba peinar constantemente su cabellera ondulada.

Después de jugar con el Mataró (1943-44) y con el Tarrasense (1944-45), el FC Barcelona se fijó en él y le incorporó a su equipo de Aficionados (1944-45), con 18 años. Tras su breve paso por el Barça, regresó al Mataró (1945-49) y cumpliendo el servicio militar jugó con la UD Melilla (1949-50). De su etapa en el Zaragoza (1950-53) destaca su debut en Primera división: fue el 14 de octubre de 1951, en Torrero, con victoria ante el Valladolid (2-1). Aquel día Berkessy alinea en la delantera aragonesa Pitarch-Bello-Pío Alonso-Davi-Tino.

Paco Pitarch en el Barça Aficionados.

Paco Pitarch en el Barça Aficionados.

En el Lleida (entonces UD Lérida), donde llega durante el verano de 1953 con 26 años y acompañado del defensa del Zaragoza, Calo, hermano del delantero internacional del Barça César, juega 2 brillantes temporadas (1953-55). La primera (1953-54) juega los 40 partidos oficiales (juntamente con Perella son los únicos en hacerlo), marca 14 goles y el equipo se queda a las puertas de ascender a Primera división, después de jugar la promoción de ascenso. La segunda temporada (1954-55), también en Segunda división, juega 27 de los 30 partidos oficiales y marca 3 goles.

Sus compañeros de vestuario le recuerdan como una persona idealista, sensible y con gusto por la poesía, que leía y escribía durante los desplazamientos del equipo. Muchos de sus compañeros se aprovechaban de su habilidad con la pluma y le pedían que les escribiese las cartas a la novia. A parte, era un consumado jugador de billar. Pero sobretodo le recuerdan alegre y presumido: cuidadoso con su vestimenta y con su imagen personal.

Paco Pitarch en el Lleida.

Paco Pitarch en el Lleida.

El verano de 1955 abandona el Lleida y ficha por el Hércules de Primera, junto con sus compañeros en el equipo leridano Granés y Pellicer. Aquella temporada (1955-56) la acaba con la Balompédica Linense, junto a Pellicer, para jugar la fase de ascenso a Segunda división.

En total, jugó 44 partidos en Primera divisón y marcó 7 goles.

Posteriormente juega con el Elche de la Cooperativa (1956-58), Calvo Sotelo de Puertollano (1958-60) y Orihuela Deportiva (1960-61). Hay que destacar que en su segunda temporada en el Calvo Sotelo protagonizó un incidente que no casaba en absoluto con su carácter: le sancionaron con 19 partidos de suspensión, que después se rebajaron a 8, por agredir a un juez de línea en un partido contra el Villarrobledo (20 de septiembre de 1959), estando él en la grada. Este fue el principio del final de su carrera futbolística.

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Se establece en Alicante con su familia y monta una peluquería a su mujer Montse, también de El Prat, con la que tiene 3 hijos: Lidia, Yolanda y Paquito.pacopitarch06

Fruto de un desengaño amoroso con su esposa, el matrimonio se rompe y Pitarch pierde el norte de su vida. Se siente traicionado y engañado y su sensibilidad aflora en exceso, hasta el punto de buscar la autodestrucción. El alcohol le transforma y esto sirve de excusa a su mujer para que le abandone definitivamente y se vaya con sus 3 hijos a Francia. Paco Pitarch se queda solo y, después de unos meses en que se va consumiendo, decide regresar a El Prat de Llobregat, donde vive su madre y buena parte de su familia, en los bajos de la calle Manuel Beltran. Sin embargo, su trayectoria vital ya iba a la deriva, tal como lo demuestra el final tan trágico que tiene.

En la partida de defunción del Registro Civil, aséptica notaria de una realidad no deseada, pone como causa de la muerte de Paco Pitarch «insuficiencia cardiorespiratoria» y como último domicilio conocido «Hotel Río de Oro de Benidorm».

Desde el año 1977 reposa en el cementerio de Collserola, en Barcelona.

Publicado en: Jugadores