El Barça de la temporada 1928-29, primer campeón de la historia de la Liga
De Ángel IturriagaEn los últimos días, el FC Barcelona celebraba la consecución del vigesimosegundo título de Liga de su historia. Para llegar hasta este momento, el club ha debido transitar por un largo período de ochenta y cinco años llenos de alegrías y fracasos, con casi mil jugadores y cincuenta entrenadores que han pasado por el club hasta llegar a este nuevo éxito. Mucho se ha hablado de los jugadores y técnicos actuales y de sus hazañas. Sin embargo, pocos culés conocen en profundidad cómo era el primer Barça que logró ganar la Liga en su primera edición ni los paralelismos que hubo entre ese la consecución de aquel campeonato y el actual.
La primera edición del campeonato liguero se disputó en la temporada 1928-29. Es así llamado aunque curiosamente la primera jornada se disputó en febrero de 1929 y acabó en junio de ese mismo año ya que apenas eran diez los equipos que competían, lo que permitió concentrar los partidos en cuatro meses. Los favoritos a priori eran Real Madrid, Athletic de Bilbao y el propio Barcelona y completaban la nómina Real Sociedad, Arenas, Atlético de Madrid, Español, Europa, Real Unión y Racing de Santander.
El equipo azulgrana estaba dirigido por Romà Forns, el que fuera magnífico extremo derecho del club entre 1903 y 1912 y uno de los pioneros del fútbol catalán. Fue el primer técnico autóctono de la historia del club y sus resultados no pudieron ser mejores desde que se hizo con las riendas del club en diciembre de 1926. Logró dos Copas de Cataluña consecutivas en 1927 y 1928. Asimismo, logró ser campeón de la Copa de España en 1928 en la famosa final disputada en El Sardinero, tras la que Rafael Alberti inmortalizó a Plattko, el oso rubio de Hungría. Sus buenos precedentes y credenciales como azulgrana hicieron que hubiera consenso en que fuera el hombre que llevara el timón del club en la primera edición del campeonato de Liga. Sin embargo, no llegó a concluir la temporada como técnico ya que presentó su renuncia en solidaridad con el presidente de la entidad, Arcadi Balaguer, que había hecho lo propio. El nuevo presidente, Tomàs Rosés, eligió como nuevo técnico al inglés James Bellamy. En cuanto a Forns, recibió ofertas de otros equipos para entrenar, incluida una del Real Madrid, pero se quedó por su amor a los colores del club. Además, tenía una grave enfermedad que se había agravado en la gira por América y que le había dejado agotado físicamente. Siguió durante años en el club y se le nombró segundo de a bordo de Bellamy. Terminó falleciendo trece años después de este título, tras pedir en el lecho de muerte que le enterrasen con la insignia del club puesta en la americana.
Bellamy, que había sido profesional en Inglaterra y había entrenado en Alemania e Italia, hizo un buen trabajo. Asesorado por Forns, fue capaz de conducir al equipo al éxito tras una enconada lucha con el Real Madrid que llegó hasta la jornada final. El equipo azulgrana había logrado mantener el duelo con el equipo blanco a pesar de las recurrentes bajas que había tenido desde principios de temporada. Las dos estrellas del equipo permanecieron en el dique seco más de media temporada. En el caso del guardameta húngaro Plattko, se perdió la mitad de la temporada por una lesión y el legendario canario Ángel Arocha, el heredero de Alcántara, tal y como lo presentó el filipino, se pasó casi toda la temporada en el dique seco sin poder demostrar el enorme talento de uno de los mejores representantes de la escuela canaria de todos los tiempos. Además, las prolongadas bajas de defensores como Emil Walter hicieron que un hombre como Samitier tuviera que jugar como defensor en momentos determinados para sostener a un equipo cogido con pinzas y que obró el milagro de ser campeón a pesar de la adversidad. En la última jornada, Real Madrid y Barcelona llegaban empatados a 23 puntos. El equipo azulgrana recibía en Les Corts al Real Unión, uno de los colistas, mientras que los blancos viajaban a San Mamés. Aunque el equipo vasco no se jugaba nada, demostró gran ardor en el encuentro y logró la victoria por dos goles a cero. Mientras tanto el Barcelona daba buena cuenta del Real Unión, al que vencía por cuatro a uno, con dos goles de Sastre y otros dos de Parera, el extremo izquierdo que hizo una temporada memorable.
Aquel equipo que dirigieron Forns y Bellamy tenía un once ideal bastante definido, en el que los problemas sufridos por hombres como Sagi o Arocha no pudieron estar. El equipo estaba formado por Plattko; Walter, Saura; Martí, Castillo, Guzmán; Piera, Sastre, Samitier, García, Parera. En las siguientes líneas vamos a hacer un repaso a las características y aportación de cada uno de estos jugadores.
Ferenc Plattko: Legendario portero húngaro de gran complexión física y enormes reflejos, tapó en el Barça el enorme hueco que dejó Zamora. Su rendimiento en el club puede ser considerado incluso superior al de El Divino. Tras su retirada fue un prestigioso técnico.
Emil Walter: Defensor alemán que llegó al club en 1924 procedente del Figueres. Fue algo así como el primer Koeman del club ya que era un zaguero con una enorme potencia en el disparo a balón parado, siendo capaz incluso de chutar desde medio campo.
Vicente Saura: Férreo y corajudo defensor que jugó durante dos temporadas en el FC Barcelona, al que llegó procedente del Castellón. Siempre demostró ser un jugador difícil de rebasar y un hombre de fiabilidad absoluta.
Cristóbal Martí: Volante derecho laborioso que tenía un gran desplazamiento del balón en diagonal y mucha pausa. Era un buen recuperador de balones y un excelente jugador de equipo. Terminó su carrera en el Español.
José Carlos Castillo: Imponente mediocentro murciano que tenía un buen manejo del balón y ayudaba a la defensa con su gran trabajo. Jugador de rendimiento muy regular, jugó a su salida del club en el Atlético de Madrid, Sabadell, Gerona y Red Star de París.
Ramón Guzmán: Mítico volante izquierdo barcelonista que destacaba por su calidad técnica no exenta de gran capacidad de trabajo. Tras su retirada fue técnico del Barça. Falleció tras un colapso durante un partido del Barça de veteranos disputado en abril de 1954.
Vicente Piera: El mejor siete de la historia del club hasta la aparición de Basora. Un jugador con desborde, calidad y mucho gol para jugar pegado a la cal. La Bruja fue uno de los primeros grandes ídolos de la afición barcelonista.
Josep Sastre: Interior derecho con grandes cualidades físicas e instinto demoledor cara a la portería contraria. Fue un hombre clave en la primera Liga azulgrana con sus goles y trabajo constante.
Josep Samitier: Mito absoluto del equipo y gran estrella tras la retirada de Alcántara. Se le considera uno de los más grandes jugadores de la historia del club y un hombre clave en el desarrollo del Barça como jugador, entrenador y secretario técnico.
Antonio García: Posiblemente el menos conocido del once, era el suplente de Arocha, pero le tocó ser titular ante la lesión del canario. Era un interior izquierdo murciano que se caracterizaba por su laboriosidad pero al que le faltaba algo de gol para jugar al máximo nivel.
Manuel Parera: Extremo izquierdo que marcó el primer gol en Liga del club. Jugador hábil y con gran potencia de disparo, que fue el máximo goleador del equipo en esa primera Liga con once goles. Fue el heredero en la banda izquierda del mítico Sagi-Barba.
Este equipo vivió circunstancias muy duras para ganar aquella Liga. Un técnico catalán y enfermo, lesiones recurrentes de sus hombres básicos (Plattko, Sagi, Arocha, Walter), viajes interminables y dimisiones de juntas directivas. Esos once jugadores descritos y otros doce que llegaron a jugar algunos minutos junto a los técnicos lograron la hazaña. Hace pocos días, el presidente Rosell decía que «El Barça ha logrado la Liga más especial en la historia del club por las circunstancias». Sin negar esas palabras, sería bueno que el dirigente y muchos culés echaran un vistazo a la historia de estos legendarios jugadores que lograron la primera Liga de la historia contra viento y marea.