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RESUMEN:

A veces nos perdemos en datos, en historias y en legalidades, en las que nunca pensaron los protofutbolistas del siglo XIX. Para ellos el tercer tiempo era casi tan importante, o más, como la misma partida en sí. De hecho, en algunas de las crónicas recogidas del periódico La Provincia, de Huelva, se dedica más

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El tercer tiempo de los protofutbolistas del XIX

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A veces nos perdemos en datos, en historias y en legalidades, en las que nunca pensaron los protofutbolistas del siglo XIX.

Para ellos el tercer tiempo era casi tan importante, o más, como la misma partida en sí. De hecho, en algunas de las crónicas recogidas del periódico La Provincia, de Huelva, se dedica más espacio a la actividad social que a las propias partidas.

Hagamos un pequeño recorrido por ese tercer tiempo disfrutado por ingleses, onubenses y sevillanos, en los primeros años de esos noventa decimonónicos.

Tenemos tres escenarios, dos en Sevilla, el Café Suizo y el Grand Hotel de París; y uno en Huelva, el Hotel Colón. Volvamos al siglo XIX.

Despojemos a los recortes de prensa de su corsé tipográfico y volemos con la imaginación, sentémonos con ellos en el banquete.

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Estamos en la calle Sierpes de Sevilla. Son las ocho menos cuarto de la noche del ocho de marzo de mil ochocientos noventa. En el guardarropa del Café Suizo van dejando sus paraguas, y sombreros unos animosos señores que van llegando al lugar de encuentro. Algunos sacan sus pañuelos para secarse y afilar los bigotes que el vientecillo les ha mojado. Una lluvia que no les molesta, muchos de ellos están acostumbrados a este clima.

Entran en un salón acogedor y elegantemente adornado y se van sentando alrededor de las mesas. Gente de negocios, de la industria sevillana y onubense, con intereses británicos, dispuestos a pasar un buen rato.

El Sr. Johnson, Vice Cónsul inglés ha sido invitado a este banquete y en él recae el honor de presidirlo.

Conversan sobre tranvías, empresas de agua, vino, trenes, de naranjas y mermeladas, de minas, de barcos, de fundiciones, de cereales, de maquinaría agrícola, en una charla amigable y distendida. Un buen grupo de amigos que se está divirtiendo y hablando de sus cosas.

Entre todas esos diálogos, hay uno que sobresale, el del football. Veintidós amigos salieron esta mañana de Huelva en el tren correo para tomar parte de la primera partida de football que se juega en España. Las bromas de los sevillanos sobre los dos goals y la calidad de sus oponentes, generaba «discusiones» jocosas.

La ópera también era tema de conversación, los onubenses querían adecuar en condiciones un teatro en Huelva, ya que lo que había no reunía condiciones y se acercaban las conmemoraciones del IV Centenario. Más de una vez se habían reunido con sus amigos sevillanos para asistir a representaciones en esta ciudad, se vivían los años de mayor esplendor de la ópera de ese siglo XIX, el año anterior se habían celebrado setenta y una representaciones, y la capital hispalense era el centro operístico de la época.

Entre risas recordaban el buen rato que había echado el pasado verano en el Eslava y de como volvían canturreando por la Puerta de Jerez. Recordaban lo apacible que aquella estancia, con el frescor de la arboleda circundante y la brisa del río. Discutían por recordar la fecha, al final quedaron conformes que fue el 27 de julio, cuando asistieron al estreno en Sevilla de «Carmen», del francés Bizet.

¡Qué maravilla ese teatro de verano en los Jardines de Eslava! Las noches de moda rebosaba el teatro, así como el café instalado en el jardín contiguo, y tanto uno como otro resultaban una verdadera delicia.

Así fueron pasando los platos y la conversación cada vez era más distendida, hasta que llegaron los brindis.

Se puso de pie el Sr. Johnson, y se levantaron los presentes. Tras un pequeño silencio con su copa en alto, brindó por las familias reales de España e Inglaterra, a lo que los alborozados comensales, alzando las suyas, contestaron con un atronador: ¡Hip, hip, HURRA! Repetido hasta la saciedad entre taponazos de nuevas botellas de Champagne que se unían al jolgorio y el tintineo cristalino de las copas que chocaban. Estaban viviendo un momento grande y lo presentían jubilosos.

Luego entre vítores y aplausos, el Sr. Maccoll, capitán del Club de Sevilla, brindó con palabras muy cariñosas por el onubense, las cuales fueron generosamente contestadas por el Sr. Allcock, Capitán del Club de Huelva.

Continuaron otros brindis, que, como suele ser obligado en estos casos, fueron pasando lista a todos los que tuvieron algo que ver con el acontecimiento que celebraban, pasando de unos a otros el turno de levantar la copa, y que era por todos contestado con algarabía. Estaban disfrutando.

Como no podía ser de otra forma, tras los brindis, comenzó la juerga.

La ópera y la zarzuela, la moda del momento, se llevaron la parte estelar. Los más lanzados se atrevieron con algunas arias y otras piezas. Algunos lo hacían francamente bien. Entre aplausos y bravos, y algún que otro pito socarrón, la velada continuaba volando el tiempo.

El reloj corría y marcó la una. Fue el momento de dar por finalizada la reunión. Habían pasado un día inolvidable, y los que habían cogido el tren correo por la mañana se despidieron de sus amigos, altamente agradecidos de las muchas deferencias que habían recibido, y se emplazaban para repetir lo vivido, la próxima vez a orillas del Atlántico.

En la calle Sierpes, bajo un mismo paraguas, un par de amigos, uno de cada equipo, seguían recordando la jornada vivida y seguían haciendo el coro con el cántico general que llenaba los espacios intermedios entre los distintos solos…

(Pónganle música de la Obertura de «Carmen»)

Laaara La-lá,la-la-lala-lalaraaaaaalará,laaara La-lá,laaara La-lá..,¡VIVA EL HUELVA RECREATION CLUB!, VIVA EL SEVILLA FOOTBALL CLUB!,Laaara La-lá,la-la-lala-lalaraaaaaalará,laaara La-lá,laaara La-lá…

 Cambiamos de escenario, y de aires. Ahora nos acariciará la espumosa brisa del Atlántico.

Días después El Baluarte del 29 de marzo, nos muestra la forma de organizar estos banquetes:

«El Club Recreativo de Huelva ha invitado al Club de Football de Sevilla (…)

A las ocho de la noche del mismo día (el de la fecha) se dará un espléndido banquete en el Hotel Colón, en honor de los socios del Club Sevillano.

Los señores socios del Club Recreativo que deseen obtener billetes para dicho banquete deberán comunicarlo al secretario, Sr. Palin»

Esta vez la victoria fue para el Recreativo y La Provincia, al día siguiente nos narraba el banquete:

«A las ocho próximamente empezó el banquete en el gran salón del Hotel Colón. El Sr. Adam ocupaba la presidencia y terminada la comida brindó dicho señor por las familias reales de España é Inglaterra.

Como de costumbre, varios señores ejecutaron difíciles piezas al piano y otros cantaron, con el objeto de entretener a sus amigos del Club Sevillano, en honor del cual era dado el banquete».

El «Hotel Colón» inaugurado en 1.883, es un conjunto lujoso compuesto por cuatro edificios. Fue el emplazamiento con la categoría suficiente para celebrar los acontecimientos del IV Centenario del Descubrimiento de América… 

Volvemos a Sevilla, ahora en 1891, estamos ahora en el Grand Hotel de París, el cual estaba situado en la Plaza del Pacífico, hoy de la Magdalena, allí celebraron el tercer tiempo de las partidas celebradas en Sevilla en 1891.

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En primer lugar leamos lo que nos contaba Salvador López en La Provincia del 2 de enero de 1891 sobre el tercer tiempo de la partida del día anterior:

«Por la noche, a las ocho, se reunieron todos a comer en el Hotel de París, donde reinó la más cordial alegría, y en medio del mayor júbilo se dieron cita para concurrir el Club de Sevilla el 14 del próximo Febrero á la ciudad de Huelva, con objeto de pagar la visita que hoy hacían en nuestra capital.»

Del partido del 12 de diciembre del mismo año, sabemos poco. Una escueta reseña el día del partido, y cuatro días después La Provincia nos dejaba un recorte en el que nos da una idea de cómo era tratado el football en ese momento. Tres párrafos, el primero para presentar a los equipos contendientes. Transcribimos literalmente el segundo y tercer párrafo, con la crónica del partido y la de sociedad, respectivamente.

«Ambos trabajaron admirablemente y resultó un empate.

El Club sevillano obsequió al nuestro con un espléndido banquete en el Hotel de París del que salieron nuestros amigos altamente agradecidos por la exquisita amabilidad de los sevillanos.»

De nuevo en Huelva para el último encuentro que tenemos recogido y que tiene una particularidad especial, esta es que el tercer tiempo se jugó antes que la partida.

Cuatro días antes, «La Provincia» anunciaba que el «sábado próximo se efectuará una importante partida de Foot-Ball». Ese sábado al que hace referencia estaba fechado con el día 20 de febrero de 1892.

El Club Recreativo lo tenía todo previsto para agasajar al Club Sevillano, el gran salón del Hotel Colón estaba preparado para la celebración del tercer tiempo, pero el tren de los sevillanos no pudo llegar con tiempo para el desafío. De esta forma, la partida se jugó el domingo y el banquete se celebró el sábado.

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«En la noche del sábado fue obsequiado el Club Sevillano con un banquete en el gran salón del Hotel Colón. El menú fue espléndido y al hacer su presentación los Sres. Gonzalez Byass, Domecq, y Monsieur Pommery la animación fue grande, é hicieron uso de la palabra el Sr. Adam, Macoll (capitan del Club sevillano), y los señores Seras, Alcock, Vazquez de Zafra (D. Mariano) White y Muñoz.

Pasaron varios señores al piano y cantaron algunas canciones, en varios idiomas.

A las doce próximamente nos retirábamos del salón, altamente entusiasmados y satisfechos de la fiesta, que dejara gratos recuerdos a todos y deseando que se repitan con frecuencia.

En el tren mixto de ayer salieron para Sevilla los Sres de aquel Club, bajando a despedirlos casi todos los socios del Club Recreativo.» (La Provincia, 22 de febrero de 1892).

 Aquí los despedimos nosotros también, en otra ocasión hablaremos de esos trenes que unían Huelva y Sevilla y que hacían posibles esas primeras partidas.

 Notas finales.

– En el recorte del plano del Café Suizo se ha retocado el original para destacar la finca señalada con el número 123 para hacerla más visible, en marrón oscuro en el original. Dicha finca es la que hoy ocupa la librería «BETA«.

– El «Teatro Eslava» estaba ubicado donde hoy está el Hotel «Alfonso XIII«.

– Las referencias sobre ópera están extraídas de «La ópera en Sevilla en el siglo XIX» de Andrés Moreno Mengíbar.

– El texto sobre el Café Suizo es una recreación del recorte de prensa publicado en el número de 6 «Cuadernos de Fútbol».

 

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