Las porterías más grandes
De Luis Javier Bravo MayorAllá por el día de Navidad de 1967, en el Camp Nou de la Ciudad Condal, se realizó una prueba para jugar con porterías más grandes de lo habitual. La elección del día cayó en primer lugar en el día ocho del mismo mes, pero una lluvia torrencial hizo que se suspendiera. Las porterías encogieron, en una palabra. Con motivo de la campaña benéfica de Radio Nacional de España (R.N.E.) el seleccionador español D. Domingo Balmanya se hizo cargo de seleccionar dos equipos para realizar una prueba para cambiar de manera definitiva la Regla 1 de las Reglas de Juego.
La fiesta, además de tener como punto central un partido de fútbol disputado por jugadores profesionales con el escudo de la Federación Catalana de Fútbol en el pecho, también contó con un castillo humano en la más tradicional costumbre catalana, un partido femenino de fútbol con las mismas porterías (algo nunca visto en la España de la época, el tamaño de las porterías y el fútbol femenino) jugado entre los equipos femeninos del Picadero y del CF Barcelona y el saque de honor realizado por la actriz catalana Mary Santpere.
Por una parte, con camiseta blanca y pantalón azul, formaron Reina, Isidro, Olivella, Torrens, Vall, Pereda, Fusté, Paláu, Re, Seminario y Camps, y por el bando contrario, vistiendo elástica roja, Romero, Ochoa, Doménech, Montesinos, Moya, Ramírez, Endériz, Rifé, Kubala, Vidal y Pujol. Dos grandes equipos, sin lugar a dudas, formados por jugadores de los tres equipos barceloneses de Primera División en esos momentos, Centro de Deportes Sabadell, Real Club Deportivo Español y Club de Fútbol Barcelona.
Las porterías reglamentarias miden 7’32 metros de largo por 2’44 metros de alto. En aquella ocasión se aumentaron las medidas hasta 10 metros de largo por 2 metros y medio de alto. En los días anteriores se esperaba un diluvio de goles teniendo en cuenta las medidas de los arcos y las delanteras que formarían. Otros esperaban unos férreos marcajes para proteger tan inmensos objetivos. El hambre de goles era importante pues el nivel de juego había decaído en exceso en el fútbol español. La nostalgia de haber vivido hace cinco minutos escasos el mejor fútbol jamás jugado en el mundo y la falta repentina de goles en nuestro campeonato llevaron a esta probatura de dudoso éxito a priori. Y nulo a posteriori.
Georges Boulogne fue el autor de la iniciativa. Así se expresaba en lo referente a su idea: » Actualmente es difícil marcar un tanto desde fuera de los 16 metros. A los equipos les basta reunir dentro de sus 30 metros suficiente número de jugadores (7 u 8) para impedir, prácticamente, al adversario colocarse en posición de tiro a la distancia requerida».
«Si se aumentan las dimensiones del marco de manera que se haga posible el gol desde 20 ó 25 metros, habrá que establecer la defensa cubriendo una zona de 40 ó 50. No hay bastante número de jugadores para hacerlo eficazmente. Al no poder defender con la seguridad actual, los equipos intentarán el ataque, que les dará más facilidades».
A priori, la iniciativa contó con apoyos y también con detractores. Entre estos últimos se encontraba Sir Stanley Rous, a la sazón presidente de FIFA, que manifestó no esperar gran cosa del experimento. En la orilla contraria se encontraba Sir Stanley Matthews.
Quince goles se consiguieron, nueve por los vencedores, los blancos, y seis por los vencidos, los colorados. Marcaron tres tantos Fusté y Kubala, dos Vidal y Cayetano Re y uno Montesinos, Pereda, Seminario, Palau y Camps. Se divirtió el público y se divirtieron los jugadores. La recaudación fue excelente. Un millón de pesetas entre taquilla y huchas para los niños hospitalizados. Y eso siempre es lo más importante. Todo el mundo feliz. Pero ¿y la prueba?. ¿Resultó satisfactoria?.
La sensación general de los 50.000 asistentes es que se divirtieron de lo lindo con los goles y con las figuras que desplegaron su juego en la mañana barcelonesa pero se echaba en falta la emoción pues cada tiro lanzado era medio gol asegurado.
Por parte de los artistas la opinión era bastante negativa con respecto a lo experimentado. Así, tenemos la opinión de un par de participantes del Sabadell. Seminario opinó que las medidas eran exageradas y que se disparaba desde cualquier sitio. Por su parte, su compañero Isidro, expresaba que sería algo flor de un día. Para los porteros imposible de defender.
Parece que el estrés de haber conocido el mejor fútbol del mundo y haber quedado desposeídos de su magia incitó sobremanera a realizar esta prueba. Afortunadamente aquella oscura etapa de fútbol defensivo pasó a mejor vida, por el momento, pero no dudo que en un futuro volverá y regresará el experimento. Y es que ya está todo inventado y seguiremos tropezando en las mismas piedras.
Fuentes consultadas:
Reglas de Juego
Mundo Deportivo (Barcelona)
La Vanguardia Española (Barcelona)
Marca (Madrid)
As (Madrid)